Brindó sus sueños a los que no saben soñar
"El día que yo me muera, no vayas a llorar", dice una de las canciones menos conocidas de Salvador Flores, don Chava pa los cuates. Y no hay más que cumplirle porque sus letras siguen provocando risa y no pocas veces nostalgia por una ciudad que paulatinamente ha ido transformándose. Chava Flores es heredero, muy a su estilo, de Gutiérrez Nájera, González Obregón, y de Valle Arispe, junto con Rockdrigo, Jaime López, Gabriel Vargas, Emilio Carballido, Armando Jiménez y otros más. Para unos es un sociólogo, para otros un poeta, o bien un cronista, hay quienes han dedicado sesudas tesis a su obra y también hay niños que lo evocan, sin saber nada de él, cada que cantan "El gato viudo", "Pichicuas" o "La taquiza". Vino a este mundo don Chava un 14 de enero de 1920 en la calle de la Soledad, en el corazón de la Meche. A lo largo de su vida vivió en varios barrios famosos como Peralvillo, San Rafael, Guerrero, Doctores, Roma, Romita, Santa María la Ribera, Juárez, Cuauhtémoc, El Carmen, Santa María la Redonda, Tacubaya y Coyoacán, entre muchos otros. Ahí, entre los lavaderos colectivos y los tendederos resistentes, en el sitio del pleito cotidiano y la solidaridad probada, Chava Flores aprendió a observar a la gente. Tenía 13 años cuando su padre, Enrique Flores Flandes, murió. Tuvo que empezar a chambear para alivianar al cantón y a sus dos carnales: Trinidad y Enrique. "Si volviera a nacer quisiera ser el mismo, nada más que rico, para ver qué se siente", dijo alguna vez, quizá evocando su periplo laboral que lo llevó de una fábrica de corbatas en donde cosía las etiquetas a ser cobrador de High Life, en donde con el tiempo ascendió a contador, luego de haber estudiado hasta el quinto año la carrera de contaduría en la UNAM. Posteriormente, puso una tienda de ropa para caballeros en la calle de Madero, pero la cerró por incosteable. Vendió cuadros, calcetines, zapatos, se encargó de una ferretería en quiebra, abrió una salchichonería que también quebró, compró un camión repartidor de carne y por fin llegó a una imprenta. Igualito que Martita la piadosa. Haciéndole al Guttenberg, Chava Flores llegó a imprimir el Álbum de Oro de la Canción. Una musa que pasaba por el lugar lo tocó y la inspiración le surgió al parejo de un chorro de voz. Unos dicen que su primera canción fue "Los tamales de Brunilda", pero otros aseguran que fue "Dos horas de balazos", basada en su gusto por las películas de vaqueros protagonizadas por Tom Mix, Buck Jones, Bill Boyd y Tim Mc Coy. Fue Von Hausen quien oyó la canción cuando era entonada por su autor en la cafetería de la XEW. Se la pidió, pero don Chava prefirió dársela a su amigo Fernando Rosas quien a su vez se la pasó a Mariano Rivera Conde de la disquera RCA. Le gustó. Alguien dijo que el material era muy pocho y Chava Flores, enojado, les presentó La Tertulia. Ambas canciones se grabaron el 11 de enero de 1952. Ahí empezó todo. Don Chava comprendió que "el que hace canciones no gana, pero cómo se divierte". Siguió "La boda de vecindad entre Tacho y Tencha la del ocho", donde quizás estuvo de invitada La Bartola, quien con sólo dos pesos, y sin reforma fiscal, pagaba la renta, el teléfono y la luz, además de "Los gorrones", esos que son amigos de la hermana de un señor que no vino a la fiesta. ¿Cuántos personajes habitan la ciudad recreada en sus canciones? Valdría la pena el inventario en donde seguramente tendría un sitio de honor la pobrecita Espergencia que, por falta de dinero, celebró sus 15 años hasta que cumplió los 30; o bien el robusto niño Cheto, "arrugado, trompudo y prieto y con su ropón azul"; también estaría Escolapia cuya fiesta de 4 años, amenizada por los springbreakers Simón, Gasparín, Pelancha, Cuarrascuascuas y Dorotea, se realiza gracias a los 15 pesos que le da su padrino, "y con 20 que sacaron del cochino, pa pastel y jaletinas y velitas alcanzó". Por supuesto que no podría faltar el pobre Cleto quien se enfrió de un coraje y cuyo cadáver fue perdido por su viuda en un albur. Y como nunca falta una "ingrata pérjida, romántica insoluta", para un benévolo de estrujado corazón, don Chava inaugura la resistencia festiva con el coro leguminoso: Habas, estribillo dedicado a la fémina interesada a quien si le escribiese una canción está seguro que "con el otro la cantaba". Mujeres. "¡Qué chulas son! -decía don Chava-lástima que todas coman", no obstante fue cuidadoso de nunca dedicarles un albur. Si bien "La tienda de mi pueblo" tiene una letra alburera, cuando la anunciaba don Chava decía: "le dedico la música a las mujeres, la letra a los hombres y a los intermedios el argumento". Chava Flores encuentra una solución geográfica para la lucha de clases, pues con la ampliación de Reforma los de Peralvillo pudieron sentirse vecinos de los de Las Lomas (vino la Reforma); se deja seducir por la tecnología materializada en el metro grandotote, rapidote y modernote (Voy en el Metro); se mofa de la regencia de Uruchurtu y su modernidad basada en gladiolas y obras públicas, en una ciudad donde "las verduleras ya se llaman verduristas" y "los albañiles son los guías para turistas" (No es justu); psicoanaliza a los compatriotas y les pasa la factura moral con la recomendación irónica: "Sigue soñando que el PRI ya no anda en zancos, que prestan en los bancos, que dejas de fumar" (A qué le tiras); o bien desmenuza la bronca de vivir una jornada sabatina en la capital, la cual concluye inevitablemente en Garibaldi "donde acaban ricos y pobres del Distrito Federal" (Sábado Distrito Federal). El éxito lo llevó al cine. Chava Flores le hizo a la actuada en seis películas, o "churros" como él les decía: Mi influyente mujer (1955), La esquina de mi barrio (1957), Rebelde sin casa (1957), Bajo el cielo de México (1957), El correo del norte (1960) y La máscara de la muerte (1960). En años recientes Óscar Chávez grabó un disco con 20 canciones de don Chava, y en 1988 Tehua interpretó magistralmente canciones compiladas en el disco: En tu estuche de recuerdos. De las aproximadamente 196 canciones que la musa le dictó a Chava Flores permanecen inéditas 40. Aunque María Eugenia Flores está a cargo de ediciones Ageleste, empresa fundada por su padre, y se esfuerza porque la obra de don Chava, de cuyos derechos son dueños, esté vigente, asegura que hace falta capacidad económica y apoyo de radiodifusoras que se niegan a programar su música por no estar dentro de su perfil. Mucha gente que conoció a don Chava sí le ha brindado el apoyo necesario. Es el caso del maestro Gabriel Vargas, creador de La familia Burrón, a quien María Eugenia fue a buscar para solicitarle un dibujo que aparecería en la portada del Cancionero. "Aceptó amablemente -cuenta María Eugenia- cuando fui a recoger el original le pregunté que cuánto era, pero no quiso cobrar nada. `Para mi amigo lo que sea`, dijo don Gabriel. Se admiraban mutuamente". Y es que don Chava tenía fama de amable, además de ser un hombre de familia. Cuenta María Eugenia que a ella y sus hermanos los ayudaba con la tarea, en diciembre les ponía su nacimiento y los llevaba al Zócalo a ver la iluminación, aprovechaban los paseos para comer en panaderías rusas, chinas o polacas, o bien visitar algún museo. Un 6 de enero, al no tener dinero para los regalos de reyes de sus hijos, les compuso la canción "Cuento de hadas", esa que cuenta: Como el rey era pobre ganaba/ treinta míseros pesos al mes;/ por supuesto que no le alcanzaba/ para darse una vida de rey. "Creo que los compositores servimos para brindar nuestros sueños a las personas que no saben soñar -escribió don Chava-. Un compositor (...) debe hallar fuerzas en su propia desilusión pues, a pesar de todo, de ella nacen los sueños nuevos y quizá estos sean los mejores sueños." n El Cancionero de Chava Flores / Inv. María Eugenia Flores y Enrique Rivas Paniagua (1998). n Motivaciones para la locura / Chava Flores (saldrá al mercado a finales de año). n En preparación: Recopilación de cuentos y artículos, y fotografías de Chava Flores. n Mi barrio / Chava Flores. n En concierto / Chava Flores. n En vivo / Chava Flores. n Los éxitos de Chava Flores / Chava Flores y Fernando Rosas. n Lo mejor de Chava Flores I y II / Rubén Schwartzman n Lo inédito de Chava Flores I y II / Ángel Cervantes. n Picardía y buen humor (5 CDs) / Varios. n Censurado / Jorge Macías. n Chava Flores en la voz de Óscar Chávez / Óscar Chávez. n Lo mejor de Chava Flores / Miriam Núñez. n Chava Flores, 20 éxitos / Chava Flores y Grupo La miel. n En tu estuche de recuerdos / Tehua. n Antología (2 CD) / Chava Flores
SUS LIBROS
n Relatos de mi barrio / Chava Flores (1988).
DISCOS
n Mi pueblo / Chava Flores.





