Resplandores de Kubrick iluminan el MARCO

EXPOSICIÓN. La sección favorita del público ha sido la de El resplandor (1980), con los vestidos de las gemelitas, el suéter del niño, las hachas y el laberinto.. (Foto: CORTESÍA MARCO/© Warner Bros. Entertainment Inc )
Para Tim Heptner, uno de los curadores de la muestra Stanley Kubrick, que se ha inaugurado en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), lo más interesante de tal exposición es, paradójicamente, el apartado acerca de una cinta que el realizador neoyorquino nunca pudo filmar: Napoleón.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Heptner dice que el proyecto Napoleón es una muestra palpable de la personalidad artística de Kubrick, quien tenía control absoluto de sus cintas. La obsesiva investigación del cineasta se materializó en un archivo con miles de tarjetas que consignan los hechos más significativos en la vida del general francés, ¡día por día!
"Kubrick se convirtió en un erudito acerca de Napoléon", remarca Heptner, quien desde 2002 se involucró en la exposición Stanley Kubrick, al lado del curador senior Hans-Peter Reichmann, del Deutches Filmmuseum de Frankfurt. La muestra se inauguró en 2004, en esa ciudad alemana, y luego viajó a Berlín, Melbourne, Zúrich, Roma, París, Ámsterdam, Los Ángeles, Sao Paulo, Toronto y Cracovia.
En el periplo mundial de la muestra, la sección favorita del público ha sido la de El resplandor (1980), comenta Heptner, quien adelanta que en Monterrey se verá una nueva maqueta del famoso laberinto que aparece en esa película. También se exhiben los vestidos originales de las gemelitas, el suéter del niño con la imagen del Apolo 11, las hachas, el cuchillo y la máquina de escribir donde el protagonista (interpretado por Jack Nicholson) supuestamente escribe una novela, aunque en realidad sólo repite un dicho inglés ad infinitum: "All work and no play makes Jack a dull boy" ("Puro trabajo y nada de ocio hacen de Jack un tipo aburrido").
La muestra en el MARCO, que finaliza el próximo 26 de julio, consta de alrededor de mil objetos, la mayoría originales. Hay muestras del vestuario que usaron Malcolm McDowell (Naranja mecánica, 1971), Ryan O'Neal (Barry Lyndon, 1975) y Tom Cruise (Ojos bien cerrados, 1999), así como trajes romanos de Espartaco (1960) y máscaras de monos y trajes de astronauta de 2001. Odisea del espacio (1968). También hay guiones, posters, storyboards y dos cartas entre Vladimir Nabokov y Kubrick, quien filmó Lolita en 1962. "En esa correspondencia se nota el gran aprecio que había entre ellos", dice Heptner.
El curador agrega que no hay cartas de Kubrick con Arthur C. Clarke, autor de 2001. Odisea del espacio, pero es un hecho que eran muy buenos amigos y les gustaba observar juntos la bóveda celeste (alguna vez les tocó ver un objeto volador no identificado y se lo hicieron saber a los investigadores de tales fenómenos; luego supieron que se trataba de un satélite experimental de comunicaciones). Tampoco hay cartas con Stephen King (El resplandor).
Lo que sí hay es un excelente documental didáctico de 20 minutos que expone la riqueza musical en las cintas del gran realizador estadounidense. Otro apartado exhibe la etapa en que un joven Stanley Kubrick se dedicaba a la fotografía en la revista Look.
El entrevistado considera que en esas imágenes puede verse el gran talento de quien, años después, revolucionaría la industria cinematográfica.
En la capital de Nuevo León podrá verse el único Oscar que obtuvo directamente Kubrick en su carrera, por efectos especiales de 2001. Odisea del espacio (sus colaboradores ganaron varios más). "Él fue un adelantado a su época, y si sólo recibió ese Oscar, hay que decir que obtuvo muchos otros galardones importantes en otros países", dice el curador.
Acerca del rumor de que Kubrick filmó previamente las escenas que la NASA mostró al mundo como si fueran la conquista en vivo de la Luna, Hepner dice que "no es nada serio". Y respecto al documental Habitación 237, de Rodney Ascher, que se da vuelo con ese asunto y otros más, a partir de un análisis de El resplandor, comenta: "Son especulaciones, pero lo bueno es que han servido para crear curiosidad y que el público se interese más en la obra de Kubrick".
La muestra Stanley Kubrick seguirá su viaje por otras ciudades del mundo (aunque no llegará al Distrito Federal) y, finalmente, la mayoría de los objetos irán a parar a la Universidad del Arte, en Londres.





