La escenografía que marcó los años dorados del cine

ACERVO. Fotograma de la película "María Magdalena", con su correspondiente dibujo que ya trazaba el proyecto escenográfico. (Foto: ARIEL OJEDA. EL UNIVERSAL )
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Después de la muerte de su abuelo Francisco Marco Chilet (Valencia, España, 1900- México D.F., 1979), Ramón Álvarez Larrauri y sus hermanas descubrieron en un estudio de Tacubaya un baúl que contenía un valioso acervo fílmico: planos escenográficos, bocetos decorativos, diseños de muebles y vestuario de películas de la llamada época de oro del cine mexicano.
Ese material gráfico, elaborado por el artista plástico y escenógrafo valenciano exiliado en México, quien produjo la escenografía de más de 150 películas, entre rancheras, históricas, de ficción y cómicas, desde 1945 hasta 1970, permaneció por mucho tiempo resguardado en manos de la familia.
Hace unos años, mientras la historiadora de arte Elisa Lozano realizaba una investigación para documentar el trabajo casi desconocido de los escenógrafos del cine mexicano, tuvo acceso a los materiales conservados en ese baúl verde que, hasta entonces, eran un archivo muerto para la familia.
Desde hace unas semanas, el Centro de Documentación de la Filmoteca de la UNAM posee 288 planos y dibujos que este escenógrafo realizó para crear el ambiente, escenografía y vestuario de películas como María Magdalena, de Miguel Contreras Torres; Sobre las olas, de Ismael Rodríguez (primer largometraje mexicano a colores); En la palma de tu mano, de Roberto Gavaldón y hasta Santo vs. la invasión de los marcianos, de Alfredo B. Crevenna.
Esos planos y dibujos que permanecieron minuciosamente resguardados "como si se hubieran hecho ayer", explica Lozano, conforman un valioso material que abre la posibilidad de conocer el trabajo de uno de los precursores de la dirección artística en el cine mexicano, una labor que apenas comienza a revalorarse.
A unos días de su llegada, personal de la Filmoteca ha comenzado el proceso de catalogación e identificación del acervo que fue donado por la familia y que próximamente estará a disposición de los investigadores.
Óptimas condiciones
De acuerdo con Antonia Rojas Ávila, jefa del Departamento de Documentación de la Filmoteca, los materiales se encuentran en excelente estado de conservación, por lo que no necesitará de mayores trabajos de restauración. "Los planos están impecables, en folders y guardas de propileno que han permitido que los materiales se conserven de manera excepcional", dice.
Actualmente se trabaja en la catalogación y registro fotográfico del acervo. Lo siguiente será digitalizarlo para ponerlo a disposición del público.
La revisión e identificación de ese acervo apenas inicia, pero ya comienzan a hallarse planos y dibujos valiosos, comenta Rojas Ávila.
Entre estos destacan los diseños de las sillas que utiliza Medea de Novara en la película María Magdalena, de Miguel Contreras Torres, y algunos dibujos de columnas arquitectónicas o accesorios para películas de corte histórico. "Su trabajo resulta muy importante porque crea los ambientes que aún quedan en el imaginario de los mexicanos y es muy rico porque va de un género a otro sin ningún problema. Con las películas de El Santo, por ejemplo, diseñó todos los focos coloridos, las computadoras, los discos que dan vueltas, toda esa ambientación que vimos en esas películas", comenta Antonia Rojas Ávila.
La historiadora Elisa Lozano, quien está por publicar su libro electrónico Escenógrafos y directores de arte del cine mexicano. Hacia la recuperación de una plástica perdida y ha sido hasta ahora la única investigadora que ha tenido acceso a los archivos de Marco Chilet, comenta que el material donado a la Filmoteca de la UNAM permitirá ampliar la historia sobre la escenografía y la dirección artística, esa parte técnica del séptimo arte que ha sido poco estudiada por los investigadores del cine mexicano.
"Su archivo abre la posibilidad para revalorar a los técnicos del cine. Por lo general, los investigadores se ocupan de los directores, de los protagonistas, últimamente de los cinefotógrafos, pero creo que hay cierto desprecio u omisión por los técnicos, siendo que en el cine todos los elementos son muy importantes: los vestuaristas, los músicos, los escenógrafos", lamenta Lozano.
Esa colección, añade la historiadora, "da cuenta de la precisión en la manera de trabajar, las formas de producción, los materiales que se utilizaban y todo lo que tenía que ver el escenógrafo".
La también autora del libro ¡Luces, cámara, acción! Cinefotógrafos del cine mexicano, 1931-2010, también destaca el hecho de que el material de Marco Chilet, incluso algunas maquetas, haya sobrevivido ya que mucho de los planos o dibujos para la escenografía de las películas no se conservaban porque normalmente se les entregaba al departamento de construcción.
Sin embargo, Chilet, quien fue discípulo de Sorolla en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, en Valencia, y se exilió en México en 1940 luego de permanecer dos años en un campo de concentración en Francia, tuvo el cuidado de guardar todos sus planos, dibujos y maquetas.
Y es que una de las características de Marco Chilet, recuerda su nieto Ramón Álvarez Larrauri, es que era un artista y arquitecto que se preocupaba por conservar sus bocetos.
Entre las maquetas que la familia conserva está, por ejemplo, la que realizó para el diseño del mercado de Tlatelolco y que actualmente se exhibe en el Museo Nacional de Antropología.
Álvarez Larrauri asegura que además de realizar escenografía para cine, su abuelo también produjo pinturas, dibujos y murales que hasta ahora no han podido localizar.
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"Sabemos que hizo como 400 cuadros al óleo, algunos fueron regalados, otros vendidos, pero no los tenemos identificados. Hizo tres murales que tampoco sabemos si sobreviven o si se destruyeron", comenta Ramón Álvarez Larrauri. Agrega que ahora el objetivo principal de la familia es revalorar la obra de Chilet con la ayuda de los investigadores.





