Preocupan plagas y estructura del Centro Ollin Yoliztli
DAÑOS. En seis meses, de septiembre de 2014 a marzo de 2013, el deterioro del inmueble ha progresado. Ahora los techos lucen huecos y con manchas de humedad. (Foto: ADRIÁN HERNÁNDEZ / EL UNIVERSAL )
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La comunidad estudiantil del Centro Cultural Ollin Yoliztli, así como padres de familia de alumnos de la Escuela de Iniciación a la Música y a la Danza, que atiende a 700 niños, aseguran estar preocupados por las condiciones del inmueble, luego de que en febrero pasado un músico de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) resultó herido con fragmentos de vidrio de una lámpara que estalló en la Sala Silvestre Revueltas.
Además, aseguran que las recientes lluvias han provocado más goteras en los pasillos y se han extendido a los salones de clase; que las fracturas que presenta el estacionamiento provocan que una parte del edificio vibre constantemente, y que nada se ha hecho ante la plaga de cucarachas que ha invadido, principalmente, baños y cafetería. Asimismo acusan que se han cancelado clases y les han restringido el uso de material escolar por “falta de recursos”.
Ante los problemas, afirman, las autoridades del Ollin Yoliztli les aseguran que se encuentran “trabajando”, pero no han ofrecido respuestas claras a la comunidad.
En la oficina de Comunicación Social de la Secretaría de Cultura del DF se aseguró que hace dos semanas se solicitó a la Secretaría de Protección Civil del DF un dictamen de la estructura del inmueble, sin embargo el departamento de Comunicación Social de ese dependencia negó la existencia de ese procedimiento.
Al cierre de la edición no se obtuvo respuesta sobre las medidas precautorias y soluciones que la Secretaría de Cultura emprenderá para resolver los problemas.
Clases entre plagas
“Los estudiantes siempre hemos dicho que la escuela está cada vez peor, las goteras mojan la madera de los instrumentos y pueden estropearse; es muy claro que hay problemas con el cableado: los cables están ahí, expuestos. Y es una pena que tengamos una gran plaga de cucarachas, están en los baños, en la cafetería, es un asco. Nos están poniendo en riesgo a todos, esto no debería estar pasando”, cuenta Rocío, de 18 años y estudiante de la Escuela de Música Vida y Movimiento, que forma profesionales en los niveles medio superior y superior en la ejecución de instrumentos musicales para que se incorporen como solistas en el medio sinfónico o de cámara, e imparte las licenciaturas en Dirección de Orquesta, Piano, Cuerdas, Alientos y Percusiones, y cuenta con un total de 265 alumnos.
Sonia, también estudiante de música, coincide con su compañera y asegura que el constante movimiento del inmueble provoca temor en la comunidad. “El estacionamiento está en el techo de la escuela y en las áreas de música es en donde más se siente la vibración del edificio cada vez que un automóvil sube al estacionamiento, es como si temblara. A veces pensamos que cualquier día el techo se nos vendrá encima”, dice.
Rachid, estudiante de piano, agrega: “Se escucha cómo truena el edificio y eso no es el único problema, los atriles no sirven, todo el inmobiliario está en pésimas condiciones. La dirección general de la Ollin nos ha dicho que está al tanto de todo, que todo se va a solucionar, pero no sabemos cuándo”.
La Escuela de Danza de la Ciudad de México, que imparte las disciplinas de ballet clásico, danza contemporánea, danzas populares mexicanas para niños y danzas populares para adolescentes y adultos, y cuenta con 453 alumnos, no está exenta de los problemas que aquejan al inmueble.
“Uno de los salones de danza está lleno de hoyos, otro que estaba peor se tuvo que cerrar; sin aire acondicionado y con el ejercicio que hacemos nos sofocamos; además los baños no sirven o nunca tienen papel”, dice el alumno José, de 26 años.
Sin presupuesto
Hace unos días, el director artístico de la institución, Ricardo Fuentes, sostuvo una reunión con la comunidad estudiantil y con padres de familia para tratar el tema de las condiciones del inmueble, así como otras inquietudes de índole administrativo. Ahí, cuenta la señora María Elena González, madre una estudiante, el funcionario les confío a algunos padres que el Centro Cultural no tenía presupuesto. “Nos dijo que no había dinero y que entonces se buscarían donaciones; es ridículo que un centro educativo de alto nivel no tenga dinero, ¿entonces para qué depende del gobierno del Distrito Federal y de la Secretaría de Cultura? En cada administración ha circulado el mismo chisme, que la Ollin Yoliztli va a cerrar”, lamenta.
La señora Mireya Carrillo, madre de otra de las alumnas de la Escuela de Iniciación, asegura que el problema no es sólo de estructura, sino también de administración. “Teníamos un gran maestro de organología y tras su jubilación, su plaza se congeló y ya no se imparte esa clase. Hace poco murió el músico que dirigía la camerata y tampoco se ha planteado su reemplazo; los materiales escolares como los que se daba la clase de lectura rápida fueron suspendidos, también cancelaron la clase de acondicionamiento físico. Y lo más grave de todo es que todo el trabajo de los alumnos es completamente ignorado, los chicos ofrecen conciertos de los que nadie se entera, ganan concursos internacionales y en las reuniones con la administración lo que se les ocurre decirnos es que debemos traer nuestro papel de baño”.
El Centro Cultural Ollin Yoliztli es sede de seis escuelas artísticas de la ciudad de México, que atienden a mil 836 alumnos y a lo largo de su historia ha tenido a connotados egresados, uno de los más recientes es el director de orquesta Iván López Reynoso, quien ha tenido una carrera brillante en los últimos cinco años.
“Inicié mi formación en el Conservatorio de las Rosas de Morelia, pero la Escuela de Música Vida y Movimiento me sirvió para consolidar mi educación institucional; ahí encontré a grandes maestros, como Gonzalo Romeu, con la más alta calidad docente, un maestro que dedica su vida a sus alumnos y a la cátedra, cuyo trabajo está creando una oferta de jóvenes especializados; maestros como Armando Gama y Gonzalo Gutiérrez y muchísimos otros; en la Ollin hay grandes maestros de solfeo, armonia, análisis, pero también de alta especialización, por eso es uno de los espacios más importantes para la cultura en México. Es de máxima prioridad que el Centro Cultural sea atendido”, dice López Reynoso.