Isis destruye reliquias literarias en Irak
BASTIÓN. La ciudad de Mosul, a norte de Bagdad, permanece bajo dominio del Estado Islámico. (Foto: AP )
Militantes del Estado Islámico en Mosul, la tercera ciudad más grande de Irak, al norte del país árabe y bastión del grupo yihadista, han emprendido la quema de bibliotecas y con ellas, miles de documentos y manuscritos con siglos de legado científico y cultural, muchos, con información irrecuperable.
De acuerdo con el diario británico The Independent, ha sido destruidos alrededor de 112 mil 700 documentos y libros, entre los que perecieron ejemplares registrados en la lista de antigüedades de la UNESCO.
Según un testimonio anónimo para la agencia de noticias AP, los encargados de quemar las bibliotecas tuvieron como prioridad quemar las ediciones "que promueven la infidelidad y llaman a desobedecer a Alá".
La Biblioteca Central de Mosul fue el primer recinto en ser saqueado y devastado. Integrantes del Estado Islámico irrumpieron en el edificio, rompieron los candados y cargaron varias camionetas -consigna el portal ABC- con un aproximado de dos mil libros, dejando en los estantes solamente publicaciones con textos islámicos. Ghanim al Ta'an, director de la biblioteca, declaró a la agencia Iraqi News, que tras la extracción procedieron a destruir parte del inmueble con la ayuda de explosivos.
La biblioteca de la Universidad de Mosul -establecida en 1921- también sufrió un saqueo de parte de los radicales islámicos, quienes extrajeron cientos de libros de ciencia y cultura, construyeron una pila y convocaron a universitarios para que vieran cómo se consumían. Entre los documentos que se perdieron se encuentra una colección de periódicos iraquíes desde principios del siglo XX, además de mapas y colecciones del Imperio otomano.
Otros recintos que fueron saqueados son la Biblioteca Musulmana Suní, la Biblioteca de la Iglesia Latina -con 265 años de historia- y la del Monasterio de los Dominicos.
Sin embargo, no todos los ejemplares fueron consumidos por el fuego. De acuerdo con testimonios, muchos de los documentos se guardaron en camiones durante varias noches, lo que permite especular que su destino sería el mercado negro, ya que la venta de estos permitirá tener ingresos a los yihadistas para el financiamiento de su guerra.