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Las terapias de la directora del INBA

El Universal
Miércoles 04 de febrero de 2015

Los problemas que se registraron en la Compañía Nacional de Danza desde que Laura Morelos tomó la dirección artística en marzo de 2013 se intensificaron cuando, en septiembre de 2014, los bailarines comenzaron a darse cuenta de actividad inusual en el área de fisioterapia. Cuatro de ellos confirmaron a EL UNIVERSAL ser testigos de que en al menos cuatro ocasiones les fue negado el servicio a algunos de sus compañeros.

La razón por la que se les negó el servicio comenzó como un rumor: la directora general del INBA, María Cristina García Cepeda, estaba recibiendo terapias y masajes ahí.

Validaron el rumor y la molestia explotó en los salones de ensayo, no sólo por el uso inapropiado de las instalaciones, sino sobre todo porque se trata de un área que padece antiguos problemas, como “falta de aparatos básicos”, un ultrasonido que no funciona adecuadamente, compreseros inservibles; también carece de suministros básicos, como alcohol.

El reclamo se endureció cuando confirmaron que también la hija de García Cepeda recibió terapia en al menos una ocasión. El 28 de agosto, 66 de los 70 bailarines que integran la compañía firmaron un oficio solicitando el “cese inmediato” de esa práctica:

“Los bailarines de la Compañía Nacional de Danza queremos expresar nuestra preocupación e inconformidad al hecho de que personas ajenas a la CND están haciendo uso de los servicios de fisioterapia y masaje en las instalaciones de la CND en horario laboral de la compañía. En varias ocasiones los servicios de fisioterapia y masaje han sido negados a los bailarines por motivo de que los espacios y personal de área estaban ocupados atendiendo a personas externas.

“Existe un caso en particular en el que varias ocasiones el servicio nos ha sido negado por darle atención a la Directora General del INBA, María Cristina García Cepeda y/o a su hija dentro del horario laboral, con el personal y en las instalaciones de la CND”.

Al respecto, Laura Morelos y el director de Comunicación Social del INBA, Roberto Perea, aseguraron que García Cepeda sólo acudió una vez y explicaron que se trató de una urgencia que debía ser atendida dadas las múltiples actividades de la funcionaria, y omitieron la asistencia de su hija. “¿Considera que durante su gestión se ha hecho uso inapropiado de las instalaciones de la Compañía Nacional de Danza?”, se le preguntó en entrevista a Morelos. “No”, respondió.

El 10 de octubre, la directora del INBA convocó a una junta en su oficina a Morelos y a los representantes de los bailarines, Lorena Kesseler, Erick Santamaría y Jesse Inglis. EL UNIVERSAL cuenta con el audio del encuentro que se prolongó durante 40 minutos.

“Tenía interés de platicar con ustedes porque sé que me querían ver, y no nada más que me querían ver sino que quién sabe qué se traen conmigo y dije, órale, cómo son”, dijo la funcionaria a los bailarines antes de explicarles sus motivos para hacer uso de las instalaciones de la compañía.

“Tuve un dolor en la pierna y dije, híjoles, salir de aquí para ir a una consulta, voy a perder tres o cuatro horas. Entonces hablando con Laurita, me dijo: ‘Aquí te pueden dar la terapia’. Así que bajo a que me den la terapia, pero no porque no la pueda pagar ni porque esté haciendo mal uso de mis atribuciones sino, saben qué, por no perder tiempo para el trabajo que tengo que hacer. Fíjense lo equivocado de la percepción”, explicó.

Y agregó: “Hablé por teléfono y pregunté (a la fisioterapeuta) si estaba ocupada y me dijo que no, lo primero que le dije es que no quería ocupar el espacio de otro para que me atendieran. Le dije ¡no! No soy ese tipo de persona, no soy prepotente, no soy arbitraria”.

Cuando García Cepeda cedió la palabra a los artistas, Jesse Inglis, representante de los bailarines, le indicó: “Nosotros no cuestionamos sus intenciones, somos sensibles, pero fueron varias veces que los bailarines fueron sacados de sus terapias”. La funcionaria no negó que acudió más de una vez a recibir los servicios. Además, el intérprete que formaba parte de la compañía desde 2008 y ocupaba el puesto de solista le precisó que sus compañeros estaban “muy molestos porque su hija también recibió terapia”.

La funcionaria prometió no volver y reconoció que su hija Lorena también había sido atendida. “De la manera más natural le dije (a mi hija): ‘Oye, mira, aquí también pueden ver lo de tu hombro’”. Y concluyó con un comentario: “Qué pena que no fui más veces, ya ven, me hubiera dado cuenta de que el láser no funciona”. Alida Piñón



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