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Puebla. —El 28 de octubre será la inauguración del museo Tesoros de la Catedral, un espacio que consta de tres salas dentro del edificio de la Casa de la Cultura de Puebla, en el antiguo Colegio de San Pedro, contiguo a la célebre Biblioteca Palafoxiana y a menos de una cuadra del histórico templo.

La galería —como se le llama también— permitirá que puedan ser vistas algunas de las obras maestras de la basílica en exposiciones que se renovarán cada seis meses. La catedral de Puebla guarda más tesoros que, incluso, la de la Ciudad de México (la cifra no es pública por razones de seguridad).

La constitución del espacio no es el único hecho singular en esta historia, sino que representa un precedente en la relación Estado e Iglesia. De acuerdo con el rector de la catedral de Puebla, el presbítero Francisco Vázquez Ramírez, el proyecto del museo se hace con el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla (Cecap). Los términos, precisa, fueron que “el Cecap facilitaba el acondicionamiento de las tres salas y que nosotros iríamos haciendo la curaduría con ayuda de gente experta”.

Ya en el Presupuesto de Egresos de la Federación, en 2013, entre los recursos etiquetados como Apoyos y Donativos a cultura se incluía una partida de 15.5 millones de pesos para el Museo de Tesoros de la Catedral en Puebla.

Comunicación Social del Estado le informó a EL UNIVERSAL que “se usó el recurso etiquetado por 15.5 millones de pesos y se ocupó tanto en el rescate y adecuación del edificio virreinal, que se encontraba muy deteriorado, como en el equipamiento museográfico para las salas de Tesoros de Catedral, en una proporción aproximada de 50% para obra y museografía”.

Obras maestras de la catedral poblana han llegado a museos como el Louvre en París, del Prado en Madrid y Amparo en Puebla, y en 2015 llegarán al MET en Nueva York, pero no se había constituido un espacio para que se presentaran fuera del templo, para que fueran vistas más que con un fin de culto con uno artístico. Algunas catedrales del mundo tienen un museo y en el DF, por ejemplo, se trazó un proyecto para abrir uno de su catedral.

Acerca de los términos del acuerdo, el rector responde:

“La catedral presta las obras y ellos nos las cuidan”. Al ser cuestionado acerca de la propiedad de las piezas acota: “Este es un edificio Federal; la catedral es patrimonio del país. Tenemos muy claro que es obra de la Nación y nosotros la tenemos a resguardo”.

El rector dice que 75% de las piezas permanecen expuestas en áreas como las 14 capillas, el coro y los altares del Perdón, de los Reyes y Mayor, y que 25% se mantienen guardadas.

A la pregunta sobre el acuerdo, Comunicación Social de la entidad responde: “Es un convenio de colaboración en el que la Arquidiócesis, y en específico la Basílica Catedral de Puebla, usan el espacio de las salas Tesoros de la Catedral, propiedad del gobierno del estado, para exhibir en coordinación con el Cecap, piezas del acervo artístico y religioso que se encuentra bajo su custodia o propiedad”.

El gobierno estatal otorga a través de Cecap el espacio, aseguramiento, traslado, custodia de las piezas y restauración si se requiere. “Es un convenio histórico pues no se tiene antecedente de un acuerdo de estos alcances desde la separación entre el Estado mexicano y la Iglesia,” informó el vocero del gobierno del estado, Fernando Crisanto.

La primera exposición. Regina Angelorum es una muestra de 27 piezas que estará dedicada a la virgen María. Incluirá ocho pinturas; cuatro esculturas de pequeño formato, dos de gran formato y una de piedra de Tecali; documentos sobre culto a la Inmaculada Concepción; dos piezas en marfil casi nunca vistas por el público; una pieza en ónix que corona la cúpula central y que fue restaurada por INAH tras caerse en medio del sismo de 1999; ropa litúrgica; un cáliz y una custodia; y piezas con la historia arquitectónica del edificio, como una maqueta. Entre las pinturas, figuran algunas de Cristóbal de Villalpando.

Las tres salas, que ya tienen condiciones de seguridad como lo son extintores, salidas de emergencia, sirenas estroboscópicas, sensores de presencia, de humo y de apertura, y circuito cerrado de televisión, tienen cada una un tamaño similar al de las capillas al interior de la catedral. Los 303 metros cuadrados de exhibición cuentan con un sistema de aire acondicionado, luz controlada a base de leds, termohidrómetros para medir las condiciones de temperatura (25 grados ) y humedad relativa (entre 45 y 50%); a las salas podrán ingresar grupos de alrededor de 40 personas o 50. La museografía, obra del arquitecto Édgar Ramírez, tiene como punto de partida la pintura de De Villalpando; en vitrinas se ubicaron algunas de las demás piezas.

Las exhibiciones mostrarán una mínima parte de los tesoros que conserva este edificio, construido entre los siglos XVI y XVII, uno de los de mayor belleza y monumentalidad en el país.

La catedral guarda entre sus acervos “cientos y cientos” de piezas, afirma el rector; hay óleos de artistas de renombre de los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX, como De Villalpando, Juan Rodríguez Juárez y Luis de Berruecos; piezas de bronce; esculturas de madera con representaciones de santos y santas de distintas advocaciones; casullas, dalmáticas, capas pluviales de las cuales la más antigua es de 1640; un terno que fue usado en las festividades de la Santísima Virgen, la Purísima Concepción, y que data de 1780. Conserva cálices de distintas épocas, custodias, gobelinos, tapetes de Flandes, piezas en arte plumario, pinturas en lámina de bronce y documentos en su archivo.

El estado de las piezas es bueno, dice el rector: “Muchas tienen 300 o 400 años, pero están presentables. Con ayuda de instituciones se han restaurado algunas. Creo que están en muy buen estado para ser apreciadas”. El rector agrega que uno de los términos del acuerdo para Tesoros de la Catedral es la restauración de una o dos obras, paralelo a cada exposición.

Aunque no ha habido robos en los últimos años (el rector aclara que ninguno desde que él llegó en 2010), aún está en la memoria el robo de capitulares pintadas por Luis Lagarto en el siglo XVII, junto a otros objetos, que tuvo lugar a finales de los años 80, pero además se sabe que el robo de arte religioso es un delito que sigue presente.

“El robo se ha detenido y ha sido muy benéfica la tecnología; tenemos muchos elementos de seguridad: sensores, alarmas, cámaras”. Sin embargo, advierte que es un negocio oscuro, truculento: “Las piezas andan caminando en el extranjero, el ladrón de arte sacro no se lleva las piezas a su casa, trabaja para alguien”. Por ello destaca las condiciones de seguridad del nuevo museo que van desde el seguro hasta cámaras de seguridad, vigilancia las 24 horas con personal especializado.

Al insistir en la pregunta sobre el número de obras en el inmueble, asegura que entre 2010 y 2011 se hizo un levantamiento: “Son varios cientos de piezas, más que las de la catedral de México, ahora se está haciendo la ficha técnica de cada pieza. Por situaciones de robos que ha vivido la catedral, no se revela el número. Pero sí es un número considerable, tenemos todo ya localizado, qué es y la fecha de origen de la pieza (aunque no de todas)”.

La falta de información sobre cuántas obras son, ha sido cuestionada por investigadores: El rector dice: “Todos tenemos un poco de privacidad en nuestra casa”. Pero son bienes de la Nación, se le cuestiona: “Y hay alguien al resguardo de estos bienes. Abrir la puerta en medio del desorden social en que estamos no se podría. Lo hemos vivido: cuando se ha abierto ha habido intromisiones lamentables, robos. No digo que los investigadores roben, pero hay gente que se dedica a eso”.

jram