aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Comparan los rituales de equinoccio entre los pueblos de Japón y México

Abida Ventura| El Universal
Sábado 17 de enero de 2015
Comparan los rituales de equinoccio entre los pueblos de Japn y Mxico

TRADICIÓN. Cientos de personas se reúnen para realizar cantos, mantras y apreciar el espectáculo natural de la salida del Sol sobre el cráter del volcán Fuji. (Foto: CORTESÍA ARTURO MONTERO )

El registro arqueoastronómico será plasmado en un libro y en un documental

abida.ventura@eluniversal.com.mx

El 23 de septiembre, fecha del equinoccio autumnal, en algunas regiones de Japón es un día de asueto y festivo porque se “recibe al Sol naciente de la montaña”. Cada año, centenas de personas acuden al monasterio Keishin-in, ubicado en la montaña Sichimen, para participar de un ritual que incluye cantos, mantras y la apreciación de un espectáculo natural único: la salida del Sol sobre el cráter del volcán Fuji.

En septiembre pasado, como parte de las actividades del “Año del Intercambio México-Japón”, el arqueólogo mexicano Arturo Montero García y los guías de montaña de la Cruz Roja Mexicana, Édgar Segura y Ricardo Pérez, ascendieron mil 300 metros por el monte Sichimen para llegar a dicho monasterio y ser testigos del ritual que en esa fecha llevan a cabo los monjes budistas de la escuela Nichiren.

Lo anterior con el fin de hacer un registro arqueoastronómico y comparativo sobre el culto que los pueblos ancestrales de Japón y México tuvieron hacia sus montañas.

La idea del proyecto, explica en entrevista el arqueólogo, es “mostrar cómo para dos civilizaciones con culturas diferentes la observación del Sol y la naturaleza se vuelve significativo para explicar su entorno”.

Los resultados de este trabajo de campo se plasmarán próximamente en un documental y un libro.

En el caso de México es muy conocido el ritual a la montaña que durante el equinoccio de primavera (marzo), o durante el paso cenital del Sol (mayo), realizaban algunos pueblos precolombinos. En Xochicalco, refiere el investigador, cuando se registra el fenómeno del paso cenital del Sol, éste aparece justo sobre el cráter del Popocatépetl y, al medio día, un chorro de luz entra de manera vertical en una cueva que los antiguos pobladores acondicionaron para apreciar este fenómeno.

“En ambas culturas, ver salir el Sol sobre el cráter de estos dos volcanes ha sido muy significativo porque en términos simbólicos hace una relación entre el plano celeste y el plano terrestre al ver salir el Sol por detrás de la boca del cráter, es como si el Sol estuviera saliendo de la tierra”, explica Montero García, quien en colaboración con especialistas del INAH y de la Universidad Autónoma de Yucatán también ha llevado a cabo el registro de este fenómeno en el “Templo de Kukulcán” o “El Castillo”, en Chichén Itzá.

Tanto en México como en Japón, estas fechas mantienen hasta ahora una importancia ritual, pero mientras que en el país nipón se conserva de una manera más apegada a las tradiciones ancestrales, en nuestro territorio el culto a la montaña y al Sol fueron alterados después de la Conquista española, comenta el investigador.

“Lo interesante de Japón es que sigue vivo el ritual tradicional debido a que no tuvieron una intromisión occidental en sus cultos. Allá pudimos ver un ritual en el que las personas van con sus atuendos tradicionales, ofrecen cánticos y rezos con una gran solemnidad tal como, suponemos, pudo haber sido en México hace mucho tiempo”, comenta.

La celebración en Japón durante los equinoccios se denomina go-raikou, que significa “recibir el Sol naciente de la montaña”. Para este evento, comenta Montero García, se erigieron espacios de culto, como el monasterio Keishin-in, en un aislado bosque con el fin de alinearse con la montaña más venerada de Japón.

Estos rituales japoneses tienen como precedente los cultos regionales sintoístas a la naturaleza “con rituales de veneración al Sol y para el Sol”. “Hoy en día en algunas zonas de la provincia de Tajima, durante el equinoccio autumnal los agricultores visitan pequeños santuarios en la mañana, al mediodía y por la noche para hacer ofrendas al Sol”, refiere.

El monte Fuji es una montaña sagrada al menos desde el siglo VII d. C, explica: “El budismo venera al monte Fuji por su forma que recuerda el botón blanco y los ocho pétalos de la flor de loto. Por todas estas razones, el monte Fuji estuvo prohibido a las mujeres hasta 1872; una capilla llamada Nyonin-don (refugio de mujeres) les permitía esperar a las mujeres el regreso de la montaña de sus maridos, hermanos o hijos”.



Ver más @Univ_Cultura
comentarios
0