Vuelven Carrington y su mitología al Reino Unido
La muestra presenta el mural El mundo mágico de los mayas, creado en 1964 para ser exhibido en el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México. El fresco tiene 4.5 metros de largo. . (Foto: © Estate of Leonora Carrington / ARS )
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Londres. Desde que salió de Europa, Leonora Carrington (Lancashire, 1917Ciudad de México, 2011) volvió muy pocas veces a Inglaterra. Sin embargo, durante los casi 70 años que vivió en México conservó una de las tradiciones más arraigadas de su país de origen: tomar el té.
A cuatro años de su muerte y a 24 de su última exposición individual en la Serpentine Gallery de Londres, la pintora surrealista vuelve a Reino Unido con una exposición conformada por casi 100 piezas, entre pinturas, dibujos, esculturas y vestuarios de algunas obras de teatro para las que colaboró.
Inaugurada este fin de semana en la Tate Liverpool como parte del programa del Año de México en Reino Unido, la muestra explora el mundo onírico de esta artista, una de las máximas representantes del movimiento surrealista, junto a Max Ernst, Salvador Dalí y André Breton.
Esta exposición, explicó a EL UNIVERSAL, Lauren Barnes, curadora asistente de la Tate Liverpool, se centra en el rico y multifacético trabajo de una artista cuya biografía incluye diversos episodios de agitación: desde su rebelión contra las convenciones de su educación burguesa y su relación con el artista surrealista Max Ernst, hasta su colapso mental y su salida a México. Pero más que una narración biográfica, se trata de explorar la imaginación de la artista, la cual se caracteriza por los seres excéntricos que entremezclan plantas, animales, humanos y objetos, entre la realidad y otro mundo.
Así, las diferentes etapas de invención que la pintora y escultora exploró a lo largo de sus 94 años se van contando a partir de sus obras y de una selección de sus propias frases que fueron reunidas por la escritora mexicana Chloe Aridjis, amiga de Carrington y curadora de esta muestra, junto con Francesco Manacorda. La idea de incluir estas frases es evocar la presencia de la artista como en una sesión de magia, comenta Lauren Barnes.
Entre el bestiario y seres fantásticos que pueblan las tres salas dedicadas a esta muestra destaca el mural El mundo mágico de los mayas. Creado en 1964 para ser exhibido en el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México, el fresco de 4.5 metros de largo es descrito como un magnífico monumento a la relación de Carrington con México, el país que adoptó como su hogar.
La pieza, que viaja por primera vez al extranjero, recrea imágenes provenientes del Popol Vuh, el libro sagrado de los antiguos mayas, y los mezcla con elementos de la sociedad tradicional maya contemporánea. Se trata de una obra icónica, tanto por su contenido como por la experiencia que implicó para la artista realizarlo, pues antes de pintarlo, Leonora Carrington permaneció una temporada en Chiapas para estar en contacto con el mundo indígena y conoció de cerca los rituales ceremoniales que todavía sobreviven en esa región.
Además de sus pinturas icónicas La Giganta (1947), La hermana del minotauro (1953), La Tentación de San Antonio (1945), The Old Maids (1947) y The Pomps of the Subsoil (1947), se exhiben algunas de sus obras más tempranas, creadas en Reino Unido, como Sisters of the Moon (1932), una serie de acuarelas que la artista pintó cuando tenía apenas 15 años de edad y donde empezó a manifestar su interés por los personajes mitológicos.
Otra de las piezas significativas es la cuna de madera con forma de barco, que hacia 1949 diseñó, talló y ensambló José Horna (esposo de la fotógrafa Katie Horna) para su hija, y que fue decorada por Carrington. Con esta pieza, señala Barnes, la artista manifestó su convicción de no separar el arte de los objetos de la vida cotidiana, sino rebasar esas fronteras.
Esculturas, dibujos, poemas, así como tres máscaras de papel maché que Carrington hizo para una producción de la obra La Tempestad de Shakespeare en 1959, son otras de las piezas que se pueden ver en esta muestra que incluye obras de colecciones privadas de Reino Unido, EU y México, así como de algunas colecciones de museos, como el Centro Sainsbury de Artes Visuales en el Reino Unido y el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México.
Obra poco conocida. De acuerdo con Barnes, esta muestra es significativa porque trae de vuelta a Carrington al Reino Unido, donde su obra ha sido poco estudiada. Leonora tiene un número significativo de seguidores en el Reino Unido, pero tal vez ha sido menos famosa y estudiada que por las instituciones mexicanas.
Sin embargo, Carrington ha sido muy importante para las mujeres artistas emergentes de las últimas generaciones en el Reino Unido. De alguna manera, creo que podemos ver la vida que Carrington llevó, con su salida de Europa y su nueva vida en México, y el enfoque profundamente individual que le daba, como algo muy inspirador para las generaciones futuras. Ella también fue pionera en el feminismo y en la conciencia ecológica y la necesidad de preservar el medio ambiente, dice Barnes.
Entre los artistas contemporáneos que han tomado como referencia a la pintora inglesa nacionalizada mexicana están Lucy Skaer, quien visitó a Carrington en 2006 en su casa en la colonia Roma.
A partir de esa visita realizó una instalación con dibujos de papel y de formas tridimensionales, así como una película de 16 mm que muestra su conversación con la escultora.
La influencia de la artista en la creación contemporánea es otro de los aspectos que se puede ver en la exposición de la Tate Liverpool; en ese sentido, también se exhibe la obra de la artista contemporánea Cathy Wilkes (Belfast, 1966), cuyo trabajo en la instalación, la escultura y la pintura, tiene muchas conexiones con Carrington.
La muestra de Carrington se exhibe desde el pasado viernes y hasta el 31 de mayo en la Tate Liverpool.