aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Vargas Llosa: "La literatura no es un quehacer superfluo o suprimible"

David Carrizales Corresponsal| El Universal
Martes 21 de abril de 2015
Vargas Llosa:

El escritor dictó la conferencia magistral “Victor Hugo y mis pasiones literarias” a estudiantes del Tec de Monterrey. (Foto: Emilio Vázquez )

El Nobel llamó a los jóvenes a no perder su espíritu crítico y desconfiar del poder

[email protected]  

Monterrey. —Está muy bien que los jóvenes aprendan cosas prácticas para que puedan encontrar buenos trabajos, ganar buenos sueldos y generar grandes empresas; pero no se puede afirmar que la literatura es un quehacer superfluo, secundario y suprimible, dijo el escritor Mario Vargas Llosa.

Al dictar la conferencia magistral “Victor Hugo y mis pasiones literarias”, Vargas Llosa expuso que si no fuera por la literatura que genera un cierto malestar al permitirnos inventar mundos mucho mejores que el pequeño y mediocre mundo en que vivimos, seguiríamos en la época de las cavernas.

“Por eso cuando nos extasiamos con las grandes historias de la literatura, no sólo estamos viviendo un placer egoísta; aunque la frase parezca grandiosa, estamos trabajando por el futuro libre y cambiante de la humanidad”, dijo el Nobel de Literatura 2010.

“La literatura es mucho más importante de lo que creen quienes en los programas de educación contemporánea reducen las clases al mínimo, cuando no las suprimen, diciendo que es necesario que los jóvenes aprendan cosas prácticas, que les permitan encontrar buenos trabajos, ganar buenos sueldos, y generar grandes empresas”.

El Nobel recalcó que “es muy importante que los seres humanos mantengamos el espíritu crítico, que no creamos que el mundo está bien hecho, es muy importante que sigamos creyendo que el mundo está mal hecho, porque podría ser mejor”.

Dijo en ese sentido que la novela Los Miserables de Victor Hugo, fue considerada subversiva, y figuró en la lista de los libros prohibidos por la Iglesia en la Francia del siglo XIX; recordó que Lamartine, un contemporáneo del mencionado autor, expresó que “la más homicida y la más terrible de las pasiones que se puede infundir a las masas es la pasión de lo imposible”, y que debería ser prohibida porque atenta contra los poderes establecidos.

En efecto, dijo, los censores de los gobiernos totalitarios y de las dictaduras imperfectas, “unas más que otras” —lo que desató risas entre el público por su famosa frase de que México era la dictadura perfecta—, revisan con lupa las creaciones literarias y suprimen ciertos personajes, ciertos pasajes, algunas palabras, porque han descubierto en ellas un elemento peligroso.

“Vivimos en un mundo que está por debajo de los mundos que somos capaces de inventar y de fabricar con nuestro talento, pero también con sueños y frustraciones, y eso crea en nosotros un malestar sin el cual no hubiéramos salido de la época de las cavernas, seguiríamos como nuestros ancestros, aterrorizados por la lluvia y por el trueno”, expuso Vargas Llosa.

El progreso humano ha surgido de ese desasosiego, y ese sentimiento de insatisfacción es lo que se llama espíritu crítico, que es el gran factor de transformación y renovación.

Señaló que uno de los objetivos de las sociedades actuales debe ser impedir que la gran transformación audiovisual acabe con la literatura, o la reduzca a una actividad minoritaria, pues si se llegara a desarraigar a la literatura de los grandes públicos y tuviera que llevarse a los sótanos, vendría un empobrecimiento de la humanidad.

Vargas Llosa comentó que con las nuevas generaciones los medios audiovisuales han logrado que el esfuerzo intelectual haya sido desplazado por actitudes pasivas.

A los estudiantes que llenaron el auditorio Luis Elizondo del Tecnológico de Monterrey, les dijo: “Debemos defender nuestro derecho a desear y nuestro derecho a soñar, que están detrás de la literatura”.

Esta, aseguró, no sólo persigue objetivos hedonistas, sino que trae un efecto profundamente importante para la vida, la libertad y la diversidad, que es lo que representa la democracia, y para sentirnos capaces de criticar aquellos poderes que representan el establecimiento.

Estos poderes, pueden ser buenos, “pero si no hay frente a ellos una cierta actitud de desconfianza, lo que está amenazado es el progreso humano”, y en ese sentido, escritores como Victor Hugo han sido los grandes defensores de nuestra libertad y los motores de nuestro progreso.



Ver más @Univ_Cultura
comentarios
0