aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




La relación moneros- poder, mediada por ISR

Luz María Rivera| El Universal
Domingo 03 de marzo de 2002
José Luis Diego Hernández Ocampo, Trizas, asegura que la SMC mantiene una absoluta independencia del poder político a pesar de recibir publicidad oficial

La Sociedad Mexicana de Caricaturistas (SMC) nació para defender los derechos autorales de sus agremiados: principalmente ante los dueños de periódicos, que hasta hace unas décadas todavía peleaban la propiedad de los originales.

Esto lo recuerda José Luis Diego Hernández Ocampo, mejor conocido como Trizas , actual presidente de la SMC quien asegura que las principales luchas, en la defensa de los derechos autorales, han sido contra los dueños de los medios y regularmente contra los sucesivos gobiernos federales en México.

Con sede en Donceles, en un antiguo edificio del Centro Histórico, que mantiene la asociación a través de un comodato con el gobierno del Distrito Federal, Trizas hace el recuento de la organización que preside y no evade hablar de la "disidencia" de sus colegas notables, originada de manera paulatina desde hace ocho años.

Trizas es directo ante el cuestionamiento: afirma que fueron diversos los motivos que esgrimió la actual disidencia monera para salirse de la SMC, y entre éstos uno en particular: la relación y trato frecuente de la dirección de la sociedad con el gobierno, que se traduce en publicidad oficial directa para la revista La piztola .

A juicio de Trizas , esta publicidad "no nos condiciona de ninguna forma la línea editorial..." y recuerda que es tradicional la relación entre los moneros y el poder, al menos en México, lo cual, asegura, no demerita en nada su trabajo crítico y les permite información de primera mano "porque no podemos quedarnos con lo que nos digan los periódicos; con información de segunda y tercera mano..." La Sociedad Mexicana de Caricaturistas cuenta actualmente con 130 miembros activos, y desde su fundación hace 27 años primero como un "club" de caricaturistas, Trizas recuerda que siempre sus colegas se han reunido con funcionarios e integrantes del poder político del país. Del origen y evolución de la actual SMC, Trizas rememora: "nace con un principio fundamental: la defensa de los derechos autorales. Antiguamente, por ejemplo, en los periódicos y en las revistas se quedaban con los originales, creían que lo que nos pagaban incluía también que se quedaran con el original. Cuando se dieron cuenta los compañeros que esto no era así, que el original pertenecía al autor, entendieron la importancia de conocer sus derechos como autores ..."

A raíz de esta toma de conciencia, dice el monero, comienzan los caricaturistas mexicanos "a dar una pelea importante hasta que lograron convencer, y más que nada la gente de los medios entendió que lo que pagaban era nada más la reproducción de la obra y no les daba derecho a quedarse con el original. Ahora parece muy normal que llevemos el original al periódico y después de la publicación lo regresen, pero costó trabajo llegar a eso..."

Y es que, afirma Trizas , la labor que tuvieron que hacer con los patrones no fue fácil "se sentían realmente dueños de los cartones y lo peor del caso es que muchas veces los originales terminaban en el bote de la basura. Es clásico escuchar que alguien se encontró unos originales de Cabral, o del mismo Abel Quezada, o de Gabriel Vargas, en los botes de basura de los talleres..."

Después vendrían las otras luchas no menos difíciles, la de la defensa de la libertad de expresión "y actualmente, por los derechos laborales de los colaboradores".



Historias de caricatura

Son muchas las historias que tienen que contar en la Sociedad Mexicana de Caricaturistas: y la mayoría ciertamente tiene que ver con su relación con el poder en México.

Actualmente, la SMC en el Centro Histórico conserva el único museo en su tipo del país: con originales y copias que datan de 1826, así como material contemporáneo, han conformado la historia de la caricatura en México.

A través de ella es fácil reconstruir, paso a paso, la evolución nacional e internacional desde los ojos y el trazo de mexicanos puntillosos, hábiles, críticos, muchos de ellos en franco pleito con el poder como en el periodo dictatorial de Porfirio Díaz. Ahora, Trizas manifiesta que los acercamientos pueden ser criticados pero siempre se han dado, incluso, en los últimos sexenios priístas cuando la "relación" no podría llamarse tal, como recuerda sucedió con Carlos Salinas de Gortari.

Fue tal la agritud que mostró Salinas en uno de los escasos encuentros con moneros, que Trizas recuerda que con su risa característica que en el ex presidente se llegó a calificar de "perversa"-, Salinas refirió que tanto le gustaban las caricaturas sobre él y otros temas, que hasta tenía "colgadas" algunas de éstas en sus oficinas, pero que, remató, más le gustaría "tener colgados ahí a los caricaturistas..."

Con el presidente priísta "de la transición" Ernesto Zedillo no hubo, en cambio, ninguna relación: ni mala ni buena, ni acercamiento alguno. La indiferencia presidencial hacia este gremio fue la constante. Trizas , con una expresión que denota perplejidad reconoce: "yo nunca he entendido, sinceramente, por qué se salían y se salieron estos compañeros..."

Refiere que el propio Magú, hoy disidente de la SMC, en su calidad de presidente de la sociedad mantuvo estrechos vínculos con el poder en México, y muchos de los que ahora están con Arturo Kemchs -y el mismo Kemchs afirma- han proseguido con estas relaciones que nada tienen de trasfondo. Y la búsqueda de la SMC por obtener beneficios para sus agremiados -como casas y terrenos- no tiene otra connotación, señala Trizas , que la que puede tener cualquier otra organización que lucha por obtener mejorías para sus integrantes.

Sonríe cuando enumera a algunos de los "disidentes" que, su única razón para salirse de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, es, considera, estar "cerca" de colegas como Naranjo o Rius , "como si eso se pegara..."

A Trizas le preocupa ahora dar la batalla ante una amenaza real: la aplicación del Impuesto Sobre la Renta al trabajo creativo en México. Para ello, afirma, han tratado de olvidar diferendos entre sus compañeros que ahora no están en la SMC, y participan de lleno en actividades de cabildeo político: se han reunido con el presidente Vicente Fox (EL UNIVERSAL, Cultura, 7/II/02) y diputados de diversas filiaciones partidistas. Trizas confía que así como en México por estos días "la situación cambia de un día a otro..." así el panorama para ellos pueda tornarse favorable. No puede el gobierno, dice, mostrar una postura rígida ante la naturaleza del trabajo creativo. A su juicio, ellos, los moneros y la comunidad cultural de México en su conjunto, tienen un difícil trabajo por delante: hacer entender a los políticos cuál es la esencia del trabajo intelectual y cómo y en qué condiciones éste rinde frutos. Las desaveniencias gremiales, indica, pasan ahora a segundo plano y quizá no vuelvan a surgir después porque, considera, la solidaridad es ahora la condición imperante en el ambiente mexicano.



Ver más @Univ_Cultura
comentarios
0