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La pasión de Gabriel García Márquez por el cine, la literatura y el periodismo lo llevó a crear fundaciones y escuelas que hoy quedan como un legado para las nuevas generaciones.

Entre ellas, la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), establecida en 1994 en Cartagena de Indias, y que ha tenido desde sus inicios un objetivo principal: contribuir a crear una nueva generación de periodistas iberoamericanos.

Preocupado por estimular el periodismo como vocación y pasión, el escritor colombiano, junto con su hermano Jaime García Márquez, puso en marcha esa fundación que hasta ahora ha logrado capacitar a más de 15 mil 791 periodistas, mediante talleres presenciales y virtuales.

Las actividades que ha realizado hasta ahora la Fundación se rigen por las metas trazadas por García Márquez, quien durante la inauguración de su primer seminario, el 18 de marzo de 1995, manifestó su preocupación por la crisis ética del periodismo escrito y propuso como alternativa “volver al sistema primario de talleres prácticos en pequeños grupos, con un aprovechamiento crítico de las experiencias históricas y en su marco original de servicio público”.

Ayer, al darse a conocer la noticia de su fallecimiento, la fundación rindió en su página web un homenaje al maestro. “Gracias, Gabo. Gracias, maestro de maestros. Cumpliremos tu mandato; seguiremos adelante con tus talleres, tu premio, trabajando de muchas formas por una nueva y creativa época para el mejor oficio del mundo”, escribió Abello Banfi en un texto que colgó en la página.

Contribución al séptimo arte

En Cuba, donde vivió, trabajó y mantuvo una relación estrecha con el ex presidente Fidel Castro, el novelista también dejó uno de sus más importantes legados: la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV).

Gabo, quien sostenía que después de escribir lo suyo era el cine, fue uno de los principales impulsores de esa escuela fundada en San Antonio de los Baños, el 15 de diciembre de 1986.

La institución, bautizada como la Escuela de Tres Mundos, por estar dedicada a estudiantes de América Latina, África y Asia, hoy es considerada una de las más importantes de su tipo en el mundo.

Pero la historia de esta escuela se remonta a un año atrás, cuando en 1985 García Márquez dio vida a la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL) y desde entonces desarrolló una intensa actividad, en la formación, el fomento a la producción, distribución, exhibición y promoción del cine de América Latina y el Caribe.

Hoy, la escuela por la que han pasado destacados cineastas como Francis Ford Coppola, George Lucas, István Szabó y Emir Kusturica, lamenta la muerte de su fundador y le desea buen viaje “al país de la eternidad”.

“Lo recordaremos de overol y agenda en mano, entrando a su querida escuela, rodeado de amigos, tratando de hacer entender a los alumnos de sus talleres de guión el misterio indescifrable de cómo se cuenta un cuento. Estará cada diciembre en los festivales de cine de La Habana, en las reuniones de la Fundación, en su apartamento 308 de la Finca San Tranquilino, mirando amanecer el cielo de un país que también fue su hogar”, expresó la escuela en un texto que se puede leer en su página de Internet.

En México, donde residió las últimas décadas, Gabo fundó, junto con Carlos Fuentes, en 1993, la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar para rendirle homenaje al escritor argentino.

Ambos autores decidieron aportar el monto de las becas que el gobierno mexicano les otorgaba como creadores eméritos para impulsar ese espacio académico, que se realiza a lo largo del año en colaboración con la Universidad de Guadalajara y rinde homenaje permanente a la memoria de uno de los mayores escritores latinoamericanos del siglo XX, con la invitación a diversas personalidades para impartir un curso y una conferencia magistral a todo público.