Órganos gemelos vuelven a sonar en la Catedral
RESTAURACIÓN. Por años, los instrumentos sufrieron daños debido a filtraciones de agua, contaminación ambiental, incendios y trabajos en el lugar, pero ahora, tras siete años de labor, lucen en buen estado. (Foto: YADÍN XOLALPA / EL UNIVERSAL )
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México es poseedor de dos joyas arquitectónicas y musicales únicas en el mundo: los órganos del coro de la Catedral Metropolitana, que ahora, tras siete años de restauración profunda, fueron tocados juntos por primera vez en la historia moderna.
El Órgano Evangélico y el Órgano de la Epístola son conocidos comúnmente por ser solamente un instrumento, lo cierto es que son dos idénticos de estilo ibérico y son, también, los únicos que no sólo se han seguido tocando desde su creación, sino los únicos que se mantienen prácticamente como en el siglo XVIII.
A lo largo de los años estos instrumentos han sufrido daños a causa de filtraciones de agua, contaminación ambiental, incendios y trabajos de restauración en el lugar.
Ante ello, en 2007 y por iniciativa de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Conaculta y con apoyo de la Fundación Alfredo Harp Helú, iniciaron los trabajos para su restauración.
El primero en ser tratado fue el Órgano Evangélico, por el equipo de Roberto Ramírez, y el instrumento por el taller de Gerhard Grenzing —una autoridad en la restauración de órganos en el mundo—, y fue reinaugurado en 2009.
La restauración del Órgano de la Epístola comenzó en 2011 y concluyó en 2013. El mueble fue reparado por el equipo de Agustín Espinosa y el instrumento fue restaurado, de la misma manera que el primero, por el equipo de Grenzing.
En conferencia de prensa, Raúl Delgado, director de Sitios y Monumentos, explicó que uno de los incidentes más graves que padecieron no sólo los órganos, sino también la Catedral, ocurrió en enero de 1967, cuando hubo un incendio en el Altar del Perdón, ubicado justo detrás de los órganos, que provocó que las maderas se carbonizaran y las flautas se fundieran.
En los años 70 se realizó una restauración superficial y es hasta ahora que se hace un trabajo profundo con el que se recuperaron todos los elementos de los órganos, por ejemplo, la ornamentación.
“Los órganos son casi edificios dentro de un edificio. Tiene 10 metros de frente, alcanzan casi los 15 metros altura. Además, tiene una maquinaria tan compleja como la de un reloj”, explicó Delgado.
Por eso, agregó, la restauración que concluyó recientemente es un suceso histórico para el inmueble y para el patrimonio de México.
De acuerdo con Delgado y con Felipe Galicia, director del Coro de la Catedral, se invirtieron 4 millones 800 mil pesos para la restauración de la arquitectura del órgano de la Epístola, y 816 mil euros (unos 14 millones de pesos) para el taller de Grenzing. Aunque no se precisó el monto total por los dos trabajos, el Padre Galicia aseguró que una cifra similar se usó para el otro órgano.
Referencia mundial
El organista e historiador Andrés Cea sostuvo que los órganos gemelos son parte de una tradición que empezó en España con los órganos de la Catedral de Santiago de Compostela, que se replicó en la Catedral de Sevilla y finalmente en la Catedral Metropolitana de México.
En España los instrumentos se perdieron y sólo se conservan las cajas. “En el mundo no hay más ejemplares como los que hoy han sido restaurados en la Catedral de México”, dijo el especialista.
Como músico, sostuvo que escuchar los sonido de los gemelos mexicanos es una experiencia inigualable y destacó que en ninguna catedral del mundo se tocan diariamente y hasta por ocho horas.
“Es una labor encomiable la que se hace en México, extraen toda la potencia de los instrumentos y finalmente continúan con la labor de emocionar a quienes los escuchan”, dijo el organista.
Por su parte, Gerhard Grenzing, con una experiencia de 40 años en la restauración de órganos ibéricos, refirió que uno de los retos que enfrentó su equipo fue la recopilación de los datos históricos, pues tanto musical como técnicamente hay que llenar las lagunas sobre los procesos en que fueron construidos los instrumentos, la madera, las pieles originales que tienen una vida de 200 años, así como el plomo utilizado en sus flautas, mismas que suman más de 4000.
“Hemos llegado al máximo de los conocimientos, vencimos las grandes dificultades de las lagunas de información. Piezas con tanta historia, con tantos tubos y tanta complejidad siempre encierran incógnitas, por ello el trabajo de investigación es algo que debe ir siempre a la par de la intervención”, dijo Gerhard Grenzing.
Pese a la investigación, los especialistas no pudieron precisar cuándo se tocaron por última vez los órganos al mismo tiempo, presumen, incluso, que pudo pasar más de un siglo. Así, escuchar 400 vibraciones por segundo es “una experiencia inigualable para el público”, dijo el Padre Felipe Galicia.
Respecto al repertorio, Andrés Cea sostuvo que sólo hay composiciones para órganos gemelos en ciudades como Málaga. Mientras que el director del Coro dijo que los acervos han sufrido pérdidas a lo largo de los años. “El archivo de la Catedral ha tenido diversos extravíos, por muchas razones. Seguramente había composiciones, pero ahora sólo hay piezas que se tocan por continuo”, dijo Galicia.
El organista de la Catedral, Víctor Gutiérrez, de 25 años, cuenta su gozo por tocar un instrumento como si viviera en el siglo XVIII. “El sonido es maravilloso. Mecánicamente todo funciona como si viviéramos hace tres siglos”, dijo. Anoche se realizó un concierto por la reinauguración del Órgano de la Epístola, a cargo de Jürgen Essl (Alemania) y Andrés Cea Galán (España). El programa se repetirá el viernes 7.