Oksanen escribe del ser humano en guerra

TEMÁTICA. La autora interpreta el pasado, abordado desde la ficción pero con un sustento documental e histórico. (Foto: YADIN XOLALPA / EL UNIVERSAL )
yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
“Creo que todos mis personajes son en cierto modo sobrevivientes, pero hay algunos que tienen maneras más aceptables de sobrevivir que otros, sería algo anacrónico juzgarlos porque ¿qué hubiera ocurrido si la guerra hubiese tenido un desenlace distinto, si la Unión Soviética no se hubiera hundido?, entonces Edgar hubiera llegado a ser, por ejemplo, ministro de Propaganda de Rusia; habría sido muy valorado, no lo hubiéramos visto como un colaboracionista”, afirma Sofi Oksanen, la escritora finlandesa que anoche presentó en México su más reciente novela.
Y es que Cuando las palomas cayeron del cielo (Salamandra) es una novela que abarca tres décadas de la historia de Estonia, durante el periodo anterior y posterior a la Segunda Guerra Mundial, en la que no falta la intriga y el amor, pero ante todo ahonda en los abismos del ser humano en tiempos de guerra, al tiempo expone las diversas interpretaciones que un mismo episodio histórico puede generar en cada uno de los implicados.
La idea central de la celebrada escritora nacida en 1977 era ver cómo se interpreta hoy en día el pasado, abordado desde la ficción pero con un sustento profundamente documental e histórico. “Hay muchos libros de ensayo y de historia en Estonia, pero los novelistas no suelen escribir sobre el pasado reciente, eso es distinto en Finlandia, donde hay muchos novelistas que escriben sobre la historia; pensé adentrarme en el pasado y contarlo”, afirma la autora de Purga, novela que ha vendido más de un millón de ejemplares en 41 países y que ha sido llevada al teatro, al cine y a la ópera, y obtenido los más importantes premios.
Sofi Oksanen quiso hacer la reinterpretación del pasado de Estonia a partir de dos ejes, por un lado la muerte y el abuso sexual en tiempos de guerra y por otro los colaboracionistas que dieron lugar a la ocupación nazi.
La narradora, que estudió dramaturgia en la Academia de Teatro de Helsinki y es una de las escritoras contemporáneas más importantes, asegura que la guerra es prácticamente lo mismo en todas partes del mundo, de un siglo a otro. Y que en la guerra suceden las atrocidades más tremendas y los crímenes más impactantes.
“El abuso sexual o la violación como arma de guerra es tan antigua como la humanidad y al mismo tiempo es algo que no deberíamos aceptar. Desgraciadamente a pesar de que estemos hablando de esta arma tan antigua, no se hablaba de ella en la discusión pública hasta los años 60, por lo menos en Europa Occidental, por supuesto tiene que ver con que los cuerpos de las mujeres se consideran como un asunto privado, no como algo que deba discutirse públicamente”, señala.
Dice que quienes se han dedicado a investigar y a analizar crímenes de guerra en distintos países y lugares, afirman que las sociedades en las que las mujeres son más respetadas y hay una mayor igualdad, son menores las probabilidades de que en el caso de una crisis de violencia se produzcan casos de abuso sexual. “Es mucho más difícil convertir al otro en enemigo cuanto mayor sea el respeto moral o cuanto más igualitaria sea una sociedad; y esa es una medida preventiva”.
Cuando las palomas cayeron del cielo está contada a través de tres personajes fundamentales: Roland, quien lleva un diario de la guerra con el fin de que se conozca la verdadera historia de Estonia; Juudit, la esposa de Edgar, quien está en la disyuntiva de un matrimonio basado en la mentira y especula sobre las verdaderas intenciones de los nazis; y Edgar, quien es el colaboracionista que de haber triunfado la dictadura soviética tal vez hubiera llegado a ser ministro de Propaganda.
“La colaboración en sí misma es un tema. La ocupación no es posible sin colaboradores. Cuando pensamos en llegar a entender el pasado, la política y las leyes, debemos contar también la historia desde los colaboracionistas que son precisamente los únicos que no quieren contarla. Las víctimas, los oprimidos, los disidentes, los movimientos de resistencia cuentan su historia que no podían contar hasta ese momento, pero los colaboracionistas nunca lo hacen; no es un honor ser un colaborador pero necesitamos saber más acerca de ellos para entender el pasado”, afirma la narradora.
Anoche, en una conversación con el editor de Océano, Martín Solares, en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica, Sofi Oksanen, quien visita por vez primera México, habló de esta ficción que documenta hecho reales con el propósito de que esa historia no se vuelva a repetir. “Siempre he creído que cuanto mejor conozcamos cómo se crean las dictaduras y qué ha ocurrido en el pasado, quizás podamos evitar ese tipo de desarrollos en el futuro, pero no es fácil, hay que resolver las grandes diferencias económicas e intentar atajar esas grandes diferencias sociales”.





