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A pesar de que hay una diferencia de 30 años respecto a Francia, Japón o Estados Unidos, o incluso de 50, dicen algunos, la novela gráfica en México vive en la actualidad un buen momento aunque aún hay más oferta que demanda en el plano editorial. El número de artistas, ilustradores, dibujantes y creadores es mucho mayor que las iniciativas editoriales que apuestan a publicar novela gráfica. Sin embargo, proyectos como "Las 24 horas del cómic", que ayer se realizó a iniciativa de la Embajada de Francia en México, son un gran impulso a este arte joven que creció en el underground.

A las 8 horas de México (15 de París), arrancó el reto de crear una novela gráfica de 24 páginas en 24 horas. Un reto que tanto en La casa de los autores, organizadores del Festival Internacional de Historieta de Angulema, en Francia, como en México y algunos otros países, tomaron 473 participantes que crearon su propia historia a partir de un suceso en la prensa: "Porque no fue autorizada a tomar el avión con su cachorro, ahogó al animal en un baño del aeropuerto".

En el marco de este encuentro que se realiza por primera vez en México y en el que participa más de una veintena de artistas, escritores y editores mexicanos que trabajan e impulsan la novela gráfica, como Bernardo Fernández BEF, Alberto Chimal, Luis Gantus y Diego Rabasa, analizan la situación en México de ese género que, a decir de Rabasa, ha crecido lentamente en nuestro país, pero donde aún hace falta que las propuestas editoriales sean más abundantes.

"El problema se complica cuando lo analizamos desde la óptica comercial: usualmente los libros gráficos son caros de hacer y actualmente existen pocas librerías con espacios específicos para libros de este género (lo cual es muy importante para que los lectores habituados encuentren con facilidad las propuestas y los lectores incipientes puedan darse una idea de todo lo que hay disponible al ver la oferta editorial reunida en un sólo lugar). Esta combinación: libros caros sumados a pocos espacios de exhibición, hace difícil que el género tenga, como ha tenido en otros países, un crecimiento exponencial", señala Rabasa.

Luis Gantus, director de FESTO cómic, asegura que ha crecido la oferta de novela gráfica en el país, hay más autores que utilizan este formato narrativo para dar a conocer sus historias y trabajos, y las editoriales empiezan a percatarse de las posibilidades que aporta el formato, aunque desconocen cómo desarrollarla y sobretodo promocionarla. "Es un buen momento para que los autores mexicanos desarrollen sus propuestas, ya existen apoyos oficiales, como las becas del FONCA en narrativa gráfica o el certamen de novela gráfica de FESTO Cómic-FILIJ".

Bernardo Fernández BEF, quien se define como militante de la novela gráfica, reconoce que la riqueza de este género en México está en su diversidad. "Puedo pensar en 15, 20 autores y no se parecen nada el uno con el otro, eso es algo sano; los japoneses se parecen todos, los gringos tienen este sello nacional, y aquí somos todos distintos. Esa es una buena señal".

El autor de novelas gráficas como la recién aparecida Uncle Bill y Sensus, el universo en sus ojos, la primera historieta en América Latina escrita en braille realizada con Jorge Grajales, asegura que la historieta en México tuvo una época dorada y vendía millones de ejemplares, como Memín Pinguín, Lágrimas y risas y La familia Burrón, pero no lograron legitimarse como autores y quedaron un poco como artesanos.

"Los que empezamos hace 20, 25 años, hemos tenido que ir a paso forzado para recorrer el camino que han hecho los europeos, los japoneses y los mismos gringos en 50 años; nosotros lo hemos tenido que hacer a paso forzado en los últimos 20", afirma BEF.

La novela gráfica en México y el cómic se hicieron mucho en la autopublicación a nivel fancine, era un género muy underground.

Alberto Chimal opina: "Creo que veremos una diversidad mayor de obras, autores e intereses en la narrativa gráfica nacional. Por ejemplo, la ganadora del primer concurso de proyectos de cómic del festival FESTO el año pasado fue Alejandra Espino, quien publicará una novela gráfica que mezclará sucesos reales, un ambiente onírico y personajes femeninos complejos".

jram