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Nortec y la Orquesta Filarmónica conjugan sus ritmos

Abida Ventura| El Universal
01:00México | Lunes 24 de marzo de 2014
El singular ensamble marcó el cierre de la 30 edición del Festival del Centro Histórico México

abida.ventura@eluniversal.com.mx

Cerca de 50 mil personas se reunieron esta noche de domingo en la plancha del Zócalo para escuchar el singular ensamble de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México y la agrupación electrónica Nortec, en el concierto que marcó la clausura de la 30 edición del Festival del Centro Histórico México.

Gritos, aplausos, un joven desmayado por exceso de alcohol, dos niños extraviados y hasta una pancarta en la que se leía: "Estos eventos no justifican tu mal gobierno", marcaron esta velada musical que estuvo llena de propuestas que invitaban a bailar: Clarinete y panderos turcos con Mercan Dede Secret Tribe, música callejera hecha en la ciudad de México con Triciclo Circus Band, y hasta trompetas balcánicas de Dzambo Agusev y La Banda Gitana del Momento.

Sin embargo, el público que llegó al lugar desde la tarde parecía guardar energías para lo que prometía ser el concierto estelar de la noche.

¡Nortec!, ¡Nortec!, pedían a gritos, mientras que la agrupación Dzambo Agusev y La Banda Gitana del Momento, provenientes de Macedonia, se apoderaban del escenario y trataban de poner a bailar al público con su música balcánica. La respuesta se quedaba en aplausos y en gritos que ya sólo pedían ver al colectivo oriundo de Tijuana.

Por fin, hacia las 9 de la noche, en el escenario comenzaron a tomar posiciones los músicos de la Orquesta. Minutos más tarde, aparecieron José Areán, el director de la agrupación de la ciudad de México, y Ramón Amezcua ‘Bostich' y Pepe Mogt ‘Fussible', integrantes de colectivo norteño. En seguida, una ola de gritos y aplausos.

Comenzó entonces a sonar piezas como "Norteña del sur", "Trip to Ensenada", "Tengo la voz" y "One Night" en una versión que conjugaba los ritmos electrónicos de Nortec con las cuerdas y vientos de la sinfónica capitalina.

El concierto se tornó más contemplativo, pero eso no impidió que después de cada canción el público que se encontraba cerca del escenario gritara y aplaudiera.

Los que estaban más alejados del escenario, en cambio, comenzaron a retirarse después de la quinta o sexta pieza, pues, aseguraban, esperaban más del concierto y de Nortec. Otros señalaron fallas en el audio.

jlc  



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