Belleza maya seducirá a China
Valor. En este marco se realizará un maratón, con la obra de Revueltas, en las dos mil Salas de Lectura que hay en el país, así como en centros de readaptación o reclusión y otros recintos con lecturas especiales para personas con discapacidad, a fin de que todo México lea a José Revueltas, explicó. . (Foto: EFE/Archivo )
En el Museo Nacional de China, en Beijing, se inaugura este 13 de noviembre la exposición de arqueología mexicana "Mayas, el lenguaje de la belleza", integrada por 238 piezas de más de dos mil años de antigüedad.
Con esta muestra, México mostrará en Beijing el concepto de belleza de los antiguos mayas, con objetos que fueron creados desde el año 500 antes de Cristo, hasta los elaborados hacia el 1550 de nuestra era, abarcando más de mil 200 años de historia, destaca un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Las piezas proceden de los cinco estados mexicanos que comprenden el área maya: Yucatán, Campeche, Chiapas, Tabasco y Quintana Roo, y forman parte de los acervos de sus museos y del Centro Cultural Tlatelolco, de la UNAM.
La selección de piezas arqueológicas da cuenta de las representaciones del cuerpo visto en el imaginario de los antiguos mayas, cuyo eje temático se centra en la sensibilidad y maestría de los escultores que revelan el concepto del hombre y su posición en el universo; los objetos desvelan la riqueza de técnicas que van de la talla en piedra, concha y jadeíta, hasta el moldeado en cerámica, entre otras.
Esta exposición se centra en un elemento fundamental de la plástica prehispánica: el cuerpo, que se aborda en cuatro apartados: El cuerpo como lienzo, El cuerpo revestido, La contraparte animal y Los cuerpos de la divinidad.
En el cuerpo como lienzo, el propósito de modificar el aspecto físico, constituyen un elemento común en todas las sociedades actuales y pretéritas. En el mundo mesoamericano, particularmente entre los mayas preocupados por la belleza, se realizaban cotidianamente peinados y aplicaban pintura en la piel, mientras otros arreglos eran para ocasiones festivas.
Algunos adornos, como cicatrices y tatuajes, cambiaban de por vida el aspecto de las personas y se consideraban expresiones visibles de identidad cultural o pertenencia social.
Entre las modificaciones permanentes se encuentran la escarificación facial y los ornamentos dentales, así como la modificación artificial de la forma de la cabeza, el estrabismo y las perforaciones para alojar orejeras, bezotes y narigueras.
En este núcleo sobresale el rostro de un hombre viejo, retratado sin deformación cefálica, con la nariz aguileña, portando un austero tocado y con la fuerza expresiva de sabiduría y serenidad de quien ha completado su ciclo vital.
El cuerpo revestido, aquí la vestimenta señalaba la condición social del individuo. La mayoría de la población se dedicaba a labores del campo y vestía con sencillez: las mujeres con el huipil y una falda o manto y los hombres con un taparrabos.
La nobleza usaba elaboradas vestimentas con accesorios como cinturones, collares, tocados y pectorales cuajados de pedrería y plumaria. Los textiles, de ricos colores, se teñían con índigo, añil, grana cochinilla o con el tinte del caracol púrpura; se tejían con técnicas muy elaboradas como el brocado o el deshilado y muchas veces se complementaban con plumas.
Sobresale la "Estela con gobernante". La parte alta de esta pieza exhibe al gobernante de Edzná, cuya fecha lo identifica el 17 de septiembre de 726. La figura porta una especie de bastón con tres elementos en su mano izquierda y en la derecha el glifo del Dios K. Estos objetos son testimonio del alto rango militar y político, económico y religioso de este personaje, así como de su autoridad.
La contraparte animal. Los animales son seres capaces de hablar, pensar y poseer poderes sobrenaturales, aunque reconocen las diferencias entre los humanos y éstos como parte de una visión del mundo basada en opuestos complementarios: vida-muerte, hombre-naturaleza, humano-animal. Existen tanto representaciones naturalistas de la fauna como imágenes de seres sobrenaturales que pueden incluir humanos con atributos animales y viceversa.
Sobresale en este núcleo un pectoral que procede de la "Ofrenda de Oxkintok", fue parte del ajuar funerario de un noble adolescente quien portaba tal objeto que simula la cabeza de una tortuga terrestre y, a su alrededor, el vaso del árbol del mundo y la vasija con una serpiente bicéfala, entre otros objetos. La interpretación de este contexto es que los mayas esperaban que el joven sepultado renaciera de la tortuga terrestre como el árbol del mundo y alcanzara el lugar mítico de la creación.
Los cuerpos de la divinidad
Los mayas veneraban a múltiples deidades y entidades sagradas de muy diversa naturaleza, que podían encarnar los poderes más grandes o ser guardianes de diminutas plantas, pequeños arroyos o de los montes. Sus representaciones incluyen características humanas con elementos animales, vegetales y otros imaginados. A esos dioses y seres sagrados atribuyeron el origen de los fenómenos naturales a los que temían, y de la expresión material y espiritual de todo cuanto existe.
El panteón maya está integrado por deidades con características contrapuestas: masculinas y femeninas, jóvenes y viejas, animales y humanas, creadoras y destructoras, como la naturaleza misma de donde tomaron sus modelos.
En este sentido, las máscaras funerarias elevaban a los gobernantes a una condición sagrada. En la exposición se incluye la máscara funeraria de Calakmul, en la que se aprecia el rostro de un joven con un tocado que simboliza a la Montaña Sagrada de la que brotan dos pequeñas hojas de la planta de maíz.
Sus grandes orejeras representan el modelo cosmogónico maya de cuatro lados y un centro, y sus colmillos evocan a la Serpiente del Aliento, reforzando el carácter divino del personaje.
sc
"Mayas, el lenguaje de la belleza" permanecerá en exhibición en el Museo Nacional de China, en Beijing, hasta el 8 de marzo de 2015.