Turandot, renovada al Auditorio Nacional
EN ESCENA. Imagen de los ensayos de la ópera en el Palacio de Bellas Artes, el año pasado, en la que se aprecia a los cantantes y a los músicos participantes . (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
ana.pinon@eluniversal.com.mx
Turandot, la ópera final de Giacomo Puccini, será llevada al Auditorio Nacional con la Compañía Nacional de Ópera (CNO) en una breve temporada con sólo dos funciones, el 9 y el 11 de mayo, después de 10 años de no pisar ese recinto. Con este título se retoma el interés de llevar ópera en vivo a uno de los escenarios más grandes del país.
La producción está a cargo de la CNO y se adaptará al escenario del Auditorio Nacional, que tiene 24 metros de largo, 16 de profundidad y 9 de altura.
La majestuosidad de esta obra de Puccini, así como el hecho de que es una de las más reconocidas musical y visualmente por el público, dieron pie a que se montara en este escenario.
La puesta en escena tendrá mayor aire y permitirá al público ver detalles de las actuaciones y del montaje que en ocasiones escapan a la vista, a través de las pantallas digitales ubicadas en los laterales del escenario.
Aunque se trata de una producción que ya se ha presentado antes en Bellas Artes, la última fue en 2013, para el Auditorio Nacional habrá algunas modificaciones acordes no sólo al espacio, sino también para enriquecer su transmisión en las magnas pantallas.
“La ópera es un género vivo y en cada montaje hay posibilidades de juego y de proponer otra visión actoral, de modo que podremos ver a una Turandot renovada. El Auditorio Nacional es uno de los escenarios más grandes del país, así que hay que preparar muy bien la escena y el trazo escénico para cumplir con los movimientos en el momento exacto y con el ritmo exacto de la partitura”, dijo Luis Miguel Lombana, director de escena.
Otro aspecto importante es la acústica, pues se trata de un espacio para 10 mil personas —aunque en estas funciones no se abrirá el aforo completo— de modo que es imposible llenar el lugar si no se cuenta con apoyo electrónico. “Usaremos micrófonos individuales y generales, además se contará con el apoyo visual, es decir, se utilizarán cámaras, por eso les he comentado a todo el mundo que deben tener muy presente que en cualquier momento la cámara se puede cerrar en cualquiera de los integrantes de la compañía, deben concebir un trabajo doble”, refirió el director.
Lombana sostuvo que la dirección de cámara captará momentos importantes, detalles que ayudarán al espectador a comprender mejor el drama, en algunos momentos se podrá ver la reacción de los personajes ante lo que está sucediendo mientras escucha a uno de los cantantes, “por eso creemos que será muy interesante para el público, todo sucederá en vivo y no habrá espacio para el error”, explicó.
En esta reposición se profundizará en la relación de Timur, el padre del príncipe Calaf, y en Liú, la esclava. “Hemos trabajado en la relación afectiva y entrañable entre estos personajes que serán encarnados por Rosendo Flores y Olivia Gorra. A Rosendo le he pedido un Timur más fuerte, que no pierde la altura, que no deje de ser un emperador, no me interesa un personaje disminuido”.
“Haremos ópera”
El bajo Rosendo Flores, quien cumple este 2014 30 años de trayectoria cantando en importantes escenarios del mundo, explicó que Timur es un personaje que ha interpretado decenas de veces. “Será muy enriquecedor ver el subtexto del personaje porque no será un Timur desvanecido. Lo he cantado muchísimas veces y siempre lloro cuando muere Liú en mis brazos, porque la música es estremecedora. Tengo 30 años de cantar y esta será la primera vez que voy al Auditorio, así que sin demeritar su grandeza, lo que nosotros debemos tener en cuenta es que lo que haremos es ópera frente a un público. Alguien dijo que una vez que se apagan las luces, sólo es uno más de los escenarios”, dijo.
Y añadió: “La ópera es teatro cantado y musicalizado, y está hecha para que la voz se escuche en el teatro. Ahora haremos una excepción, pero aunque usemos micrófono no haremos ninguna modificación en el canto, nosotros haremos de cuenta que estamos en el Palacio de Bellas Artes o en cualquier otro teatro, haremos ópera y serán los micrófonos y la tecnología la que tendrá que adaptarse a nosotros. Es la última gran ópera de Puccini, fastuosa, que podría gustarle a cualquier persona. La música es muy descriptiva, emocional, como lo es la música de cualquier ópera, sugestiva y hermosa”.
Por su parte, Srba Dinic, director artístico de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, quien fungirá como concertador de este montaje, reconoció que la acústica será uno de los retos más grandes que enfrentarán. “Sólo podré escuchar cómo toca la orquesta, no podré sentir cómo se siente la música en el espacio porque es muy grande, pero estamos trabajando mucho y nos acostumbraremos. Creo que en el foso podremos tener pantallas que nos ayuden a ver cada paso de lo que sucede en escena”.
Lo cierto es que, advirtió, con los micrófonos se corre “un gran peligro” porque todo se escuchará magnificado. “Todos los errores se van a escuchar con los micrófonos, así que no deberemos cometerlos, siempre nos exigimos precisión, pero ahora deberemos estar muy concentrados, no exagerar en la dinámica; aunque también podrá escucharse que somos muy transparentes, y que hay una gran calidad”, aseguró.
Turandot cuenta con las actuaciones estelares de la soprano siciliana Tiziana Caruso (protagónico), el tenor italiano Rubens Pelizzari (Calaf) y los mexicanos Olivia Gorra (Liú), rol que interpretó en el Metropolitan Opera de Nueva York, y el bajo Rosendo Flores (Timur), acompañados del Coro y la Schola Cantorum de México.
La siguiente gran ópera que llegará al Auditorio será La Boheme, otra pieza que como la de Puccini es de las más reconocidas por el público.