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El monocromo de las pinturas del tijuanense Hugo Crosthwaite, la delicadeza de los dibujos del cubano Frank Mujica que no revelan nada del paisaje tropical donde crea sus obras, las fotografías ecológicas que de Ciudad del Carmen construye Alejandro Pérez Falconi o la reivindicación de la pintura que ha emprendido Alejandro Campins, también cubano, son ejemplos de las muchas pinturas que este año coinciden en la sección de Nuevas Propuestas, en la feria de arte contemporáneo Zona Maco.

Son 22 proyectos de galerías de América Latina y Europa, que en la feria ocupan, cada una, un espacio de 20 metros cuadrados donde exponen las obras de uno, dos o tres de sus artistas; en buena medida son artistas emergentes. Sin embargo, no están sólo en el rango de los 25 a 35 años, en muchos casos son artistas que no han sido muy conocidos, al menos no en este tipo de ferias, pero que han constituido una trayectoria, por ejemplo Rosemberg Sandoval o Chema López.

Este año, la curaduría de Nuevas Propuestas fue hecha por el director artístico de la feria, Pablo del Val, quien explicó que aplicaron a esta categoría más de 70 propuestas de las cuales se seleccionaron 22.

Su objetivo con este proyecto, dice, ha sido descubrir, descubrir todo el tiempo. Y aunque se buscó un equilibro entre instalación, pintura y escultura, en un momento dado sobresalió la pintura por número y calidad.

“Hay una selección de jóvenes artistas que usan varias técnicas, hasta tradiciones ancestrales, que se están enfocando en reinventar ciertas maneras de hacer cosas. Están volviendo a las universidades tradicionales de pintura y escultura, hay una vuelta al gusto por la cocina —se entiende por la cocina cómo guisas la estructura, el pigmento, la plastilina o el barro que vas a modelar—. Lo que están haciendo es reinventar con esa formación sólida y muy plástica, nuevas formas de hacer”.

Recorridos

La galería knoerle & baettig contemporary, con sede en Suiza, ha traído a tres artistas latinos: Martín Cordiano, Alejandro Campins y Alejandro Pérez Falconi; este último ha construido una serie de fotografías con un sentido ecológico hechas con base en desechos que se arrojan a una playa; Cordiano también se basa en el residuo; hace obras donde la pintura nace del desecho y adquiere el valor de pintura de una forma nada convencional.

Campins sobre el lienzo inventa espacios y fronteras, deja que el azar, el accidente, haga lo suyo. Una de la directoras de este espacio, la cubana Merly Knoerle, cuenta que es un pintor emergente que defiende el regreso a la pintura. “La idea de que la pintura no es contemporánea es un tema que se viene discutiendo tanto, tanto, desde los 80, que es un tema aburrido; lo que tiene que ser nuevo es el discurso, el tema es el que tiene que ser contemporáneo, el medio en el que te expreses no. No tenemos que ser tan rectos a la hora de definir qué es contemporaneidad y qué no”, comenta Knoerle.

Hugo Crosthwaite crea pinturas en blanco y negro, con elementos tomados del comic, la pintura tradicional e incluso iconos chicanos; los trabajos de este joven artista (premio de adquisición en la pasada Bienal Femsa) son presentados en esta sección por la galería Luis de Jesús, Los Ángeles.

Johanes Vogt ha traído las obras de Tatiana Blas, de Sao Paulo, quien expone pinturas de pequeños formatos basadas en la obra del dramaturgo Henrik Ibsen, así como un video performance, hecho en Noruega, con personajes que hablan en lenguas nativas.

Marie Moebius, de galería Yam, de San Miguel de Allende, detalla que están presentando obras de artistas muy diferentes: Charles Freger, que es fotógrafo, y retrata grupos de personas que usan uniformes. Y están también las fotografías de una de las instalaciones del chileno Norton Maza, llamada Del paisaje y sus reinos, que muestra a un Cristo hecho con un maniquí que es atacado y que se resguarda con un poderoso arsenal de armas. “Todos los elementos de la instalación los hizo el artista El rocket, las otras armas, toda la decoración de la casa, incluso la pintura del plafón”, dice la galerista.

Los artistas que trae la galería española Paula Alonso son Manolo Bautista, Nebojsa Despotovic y Chema López. “Es nuestro segundo año, también en Nuevas Propuestas. Hemos podido venir con tres propuestas, dos que trabajan pintura, uno con video arte”, explica la galerista.

Acerca de Despotovic (Belgrado, 1982) comenta: “Tiene apenas 30 años, su pintura es muy gotesca, muy fuerte para su juventud, es un gusto ver que artistas están volviendo a darle esa importancia a la pintura, que durante un tiempo se había perdido, se habían didedicado a otras disciplinas. Vuelven renovando el lenguaje, la forma de cómo apropiarse de la imagen; en Nebojsa hay una historia que subyace, que a lo mejor no estaba tanto en la fotografía tradicional, algo conceptual, y hay también figuración”.

Pablo del Val agrega que entre estas propuestas, los artistas de Latinoamérica se han enfocado a trabajar en su región o a hablar de problemáticas o conceptos que tienen que ver con lo que pasa en el continente:

“Hay temas como sociología y política; son artistas que trabajan con precariedad de medios porque muchas veces no es factible meterse en grandes instalaciones y producciones. Hay obras y procesos más silenciosas, trabajan más la palabra, el pincel puro y duro. El arte contemporáneo latinoamericano ha sido un arte de protesta y estos artistas son la vanguardia y cabeza de muchas de esas protestas y rebeliones contra el poder establecido. Ha sido un continente problemático, con carencia de libertades, con democracias entre comillas”, cierra Del Val.