Un festival de poesía invadirá las calles de Buenos Aires
ESTACIÓN PLAZA ITALIA. Paredes, techos, pisos, tiendas, pasillos y bancas están llenas de libros, títulos y nombres de grandes autores . (Foto: YANET AGUILAR EL UNIVERSAL )
yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
BUENOS AIRES.— El lema que rige la novena edición del Festival Internacional de Poesía que se realizará en esta ciudad del 2 al 7 de mayo, está marcado por el espíritu de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires: “No hay ciudad sin poesía”.
A partir de esa certeza que se convierte en el alma del encuentro, se reunirán más de 40 poetas de 17 países, quienes tomarán la feria pero también las calles para demostrar que la poesía permea a la sociedad aunque no lo tenga como prioridad. Es así que a la cita acudirán poetas de las provincias argentinas y creadores de América Latina, además de países que estarán por primera vez, como India, Sudáfrica, Croacia y Costa Rica. También por primera vez estarán los “saraus”, que son poetas que surgen en la periferia de San Pablo y recitan sus poemas en los bares cercanos a las favelas.
En Buenos Aires, la propuesta es que estén en la inauguración del encuentro poético y en algunos de los bares más emblemáticos de la ciudad.
Por noveno año consecutivo y arropado desde 2013 por el Ministerio de Cultura de Buenos Aires, el Festival que tendrá entre otros invitados al italiano Valerio Magrelli, a la colombiana Piedad Bonet y a la mexicana Silvia Eugenia Castilleros, hace de la ciudad su territorio por cinco días.
Graciela Aráoz, directora del Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires y quien es además presidenta de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA), aseguró en conferencia de prensa que el encuentro poético ha crecido en número de poetas que participan y en lugares hasta donde llega su poesía, pues ahora alcanzarán incluso la estación Plaza Italia del Subte.
Esa estación del Metro de la ciudad de Buenos Aires, que es la que lleva al Predio de La Rural, sede de la Feria del Libro, será el espacio en el que los escritores brasileños harán una intervención poética singular.
“Es el quinto año en que salimos a la calle, hemos estado en museos y en bares; primero estuvimos en el mercado Progreso, luego en los bares que se preparan para la ocasión, se llenan y tienen un ambiente agradable. Están, entre otros, el Barrio Bar Palermo, El Banderín, son distintos barrios, no solamente del centro sino de la periferia porque lo que nos interesa es difundir la poesía, que se instale en la ciudad” señaló Graciela Aráoz.
Hernán Lombardi, ministro de cultura de la municipalidad de Buenos Aires, dijo que la poesía es necesaria como elemento estratégico para una vida cultural intensa en la ciudad. “No hay ciudad sin poesía. En las ciudades donde la vida urbana es intensa y rústica, con altos niveles de crueldad, la poesía se infiltra entre las grietas, entre los cordones de las veredas, los baches y los roces de la vida”.
Libros en el Metro
Todas las rutas de autobuses llegan a La Rural, podría ser el lema de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que transcurre su andar hasta el 12 de mayo que cierra sus puertas; ese predio junto al zoológico de la ciudad que todos los años recibe a los libros y a los lectores esta estratégicamente situado casi a las puertas de la estación Plaza Italia del Subte, que está plagado de libros.
Paredes, techos, pisos tiendas, pasillos, bancas de la estación de la Línea D del Metro de Buenos Aires son libros abiertos con frases, sentencias, títulos, autores, esculturas de libros y decenas de anuncios de libros de los más diversos autores.
Quienes van en el Metro y quienes se bajan en la estación chocan literalmente con libros de autores como Jorge Luis Borges, Ricardo Piglia, Italo Calvino, Juan Rulfo, Rosa Montero, Carlos Fuentes, Jorge Volpi, César Aira, Juan Gelmán, Julio Cortázar.
Frases que tocan
Aunque la figura de Mafalda es una de las consentidas y sus tiras cómicas forran paredes de pasillos de transbordos, los usuarios del Subte se encuentran con páginas abiertas en las bancas donde se sientan; frases que los “tocan”, escritas en soportes iluminados, títulos de libros y autores de colores distintos en las franjas de los escalones del Metro. Incluso encuentran invitaciones en los buses que dicen “Todos vamos a la feria del libro”.
Por estos días, la ciudad de Buenos Aires es una fiesta, un regocijo que brilla en la feria y tiene destellos a cada paso de la calle Corrientes o en la Avenida Santa Fe en Callao y en otras tantas arterias de una ciudad que está llena de librerías; plazas comerciales donde puede faltar un supermercado, pero nunca una confitería o una librería.