"Porgy and Bess" tras bambalinas
Video. EL UNIVERSAL tuvo acceso al backstage antes del estreno de la ópera más famosa de Estados Unidos en el siglo XX en el Palacio de Bellas Artes
DE VUELTA AL PAÍS. La obra de George Gershwin tiene funciones este 1, 2 y 3 de agosto. (Foto: YADÍN XOLALPA / EL UNIVERSAL )
ana.pinon@eluniversal.com.mx
América Barcenas se pasea de un lado a otro, reparte sonrisas y se suma al ambiente afectivo que hay en el backstage del Palacio de Bellas Artes, a unos minutos de que empiece la primera función de la ópera Porgy and Bess, de George Gershwin, considerado el título más famoso de norteamérica del siglo XX.
América es la única mexicana de la compañía neoyorquina Pab Theatre que trae esta obra cargada de folclore afroamericano, jazz y clásico, que no se había presentado en este teatro desde 1955 y en México desde 2002.
Ella es queretana y hace tres años salió a buscar suerte. La halló en Pab Theater, dirigida por Michael Capasso, en donde ha tenido papeles como contralto y además ha explorado su faceta de bailarina.
"Es un sueño cantar en Bellas Artes con esta gran compañía, soy la única mexicana y eso me hace sentir que represento a un país en una ópera tan famosa y en una producción extraordinaria", dice América, quien saluda a todo el elenco de la ópera, que por instrucciones de su autor desde los años 30 es interpretada por cantantes afroamericanos. Porgy and Bess está situada en Carolina del Sur de esos años y narra la historia de un hombre pobre que se enamora de la mujer equivocada.
Los cantantes se ven tranquilos, se maquillan, vocalizan por los pasillos, calientan sus cuerpos con ejercicios y reciben instrucciones del quipo técnico. Desde los camerinos se escucha a la soprano Geraldine Mcmillan y ya se vislumbra que la función que casi ha agotado boletos, será todo un éxito.
La expectativa es grande, como su compositor, porque es una ópera que logró romper la frontera entre el folclore norteameriano sureño y la academia, prueba de ello es el aria "Summertime", la canción de cuna con la que abre esta puesta y que en 80 años ha tenido un sin fin de versiones e intérpretes. Detrás del escenario que aguarda a la magia teatral, no hay tensión, hay entusiasmo por salir a conquistar al público.