El artista conceptualista japonés On Kawara murió ayer a los 81 años en Nueva York, donde vivió los últimos 50 años.

No obstante su fama, se convirtió en un enigmático personaje del mundo del arte: había decidido aislarse, no dar entrevistas a la prensa ni dejar que le tomaran fotografías. Tanto que su obra se convirtió en la prueba más concreta de su existencia.

Kawara comenzó a pintar de joven. Vivió en Tokio, México y, ya en Estados Unidos, se hizo reconocido por su investigación de la naturaleza del tiempo.

Para su serie Today, que comenzó en 1966, pintó numerosos cuadros de diferentes dimensiones, en un solo color, empleando el sistema de notación de fecha.

Conocidos como Date paintings, en el centro de ellos escribía con letras blancas la fecha actual, y los guardaba junto a una página del diario del mismo día. Se estima que este proyecto autobiográfico, que se ha dicho que terminaría el día de su muerte, lo realizó en un centenar de países.

En esta línea de dar prueba de su existencia con su obra también se inscriben series de postales enviadas a amigos desde distintos países. Como en 1970, que mandó telegramas a un amigo galerista holandés con la leyenda I am still alive.

sc