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¿Qué es lo latinoamericano cuando de arte se trata? ¿Mercado? ¿Obras con temas políticos? ¿Piezas de artistas nacidos o que vivieron en estos países? ¿Es lo distinto a lo que se hace en Estados Unidos? ¿Por qué en las exposiciones con el nombre de arte latinoamericano suele haber piezas creadas fuera de la región pero no de los originarios de Haití o de chicanos?

En términos de arte, latinoamericano es el nombre en torno del cual se han constituido museos: el Malba de Buenos Aires o el LAAM que abrirá en Miami; es un departamento que ha ido fortaleciéndose en museos como el MoMA o la Tate Gallery; es negocio en grandes subastas. Preguntas sobre lo que ha sido y es lo latinoamericano vuelven con la muestra Superposiciones: Arte latinoamericano en colecciones mexicanas, que este 23 de mayo se inaugura en el Museo Tamayo.

Son 56 obras de 12 artistas de las que quizás son las mayores colecciones de arte moderno en México: la Pérez Simón, la FEMSA y las de los museos de Arte Moderno y Tamayo. Fue curada por James Oles con base un asunto matemático y arbitrario: los que están en la muestra son los que están representados con por lo menos cuatro obras, en mínimo dos de las colecciones.

El otro continente. Las mayores colecciones de arte moderno en México no tienen un énfasis internacional, tampoco latinoamericano; son de artistas mexicanos o extranjeros que crearon en México. En el mundo, las más grandes colecciones de arte latinoamericano se conservan en el Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires), Cifo (Fontanals-Cisneros, en Miami), Inhotim en Brasil, el Museo de Bellas Artes de Houston, el Laam en Miami (abrirá en 2016 y será obra del arquitecto Fernando Romero). En cuanto a arte contemporáneo, una de las más grandes es la Daros con sede en Suiza (cuya sede en Brasil se acaba de anunciar que cerrará).

La región, por otra parte, es sede de grandes colecciones internacionales, como la Jumex, la mayor de arte contemporáneo en América Latina.

Latinoamérica, reconoce Oles, es un concepto cambiante y problemático: “Hay coleccionistas en todo Latinoamérica que piensan en Latinoamérica cuando están comprando. Latinoamérica es uno de esos conceptos que usamos para hacer el mundo un poco más digerible, pero también es un término impuesto, un término útil, un término que para Bolívar representaba grandes posibilidades continentales, un término para contrarrestar la influencia anglosajona, pero también es algo que puede limitar. No es un término ni bueno ni malo ni totalmente impuesto ni totalmente adoptado. Es un término que tenemos que revisar”.

Superposiciones traza diálogos entre 12 artistas latinoamericanos; presenta obras maestras de grandes de la región, como Roberto Matta, Wifredo Lam, Joaquín Torres-García; tiene hallazgos: la destacada presencia del brasileño Arcangelo Ianelli. Y ausencias: no está ninguna mujer, y no porque no haya obras de algunas en las colecciones sino porque es una presencia más escasa y no iban con el planteamiento matemático que tomó Oles para seleccionar las obras.

“En la exposición hay mucha diversidad —describe el curador— hay abstracción geométrica, hay constructivismo, hay surrealismo, escultura, pintura, hiperrealismo. Hay cuadros enormes, de tamaño mural, hay pequeñísimos; hay obra cinética, hay gustos para cada quién. Excluí a los mexicanos así como a latinoamericanos que hicieron casi toda su carrera en México, como Carlos Mérida”.

Además de los ya mencionados, también hay obras de Marcelo Bonevardi y Rogelio Polesello, de Argentina; Claudio Bravo, de Chile; Sergio de Camargo, de Brasil; Julio Le Parc, de Argentina; Armando Morales, de Nicaragua; Omar Rayo, de Colombia; y Jesús Rafael Soto, de Venezuela.