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Té verde, kimonos, música y danza samurái en Acapulco

Adriana Covarrubias / Corresponsal| El Universal
Sábado 25 de enero de 2014

Para conmemorar los 400 años de la Misión Hasekura a México y fortalecer los lazos de amistad entre las ciudad de Sendái y Acapulco, la comitiva de la Embajada de Japón y autoridades de este municipio realizaron la ceremonia del Té. Adriana Covarrubias / corresponsal

Kimonos, música, danza de samuráis, dulces de la región y arte formaron parte de la celebración de los 400 años del Intercambio México-Japón. Adriana Covarrubias / corresponsal

Las instalaciones del Museo Histórico del Fuerte de San Diego fueron el escenario para que el Gran Maestro Sen Genshitsu, a sus 91 años, realizara el ritual del Té Verde sirviéndolo a un grupo de invitados, entre ellos el alcalde de Acapulco, Luis Walton; el embajador de Japón en México, Shuichiro Megata, y el secretario de Cultura en el estado, Arturo Martínez. Adriana Covarrubias / corresponsal

Mientras tanto, mujeres que integran la comunidad japonesa, vestidas con kimono, sirvieron una taza de té a los invitados sentados en la explanada del fuerte de San Diego, a quienes se les pidió unir sus almas tranquilamente y rezar por la paz y la tranquilidad. Adriana Covarrubias / corresponsal

El grupo de Danza de Samuráis, conformado por jóvenes japoneses de la ciudad de Sendái también ofrecieron un baile con trajes típicos de su país, pues sus antepasados también arribaron al puerto de Acapulco hace 400 años. Adriana Covarrubias / corresponsal

T verde, kimonos, msica y danza samuri en Acapulco

EL GRAN MAESTRO SEN GENSHITSU. Encabezó el ritual de la preparación del Té, para lo que utilizó una cerámica con agua caliente, incienso y suiseki (piedra negra). (Foto: ADRIANA COVARRUBIAS / EL UNIVERSAL )

Festejan en el Fuerte de San Diego 400 años de la primera travesía comercial y diplomática entre México y Japón

cultura@eluniversal.com.mx

ACAPULCO.— Para conmemorar los 400 años de la Misión Hasekura a México y fortalecer los lazos de amistad entre las ciudad de Sendái y Acapulco, la comitiva de la Embajada de Japón y autoridades de este municipio realizaron la ceremonia del Té, en la que refrendaron la relación entre ambos países.

La tradicional cultura japonesa llegó al puerto de Acapulco. La ceremonia del Té Verde como símbolo de la paz, kimonos, música, danza de samuráis, dulces de la región y arte formaron parte de la celebración de los 400 años del Intercambio México-Japón.

Las instalaciones del Museo Histórico del Fuerte de San Diego fueron el escenario para que el Gran Maestro Sen Genshitsu, a sus 91 años, realizara el ritual del Té Verde sirviéndolo a un grupo de invitados, entre ellos el alcalde de Acapulco, Luis Walton; el embajador de Japón en México, Shuichiro Megata, y el secretario de Cultura en el estado, Arturo Martínez, en un entorno tranquilo y ante un intenso calor.

El maestro del Té, quien ha realizado más de 300 viajes al extranjero y ha estado en más de 60 países, explicó a los asistentes que para conmemorar los 400 años del envío de Japón de la Misión de Hasekura hacia Europa, ofreció en Acapulco una taza de té verde a las banderas de ambos países.

Sen Genshitsu, también conocido como un promotor mundial de la cultura de la Ceremonia del Té y de la paz mundial, recomendó tomar diario una taza de té, pero acompañado por un dulce japonés, el cual ayudará a la salud y a mantenerse joven como él lo ha hecho, dijo, a pesar de sus 91 años.

La Ceremonia del Té tiene muchas cualidades de la cultura japonesa y es un hábito para muchas personas de esa nación.

El ritual

Durante el ritual de la preparación del té verde se utilizó una cerámica con agua caliente, incienso, suiseki (piedra negra) y una vez listo se sirvió una taza con té.

Después se ofreció una segunda taza de té verde a los siete representantes de Japón y México, quienes la compartieron para dar una muestra de la amistad que existe entre los dos países.

Mientras tanto, mujeres que integran la comunidad japonesa, vestidas con kimono, sirvieron una taza de té a los invitados sentados en la explanada del fuerte de San Diego, a quienes se les pidió unir sus almas tranquilamente y rezar por la paz y la tranquilidad.

Luego de disfrutar de la preparación, bajo un intenso calor que llegó hasta los 34 grados, los asistentes a la ceremonia agitaban sus abanicos obsequiados por los representantes japoneses.

Danza en el puerto

El grupo de Danza de Samuráis, conformado por jóvenes japoneses de la ciudad de Sendái también ofrecieron un baile con trajes típicos de su país, pues sus antepasados también arribaron al puerto de Acapulco hace 400 años.

La danza que presentaron los samuráis se remontó a un momento histórico de Japón hace 400 años, en la era de las guerras civiles que vivió ese país del oriente, justo cuando pasaron muchos momentos difíciles.

Los trajes típicos fueron el atractivo para que los niños de escuelas primarias y secundaria y demás invitados se tomaran la foto del recuerdo con los samuráis.

Pero las mujeres japonesas y sus coloridos kimonos también llamaron la atención de los presentes, especialmente de los hombres, quienes no dudaron en posar junto a ellas.

Algo de historia

Luego de la ceremonia, las autoridades inauguraron una exposición de pintura de niños japoneses de preescolar y primaria sobre la llegada del Galeón de Manila al puerto de Acapulco: además de otra muestra fotográfica de la Embajada de Japón sobre la relación con México desde hace 400 años.

En Octubre de 1613, hace 400 años, bajo órdenes del señorío de Sendái, Masamune Date, la Misión Hasekura zarpó desde el puerto de Tsukinoura, rumbo a México (entonces Nueva España) con el samurái Tsunenaga Hasekura como embajador.

En enero de 1614, después de un viaje de poco más de tres meses, la misión con toda la tripulación —con unas 180 personas— arribó al puerto de Acapulco, el más grande de la Nueva España en aquel entonces.

La comitiva de la Embajada de Japón traía consigo elementos de seguridad vestidos de civil, presuntamente pertenecientes al Estado Mayor Presidencial, quienes se encargaron de la vigilancia de la corte diplomática en este puerto.



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