"Persiste un odio subterráneo a la mujer"
Video. Ensayos impertinentes reúne 16 trabajos de la estudiosa
EN MÉXICO. Vino a presentar su nuevo libro "Ensayos impertinentes", que publican Océano y "Debate Feminista". (Foto: PATRICIA JUÁREZ / EL UNIVERSAL )
yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
"Sor Juana crea un espacio utópico que ni depende de las deudas y obligaciones de una sociedad tributaria ni del intercambio y los intereses de una sociedad comercial", dice Jean Franco al analizar la obra de la "Décima Musa".
"Los autorretratos de Frida Kahlo no son solamente utilizados por la empresa privada o el Estado, sino también por artistas chicanas", señala la estudiosa inglesa respecto a la iconización de la pintora mexicana; "Tanto la novela rosa como la novela en historieta representan la incorporación de la mujer en la sociedad", afirma al hacer un comparativo entre la narrativa popular mexicana y la estadounidense.
Todos son análisis realizados por la profesora emérita de la Universidad de Columbia, sobre México, su cultura, su literatura y su feminismo. Franco, quien es considerada una "referencia imprescindible para la cultura latinoamericana y para las feministas", fue amiga de Carlos Monsiváis, quien decía que la investigadora y ensayista inglesa "piensa sin eurocentrismo alguno".
La profesora, nacida en 1924 en Manchester, luego de estudiar Historia en Inglaterra llegó a México a finales de 1954, tras varios años de vivir en Guatemala. Desde entonces, la mujer que también ha enseñado en las universidades de Londres, Essex y Stanford, se conectó con México y con todo el territorio de América Latina.
"Jean ha escrito sobre cultura latinoamericana desde los inicios de los años 60, y sus libros La cultura de Latinoamérica (1967) y Una introducción a la literatura latinoamericana (1969) siguen siendo textos clásicos", señala Marta Lamas en el prólogo del libro Ensayos impertinentes, coeditado por Debate Feminista y Océano que reúne 16 trabajos de Franco que conforman un retrato certero y doloroso de la realidad en América Latina en las últimas décadas.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Jean Franco habla de cultura, literatura, escritoras, cultura popular, feminismo, violencia, guerras, guerrilla, narcotráfico y feminismo presentes en los ensayos del nuevo libro que publica en México, pero también da cuenta del nuevo tema que trabaja y que tiene que ver con la militarización en la frontera de México con EU.
"Las mujeres han tenido luchas muy importantes en Latinoamérica, por ejemplo, el aborto. No estoy ya tanto al día de cómo está México, no conozco la política diaria ni cotidiana, leo mucho pero no tengo la información diaria que se necesita, hay muchas luchas locales muy importantes pero no tienen resonancia en el mundo", afirma Jean Franco.
La autora de Las conspiradoras. La representación de la mujer en México, que hace un repaso de las grandes escritoras que ha tenido este país desde antes de Sor Juana y hasta Elena Poniatowska, Elena Garro y Rosario Castellanos, reconoce que durante los 80 en Centroamérica había guerras civiles muy fuertes que implicaron violaciones y masacres, y aunque se ha mejorado ahora la violencia viene desde otro lado: los feminicidios, y no sólo en Ciudad Juárez y otras entidades de México, también desde Centroamérica hacia EU.
"El feminicidio es un odio un poco subterráneo hacia la mujer; mientras la mujer puede triunfar públicamente y tener impacto político, abajo están estos odios, las muertes de mujeres en Juárez y otros feminicidios. En América Central y en otras partes de México son indicios de que hay un odio que sólo se expresa en la violencia contra la mujer", señala Franco.
Ensayista impertinente
A Jean Franco le ha interesado toda Latinoamérica, sus preocupaciones tienen que ver con la injusticia y el feminismo, como territorio vinculante del activismo, la ciudadanía y la transnacionalización del movimiento feminista. Le interesa la exclusión, la discriminación y el no reconocimiento de las grandes urbes sobre América Latina. Por eso se ha enfrascado en la frontera de México con Estados Unidos y la militarización de esa franja.
En esta investigación, que tiene tanto de cuestión política como de sociológica y cultural, ha encontrado libros relevantes, como el de Óscar Martínez, Los migrantes que no importan, que ha documentado la violencia, no sólo en "La Bestia" sino la violación de las mujeres con cifras "aterradoras".
"Lo que estoy haciendo es un trabajo de denuncia, no sé puede hacer otra cosa. Yo no sé qué puedo hacer, porque desde América central hasta la frontera con Estados Unidos no hay ninguna política para proteger a los migrantes, habría que pensar qué hacer con ellos, cuando llegan a la frontera es peor porque ahí tienen que pagar coyotes y cruzan por el desierto, lo que ha costado muchas vidas. Es una situación muy cruel que sólo se podría resolver con una discusión muy seria entre México y Estados Unidos que no se da. Cuando eligieron a Obama un grupo de latinoamericanistas mandó una carta diciendo que por favor se cambiara la política de los norteamericanos hacia América Latina y no ha hecho ningún cambio, por el contrario, hay más deportaciones que nunca, dejan a gente en la frontera, sin dinero, sin nada y lejos de sus pueblos", dice.
Franco guarda una relación estrecha con México; tuvo una amistad profunda con Monsiváis: "Aprendí mucho de él, tenía una visión muy especial de las cosas", también está su amistad con Marta Lamas, "que me permite abordar cuestiones de feminismo en México" a través de la revista Debate feminista, de la que se extrajeron muchos de los artículos de Ensayos impertinentes. En ese libro, imprescindible para México pues es la mirada de una de las estudiosas que mejor lo ha delineado, analizado y entendido, hay abordajes académicos serios a "La Malinche", a las guerras del género, a la violación como arma de guerra, hay un elogio a la diversidad y confesiones sobre la vejez y claro, la literatura.
"La literatura escrita por mujeres ya no es sólo testimonial porque ahora hay muchas novelistas buenas; nunca han tenido tantas posibilidades como ahora, admiro a las jóvenes que están saliendo; esa sí es una diferencia muy grande de cuando yo empecé a estudiar a Latinoamérica y a México, donde había un dominio casi absoluto de los hombres; no tengo nada contra los hombres pero hablaban de ‘literatura de mujeres', como una cosa aparte que no pertenecía a la institución de la literatura. Ahora está mucho mejor", concluye la escritora que a sus 89 años sigue cerca de este territorio.