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El tenor José Luis Duval, antes de convertirse en una de las figuras de la ópera nacional, estuvo a punto de ser el solista de la banda El Recodo, de Cruz Lizárraga. Eran principios de los años 90, Julio Preciado estaba por abandonar la agrupación y necesitaban reemplazo.

Eran tiempos en que la banda no gozaba aún del reconocimiento mediático. “Don Cruz me preguntó si quería ocupar el lugar que dejaría Preciado, lo pensé, pero cuando me enteré de lo que pagaban decidí que no era lo mejor. Los shows eran muy largos y cada género tiene su propio sonido, en la banda te piden cantar muy nasal; también te piden eso en los musicales. Así que dije que no porque mis maestros de ópera me enseñaron a cantar de otra forma”, explica en entrevista.

El tenor, que a lo largo de su carrera se ha dedicado también a la música ranchera, ahora regresa a ese añejo interés por la banda y suma su inquietud por el norteño, y enlaza los tres géneros en el disco José Luis Duval canta lo mejor del mariachi, banda y norteño.

El volumen cuenta con 24 temas como “Mi ciudad”, “La puerta negra”, “El sinaloense”, “Bonita finca de adobe”, “Paso del norte” y “Te sigo amando”.

Además, el 14 de febrero se presentará en el Teatro María Teresa Montoya a las 13 y 18 horas, con un programa dedicado especialmente al bolero.

Duval ha cantado en los mejores teatros del orbe, como el Colón, de Buenos Aires; el Metropolitan, de Nueva York y Bellas Artes, de México, entre otros. Entre su repertorio se incluye El trovador, Carmen, La bohème, y estrenó recientemente Atzimba del compositor Ricardo Castro.

“Un cantante debe conocer bien el género que canta para que los puristas te respeten, no sólo en la ópera hay puristas, también en la banda y en el ranchero. En este disco canto lo más dignamente posible porque respeto mucho al público”, cuenta.

Además de su dedicación a la ópera, ha actuado en telenovelas, fotonovelas, teatro, cine, palenques, teatros del pueblo, festivales, en ferias. Asimismo participó en doblajes y variedades; por eso, dice, se considera un cantante que ha sabido dedicarse a distintos géneros. “Sé que los temas que presento ahora son conocidos, pero se los presento a mi estilo, yo no canto el ranchero como si cantara ópera”, explica.

Los temas del disco, dice, fueron elegidos con base en su gusto personal. “Ramón Vargas dice que no hay más que dos tipos de música, la buena y la mala. Hay bueno de Verdi y hay malo de cualquier otro compositor. Lo que propongo en este disco es no sólo lo que me gusta, sino lo que más me pide la gente”.

Y agrega: “La ópera, el bolero, el ranchero, ahora la banda, son géneros que me gustan y habrá quien piense que tengo los huevos en distintas canastas y sí, pero con mucho respeto a la gente y a mis colegas”.

El tenor lamenta que en este momento aún no es posible definir si se le podrá ver en alguna producción operística. “Hasta ahora se sabe que sólo habrá cinco óperas (con la Ópera de Bellas Artes), sólo cinco para un país de 120 millones de mexicanos, algunas tendrán dos o tres funciones. No es algo nuevo esta situación, pero eso no significa que tengamos que aceptarlo. En los años 50 había hasta 50 títulos en un año, se estrenaban óperas; eso ha acabado, pero no sólo en la ópera, en la cultura en general”, lamenta.

Recuerda que la ópera Atzimba estaba programada para ser representada en diversas partes de la República, pero desde su reestreno, el año pasado, sólo se ha presentado en tres ciudades. “¿De qué sirvió que se haya rescatado? Que bueno que se hizo, pero es una pena”.