En México existieron códigos o antepreoyectos de leyes católicos que pudieron haber afectado a la cinematografía nacional en las décadas de los 40 y los 50.

Estos documentos fueron el sustento que permitió al doctor Guillermo Zermeño Padilla, investigador de El Colegio de México, realizar el ensayo "Cine, censura y moralidad en México. En torno al nacionalismo cultural católico 1929-1960".

En este escrito, publicado en 1997 en la revista Historia y Grafía , el investigador pretende "explicar una especie de alianza entre las dos entidades (Estado e Iglesia), para normar y codificar la producción cinematográfica frente a la "nación", más claramente a partir de la década de los años 40".

Todo esto a partir del estudio de fuentes localizadas principalmente en el Archivo de la Acción Católica Mexicana.

Zermeño inicia por describir el papel de la Iglesia católica mexicana como institución censora desde el siglo XIX; y cómo con el advenimiento del cine, y ya bajo el régimen social-liberal, la censura, que en principio fue de tipo moral, "básica y paulatinamente fue transferida en dirección de `otra`, la cual estaba regida, en su esencia, por el mercado de bienes de consumo culturales".

En 1929 se fundó en México la Acción Católica, con la intención de agrupar en una sola institución a todas las clases de catolicismo. Uno de sus intereses primordiales fue la moralización de la sociedad, tarea que le fue delegada a la orden de los Caballeros de Colón, formada por gente de la élite empresarial y profesional, laica y clerical, quienes de 1930 a 1960 serán los censores autorizados. A iniciativa de esta orden se había fundado en 1926 la Asociación Nacional de Padres de Familia.

Según Zermeño "el primer resultado de los empeños de los caballeros se dio el 20 de diciembre de 1933, cuando apareció su boletín con la censura de las películas exhibidas en la ciudad de México y difundido por una publicación de la Unión Nacional de Padres de Familia..." la censura se limitaba a meras apreciaciones; sin embargo, en 1934 se formó la primera Comisión de Censores bajo el nombre de "Legión (Mexicana de la Decencia)", cuyo boletín oficial era la Hojita de apreciaciones .

Ya con la bendición del papa Pío XI, el 2 de febrero de 1937 el episcopado declaró a la Legión "obra nacional y única autorizada para realizar censura cinematográfica".

Zermeño asegura que el 8 de diciembre de 1948, día de la Inmaculada Concepción, "fue consagrado simbólicamente como día especial para efectuar la promesa de no asistir a los espectáculos inconvenientes y así guardar la `pureza` de las costumbres".

Para el investigador, la función de los censores se limitaba a reforzar en la distribución lo que previamente ya había sido recortado en la producción. Promovían la apertura de salas de exhibición parroquiales en donde se proyectaba "cine blanco". De 1946 a 1958 tuvieron su época de auge. El 10 de octubre de 1941 la Legión obtuvo reconocimiento oficial ante notario público. "A partir de entonces señala Zermeño La Legión se pudo presentar ya abiertamente como colaboradora del gobierno para salvaguardar juntos las leyes y los acuerdos internacionales respecto de la circulación de `imágenes y descripciones` que ofendían `al pudor, la decencia y las buenas costumbres`".

Zermeño no asegura si el Código de Producción de Cinematográfica y el Anteproyecto de Ley de Espectáculos Públicos se aplicaron o no; sin embargo, afirma que ambos documentos "recapitulan los contenidos básicos de la censura católica y pueden ser buena guía para hacer la revisión del cine producido en estos años, en la medida en que dejan ver los patrones de la retórica de su construcción".

En el Código se reconoce la importancia del cine para la formación de la cultura. El hecho de que alguien aceptase el Código "no debía ser visto como una coacción de la libertad de expresión", su objetivo sólo era encauzar a la industria fílmica con el fin de "hacerla más competitiva frente a la extranjera", regida esta última por el Código Hays implantado en Hollywood en 1930.

El Código pretendía "depurar al cine mexicano", es decir: inculcarle al "público menos culto" valores como la mexicanidad, alejándolo de "los instintos más bajos".

Por último acota Zermeño "proponían que aceptar el Código podía redundar en un beneficio extra: el de que el gobierno federal estimulara y compensara esa `patriótica actitud de los productores` con la creación de un impuesto adicional a la exhibición de películas, pero con una `exoneración especial` para quienes se sujetaran al Código".

Asegura Zermeño que la influencia directa de los católicos en la producción fílmica nacional por medio de la censura se manifiesta con más claridad a partir del periodo del nacionalismo avilacamachista, no obstante afirma que corrientes censoras como las de la LMD están al margen de la verdadera censura. Ante los ataques a la película El Crimen del Padre Amaro , de Carlos Carrera, cobra vigencia lo expresado por el productor Samuel Goldwyn, en septiembre de 1949, en Los Ángeles, durante la Convención Anual de Exhibidores Cinematográficos: "Nuestro temor a lo que harán los censores nos impide describir la vida tal como es en realidad. Seguimos contando una porción de pequeños cuentos de hadas, huecos, que no tienen relación con nada vital y que carecen, específicamente, de gran atracción para el inmenso público que ha pasado de los 30 años. Cuando digo que la censura debe suprimirse, no estoy pidiendo permiso para hacer películas que ofendan en lo más mínimo la decencia pública, sino que digo que una vez demostrada nuestra competencia y entregados nuestros films, quedemos, ustedes y yo, libres de la interferencia de ciertas mentalidades estrechas que piensan justificar su existencia empleando tijeras en vez de inteligencia".

APARTADOS

Se dividía en 16 apartados: desnudez, semidesnudez, bailes, escenas de pasión, prostitución, homosexualidad, venganza, robo y crimen en general, licor, drogas, conflicto social, sangre, brutalidad, religión fanatismo y magia, infancia y adolescencia.

Así por ejemplo, anotaba:

DESNUDEZ

Se pedía renunciar a ella. La semidesnudez, entendida como "carencia de pantalones en el hombre y faldas en la mujer, incluyéndose por tanto, las escenas en las playas, en traje de baño; y en "las escenas en el escenario o camerinos de teatro", se presentaría con permiso y siempre que sea esencial en la trama, en tal caso sería "discreta y artística", y se recomendaba el uso de filtros para restar realismo.

BAILE

En este caso, si la mujer salía sin falda, la cámara sólo debería de tomar su cara y evitar detalles a la cadera. Quedaban prohibidos el movimiento oscilatorio de los senos y restringido a diez pies de cinta el contoneo del cuerpo sin mover los pies.

BESOS

Sólo deberían ser en las manos y en la cara, nunca en el cuello, las orejas y la nuca, tampoco se permitían tomas de las bocas de los amantes entreabiertas ni de la lengua. Había que omitir escenas en donde los amantes se reclinaran; antes de llegar a la posición horizontal debería haber un corte. Los adúlteros o infieles deberían mostrar indecisión o remordimiento. No se permitía mostrar a un hombre desvistiendo a una mujer, con excepción del sombrero, guantes o abrigo.

PROSTITUCIÓN

Se mostraría, de ser necesario, con recato.

HOMOSEXUALIDAD

En lo relativo a esta "en sí un tema prohibido, aun cuando no se muestre al pervertido y solamente se hable de él o se hagan alusiones vagas, inclusive en tono de comedia".

ROBO

Robo, crimen, contrabando de drogas y corrupción política. "Deberán presentarse sin detallar métodos y haciendo que el culpable sea villano en toda la línea, captando el odio del público".

ALCOHOL

El código señalaba que jamás deberá presentarse "como eficaz ayuda de los apocados, como consuelo de los decepcionados o como valioso inspirador de artistas".

IGLESIAS Y MINISTROS

Se indicaba que no deberían ser objetos de comedia. "Es admisible presentar a un sacerdote de cualquier religión con pequeños defectos humanos, siempre y cuando se ponga de relieve el esfuerzo constante por corregirse".

BRUJERÍA

Las prácticas de ésta no deberían presentarse en detalle, jamás tendrían éxito y deberían ridiculizarse.

El código Hays En 1922 se creó en Hollywood una sociedad de productores y distribuidores, cuyo líder fue Will. H. Hays. La oficina de Hays le encargó al padre jesuita Daniel Lord la creación de una serie de reglas para regular la producción de películas desde el punto de vista moral, con el fin de distribuirlas entre los agremiados. En 1930, la Asociación de Productores de Cine (Association of Motion Pictures Producers, Inc.), los Productores de la Costa Oeste (West Coas Producers), y la asociación de productores y distribuidores de cine estadounidenses, adoptaron el Código de Producción Cinematográfica (Motion Picture Production Code), conocido como Código Hays.

En 1934 se creó la Production Code Administration, oficina encargada de la aplicación del código. Si una película no llevaba el sello de aceptación de la PCA corría el riesgo de no llegar al público. A decir de Guillermo Zermeño el código deja ver los patrones de moralidad de una civilización progresista: prejuicios raciales, nacionalismo y elitismo. Por su parte Homero Alsina detalla que el documento especificó los límites de todo film americano en lo relativo al crimen, el sexo, las drogas, el adulterio, la religión, la obscenidad, la crueldad contra animales o personas, el matrimonio entre razas distintas, la prostitución y las operaciones quirúrgicas.

A lo largo del siglo el Código sufrió varias modificaciones, sin embargo es hasta 1968 que el documentó prohibió la censura y adoptó una postura liberal.

Algunas efectos del Código Hays En 1936, en la película Romeo y Julieta , protagonizada por Norma Shearer y Leslie Howard, se cuidó que en las escenas en las que el galán se acercaba al lecho de su amada siempre tuviera un pie en el suelo para no sugerir el acto sexual.

En 1949 se prohibió a todo film nombrar a Al Capone.

? Se llegaron a retocar textos de Tennesse Williams.

? En 1938 se vetó el proyecto de un film cuyo guión fue escrito por F. Scott Fitzgerald y que se llamaba Infidelity.

También fueron afectados algunos films de directores como Fritz Lang, Elia Kazán, George Cukor, Jules Dassin, John Ford, John Huston, Sam Peckinpah y Orson Welles.

A Erich von Stroheim le mutilaron ocho de los nueve films que dirigió en Holywood.

Otros casos en el mundo EN 1984 Jean Luc Godard filmó Yo te saludo María , versión personal y poética del nacimiento de Jesucristo. Durante su estreno en Roma, cientos de curas y monjas se manifestaron para mostrar su inconformidad. En Nueva York, manifestantes lidereados por el cardenal John O`Connor arrojaron agua bendita a fuera de la sala que pasaba la cinta. Juan Pablo II denunció el film y ofició una ceremonia especial como desagravio por las ofensas hechas a María.

· En 1962 se filmó la cinta Rogopag , dirigida por Rossellini, Godard Pasolini y Gregoretti. Pasolini contribuyó con un fragmento de 40 minutos de duración llamado La ricota. El episodio fue tachado de sacrílego ya que contenía una parodia de la muerte de Jesús. El film fue prohibido en Roma.

· En 1968, Pier Paolo Pasolini filmó Teorema . El film recibió el premio de la Oficina Católica Internacional de Cine. Posteriormente, voceros del Vaticano atacaron el film y se levantó un juicio contra Pasolini por obscenidad el cual no prosperó. En marzo de 1969 el premio de la OCIC fue retirado por el Vaticano. Al devolver el premio, Pasolini también regresó un premio anterior que había obtenido en 1964 por El evangelio según San Mateo . Fuentes: El libro de la censura cinematográfica, de Homero Alsina Thevenet; Imágenes de perversión: cine y censura religiosa en México , tesis profesional de Jorge Antonio Estrada Castellanos.