El movimiento contracultural en México, provocado por el rock, fue más importante incluso que el movimiento de 68, pues al exterior la masacre tuvo menos impacto. Así lo sostiene el historiador estadounidense Eric Zolov, autor del libro Rebeldes con causa. La contracultura mexicana y la crisis del Estado patriarcal (Editorial Norma), un ensayo sobre el impacto que tuvo el rock entre los jóvenes mexicanos para enfrentar los rígidos valores de lo que llama la "gran familia revolucionaria".

"También se trata de una recuperación de la memoria histórica, porque todos saben del 68, pero pocos saben de la onda chicana y, al lado del heroísmo del 68, Avándaro es totalmente vergonzoso."

Y es que, para este profesor de asuntos latinoamericanos en el Franklin & Marshall College de Pensylvannia, fue entre 1969 y 1972 cuando se dio una ruptura de los valores patriarcales que desembocó en la matanza de Tlatelolco.

"Creo que por primera vez se analiza el fenómeno de la rebeldía desde la perspectiva mexicana, pero también desde la mirada de los hippies estadounidenses, quienes se toparon con jóvenes mexicanos y, en ese encuentro, descubrieron lo que compartían y lo que no en sus respectivas huidas de una sociedad represora".

Traducción de la versión en inglés titulada Refried Elvis: The Rise of Mexican Counterculture , el texto muestra la dimensión política de la cultura bajo regímenes autoritarios y una discusión de los efectos del imperialismo cultural que profundiza nuestra comprensión de las relaciones entre géneros, jerarquías sociales y el verdadero significado de la identidad nacional en una época globalizada.

Familiarizado con todos los estados del país y con las sociedades latinoamericanas, el historiador, nacido en Nueva York, comentó que su libro está dirigido a tres públicos: los que lo vivieron y sienten nostalgia, los jóvenes a quienes les gusta el rock y los académicos interesados en entender el proceso de trasnacionalización en un país marcado por una fuerte identidad nacional.

A lo largo de volumen, que está acompañado de un audiocassette que tiene fines didácticos, se argumenta que el rock permitió a los hippies , chavos de onda, banda, punks y demás grupos, "hacer política de una forma más eficaz que manifestarse en las calles".

Zolov sostiene que el rock dio a los jóvenes una idea de identidad "porque abrió nuevos espacios para creerse y ser mexicano". Al preguntarle sobre si el rock sigue siendo político respondió que en América Latina esta forma musical adquirió un matiz más beligerante que en Estados Unidos. "El movimiento sigue teniendo salida política sea para invitar al desmadre , manifestar un rechazo o para hablar de anarquismo.

"Otro fenómeno ocurrido en México es que el rock no es de las clases medias, fue jalado hacia abajo para ser adoptado por las clases menos favorecidas y convertirse en metáfora de la modernidad".

Señaló que el rock trascendió todas las clases muy rápido con la infraestructura de las disqueras multinacionales y se volvió, al mismo tiempo, una forma de huir de una sociedad rígida, pero también una manera de solidarizarse, unificarse y crear comunidad. En 414 páginas Zolov hace referencia a la cultura popular, que a su decir, en los 80, cambió, de ser lo rural y lo no urbano, a lo que alguna vez fue masivo. "Sin embargo, hubo resistencia para ver al rock como una expresión de cultura popular, pues los intelectuales no quisieron aceptarlo por considerar a la música en inglés imperialista.

"Cuando se dieron cuenta empezaron a reconocer la cultura de masas como forma de expresión. En ese tiempo se crea el Museo de Culturas Populares que abrió con el ciclo ¿Qué onda con la música popular? , el cual abordó desde la música folclórica hasta el punk ".

Finalmente el académico se refiere al rock como un medio de manipulación masivo, no sólo de parte de las disqueras, sino también del Estado.

"En tiempos de Luis Echeverría, el rock era malo porque su idea era defender los valores latinoamericanos. Para él fue preciso porque quedó bien con la derecha, pues defendió las buenas costumbres y, con la izquierda, porque impidió el imperialismo. "El populismo funcionó en su caso, pero en realidad siempre obra, porque hablar del pueblo equivale a tomar una aspirina, cura por cuatro horas y después tienes que tomar dos más, luego vas por la heroína y caes en la pura ilusión".

El libro de Eric Zolov será presentado por Oscar Sarquiz, José Luis Paredes Pacho y Alma Guillermoprieto este martes, a las 19 horas, en la Casa Refugio Citlaltépetl (Citlaltépetl 25, Condesa). También se hará una presentación este sábado, a las 11 horas, en el Tianguis del Chopo (a un costado del Centro Artesanal Buenavista).