aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Liebman: Bellas Artes, el preludio del éxito

Alida Piñón| El Universal
04:30Domingo 02 de febrero de 2014

Video. El público del Palacio de Bellas Artes aplaudió de pie el talento de la pianista mexicana Daniela Liebman, durante su debut acompañada de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, bajo la dirección de Anatoly Zatin

Daniela Liebman, durante su debut en el Palacio de Bellas Artes, estuvo acompaada de la Orquesta de

FELIZ. Daniela Liebman, durante su debut en el Palacio de Bellas Artes, estuvo acompañada de la Orquesta de Cámara del recinto. (Foto: TANYA GUERRERO / EL UNIVERSAL )

Había una gran expectativa por ver por primera vez en la Ciudad de México a la niña que ha logrado lo que ningún músico a su edad: debutar en prestigiosos recintos como Carnegie Hall, ganar importantes competencias a nivel mundial y compartir escenario con figuras internacionales como Lang Lang

ana.pinon@eluniversal.com.mx

Al Palacio de Bellas Artes acudió un público inusual: familias con niños, jóvenes. Afuera, en la explanada del recinto, más jóvenes y adultos mayores se sentaron frente a una gran pantalla, para observar la transmisión en vivo de una función única, el debut de la pianista Daniela Liebman, de 11 años, en el recinto cultural más importante del país.

El boletaje se agotó hace dos semanas. Los revendedores remataban las últimas entradas.

Había una gran expectativa por ver por primera vez en la Ciudad de México y en Bellas Artes a la niña que ha logrado lo que ningún músico a su edad: debutar en prestigiosos recintos como Carnegie Hall, ganar importantes competencias a nivel mundial y compartir escenario con figuras internacionales como Lang Lang.

El recital inició con Preludio a Apollo et Hyacinthus, K.38 de Mozart, a cargo de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, bajo la batuta del ucraniano Anatoly Zatin, mentor de la joven pianista desde hace cuatro años.

El público fue receptivo y generoso, brindaron aplausos a los músicos que estaban por acompañar a la pianista más joven de México que ha tocado con una orquesta en el Stern Auditorium de la prestigiosa Carnegie Hall.

Vino después de la Sinfonía Op. 12 núm.4 en re menor, G. 506, La casa del diablo de Luigi Boccherini.

Recinto abarrotado

Los asistentes que abarrotaron el recinto aplaudieron al término de cada movimiento de la obra, un acto que los cánones no escritos prohíbe.

La revelación, dirían algunos, de un público poco asiste a conciertos sinfónicos. Para otros, la comprobación de que una figura como Daniela Liebman es capaz de atraer a nuevos asistentes. Interés hay, talento también.

Arriba, en los balcones del recinto, estaban funcionarios culturales acompañando a los padres de la pianista. Sonreían, intercambiaban opiniones.

Finalmente, Daniela salió al escenario, sonriente. Y comprobó lo que su madre, Anna, ha dicho en diversas ocasiones, un público ávido no intimida a la solista, por el contrario, la motiva a dar lo mejor de sí.

El Concierto para piano y orquesta núm. 8 de Mozart empezó a cobrar vida en las manos de la intérprete jaliscience que desde hace cuatro años estudia en el Instituto Universitario de Bellas Artes en la ciudad de Colima, bajo la tutela de Zatin.

Ahí estaba la joven pianista de Jalisco tocando una obra que conoce muy bien porque forma parte de su repertorio desde hace dos años.

Es, además, una pieza que el compositor escribió en su preadolescencia y que, años después, utilizaba como obra didáctica para sus alumnos.

Los aplausos y los vivas hicieron sonreír a Daniela. Abandonó pronto el escenario. El programa había concluido, pero volvió ante la insistencia del público para obsequiar un “caballito de batalla”, La Lieggerezza de Liszt.

Entonces, el reconocimiento a Daniela fue de pie. Ella no dejaba de sonreír, miró hacia los balcones y saludó a su madre.

Daniela quería más, su primera vez en Bellas Artes merecía más. Los aplausos siguieron y ella regresó tres veces más al piano para seguir tocando la Toccata de Filippenko, Estudio de Moszkowski y Estudios Op. 25 de Chopin. En la sala había un alboroto.

Más vivas y bravos se lanzaban al aire. Los músicos sonreían, las pequeñas amigas de Daniela Liebman, también pianistas, gritaban consignas de apoyo desde sus asientos.

Afuera, en los pasillos, se escuchaba el llanto de un niño, un sonido casi nunca escuchado en los rincones del recinto. Todo parecía único por primera vez. Daniela seguía sonriendo, un rostro relajado, feliz, alejado de sus gestos duros y concentrados cuando está frente al piano. Liebman volverá a Bellas Artes en mayo y en octubre debutará en el Festival Internacional Cervantino.



Ver más @Univ_Cultura
comentarios
0