Su obra dejó eco en la lengua española
SE DESPIDEN.El mundo de las letras, así como funcionarios y políticos expresaron su tristeza por el deceso del escritor. (Foto: EL UNIVERSAL )
Rafael Pérez Gay
“Ha muerto uno de los grandes hombres de letras de México. Me siento aturdido por la noticia. Se ha ido uno de los escritores más importantes de México y, sin exagerar, uno de los grandes escritores de la lengua española del siglo XX. Tuve la suerte de conocerlo; fui su seguidor siempre y lo sigo siendo. Fue un gran poeta, un gran prosista de ficción, un periodista maravilloso, un divulgador de gran generosidad y, desde luego, un gran y queridísimo amigo.
Elena Poniatowska
“A Pacheco le debemos muchísimo porque su obra es de primera, como poeta, novelista, ensayista, incluso como periodista cultural. Fue uno de los grandes de México, no sólo porque fue un poeta sino porque era un hombre que pesaba muchísimo en la cultura. Era un hombre muy generoso; todo su trabajo y vida lo dio a los demás. Mi solidaridad y más profundo cariño a Cristina Pacheco, esposa del poeta, y a sus hijas”.
Juan Domingo Argüelles
José Emilio Pacheco fue uno de los últimos grandes escritores mexicanos vivos que teníamos; poeta extraordinario y cuentista maravilloso. La novela Las batallas en el desierto es uno de los grandes libros, pese a su brevedad, de la narrativa mexicana contemporánea.
Fue un gran conocedor del país, de su historia y de la ciudad de México. A lo largo de sus obra se refleja eso, es el caso de su narrativa y de sus crónicas culturales, y en el caso de su poesía también el país va a apareciendo. Una de las cosas que más quiso reflejar en su poesía es la fugacidad del tiempo; la forma en la que el tiempo va avasallando la existencia. Los lectores se identifican con él porque tuvo la virtud de la erudición cordial; es uno de los escritores más queridos por su público”.
Ana Clavel
“Sus cuentos y sus novelas cortas eran de una precisión literaria, de un acabado, maestros. Esa famosísima novela corta que se llama Las batallas en el desierto yo la usaba en cursos como un ejemplo de novela perfecta, nada sobraba, era un cuento en ese sentido; todos los recursos con una precisión para armar esa atmósfera del México de los 50 y mostrar toda una carnalidad e intimidad de los personajes a nivel muy humano.
“José Emilio ha sido formativo. Si uno recuerda la tradición de Alfonso Reyes, de Octavio paz, de Carlos Fuentes, él viene a tomar el relevo y forma parte de nuestros clásicos más cercanos. Hay poemas que son ya parte de nuestro imaginario como lengua en español y en México. Hablo de uno que ahorita mismo recuerdo: ‘Alta traición’: “No amo mi patria. / Su fulgor abstracto / es inasible. / Pero (aunque suene mal) / daría la vida / por diez lugares suyos, / cierta gente, / puertos, bosques de pinos, / fortalezas, / una ciudad deshecha, / gris, monstruosa,/ varias figuras de su historia, / montañas / -y tres o cuatro ríos.’ ...es un poema donde va refiriendo estas pequeñas cosas por las que uno sí realmente puede amar en concreto a una figura tan inasible como un país”.
(Alejandra Hernández y Abida Ventura)