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Pritzker trabajando

Sonia Sierra| El Universal
Viernes 12 de septiembre de 2014

El arquitecto estadounidense Richard Meier (Pritzker 1984) está al frente del proyecto Torres Reforma, que se ubicará en Paseo de la Reforma 26 y será un desarrollo con oficinas, hotel, tiendas comerciales. Será el edificio más elevado de la zona, sólo por debajo de la Torre Latinoamericana. Cortesía

El despacho Foster+Partners, liderado por el británico y Premio Pritzker 1999 Norman Foster, junto con el arquitecto Fernando Romero, construirá el nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, un proyecto sustentable que impulsará la restauración ambiental en la zona oriente del Valle de México. Archivo / EL UNIVERSAL

El japonés Toyo Ito (Pritzker 2013) acaba de iniciar la construcción de Museo Internacional del Barroco en Puebla, que contará con dos plantas distribuidas en auditorios, terrazas, museos, salas temporales, áreas de colecciones especiales, restaurante, cocina y un bar. Se proyecta su inauguración para principios de 2016. Archivo / EL UNIVERSAL

El italiano nacionalizado británico Richard Rogers (Pritzker 2007) y el despacho Legorreta+Legorreta adelanta la Torre Ejecutiva BBVA Bancomer, que contará con alta tecnología y será una de las más altas de la ciudad de México. Lourdes Martínez / EL UNIVERSAL

Tadao Ando (Pritzker 1995), creador de obras sutiles, refinadas, que lleva a la arquitectura una visión filosófica y mística, inauguró en 2013 el Centro Roberto Garza Sada en la Universidad de Monterrey y que en octubre de este año inaugurará la Fundación Casa Wabi, de Bosco Sodi, en Puerto Escondido, Oaxaca. Archivo / EL UNIVERSAL

Pritzker trabajando

DE RICHARD MEIER. Diseño de Torres Reforma, en Paseo de la Reforma 26, que tendrá oficinas, hotel, tiendas comerciales. Será el más elevado de la zona, sólo por debajo de la Torre Latinoamericana. (Foto: CORTESÍA DEL DESPACHO DE RICHARD MEIER )

En México, cinco ganadores del mayor premio en arquitectura del mundo realizan proyectos que combinan arte moderno, alta tecnología, minimalismo e innovación

ssierra@eluniversal.com.mx

Por primera vez en la historia de la arquitectura mexicana, cinco ganadores del Premio Pritzker —considerado el Nobel de la Arquitectura— se encuentran desarrollando proyectos.

Además del británico Norman Foster, cuyo despacho Foster+Partners junto con el arquitecto Fernando Romero, de FR-EE., construirá el nuevo aeropuerto internacional de la ciudad de México, otros cuatro arquitectos galardonados con este premio proyectan, realizan o acaban de concluir sus obras.

Se trata del estadounidense Richard Meier, quien construye el proyecto Torres Reforma; el italiano nacionalizado británico Richard Rogers, quien con el despacho Legorreta+Legorreta adelanta la Torre Ejecutiva BBVA Bancomer; el japonés Toyo Ito, quien acaba de iniciar la construcción de Museo Internacional del Barroco en Puebla; y el también japonés Tadao Ando, quien inauguró en 2013 el Centro Roberto Garza Sada en la Universidad de Monterrey y que en octubre de este año inaugurará la Fundación Casa Wabi, de Bosco Sodi, en Puerto Escondido, Oaxaca.

La historia

El Pritzker es el mayor reconocimiento a la obra de un arquitecto vivo. Es concedido por la familia de Jay A. Pritzker desde 1979 y se entrega cada año a un arquitecto que haya contribuido al enriquecimiento de la humanidad.

En su segunda edición, en 1980, fue para el mexicano Luis Barragán; Richard Meier lo obtuvo en 1984; Tadao Ando, en 1995; Norman Foster, en 1999; Richard Rogers, en 2007, y Toyo Ito, en 2013. Otros grandes arquitectos que lo han recibido son Oscar Niemeyer, Frank Gehry, Zaha Hadid, Jean Nouvel y Shigeru Ban, este 2014.

La coincidencia de ese grupo de artistas en México es muy afortunada; así lo cree el maestro José María Nava Townsend, coordinador de la Licenciatura en Arquitectura de la Universidad Iberoamericana:

“México tiene buenos arquitectos, pero en este mundo global la interacción con arquitectos de otros lados, que ya tienen una trayectoria comprobada, representa un enriquecimiento, significa integrar distintas visiones y sumarlas como parte de nuestra tradición”.

Gustavo López Padilla, socio de Sánchez Arquitectos y Asociados, y maestro en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, considera que esto le permite a la arquitectura mexicana enfrentarse con otras maneras de hacer y que derivará en la evolución de esta disciplina. No duda que la presencia de estos arquitectos, sus métodos y tecnologías representará un impulso al desarrollo:

“El que arquitectos de prestigio vengan al país y desarrollen obra importante permite comparar, evaluar, aprender e incluso aportar”.

Hay dos circunstancias adicionales que el arquitecto López destaca: que en varios proyectos hay despachos internacionales trabajando a la par de despachos mexicanos, como en el aeropuerto y en la torre BBVA; y un segundo factor es que en el caso del aeropuerto hubo un concurso en el cual contendieron despachos diferentes.

El sello

Los cinco arquitectos Pritzker que desarrollan estos proyectos en el país son muy diversos y las escuelas de las que provienen también son muy distintas.

Norman Foster, explica Nava Townsend, se caracteriza por una arquitectura enfocada hacia lo hi tech (alta tecnología), esto es, los procesos constructivos más avanzados. En Foster son característicos los proyectos monumentales: el Viaducto Millau, en Francia, donde hizo el diseño arquitectónico; los aeropuertos de Beijing y de Hong Kong; la terminal del aeropuerto de Londres; la renovación del Reichstag en Berlín; el estadio de Wembley; la Torre Hearst en NY, y muchos otros ejemplos. Entre los materiales de sus obras predominan el acero, el cristal y el concreto.

Para López Padilla, “Foster es creador de una arquitectura que ha privilegiado el ejercicio de la razón, la aplicación de la técnica, que cree en la ciencia, en el progreso, en la aplicación de los materiales y en los procedimientos constructivos más avanzados, que ha tenido preocupaciones de carácter ambiental, y que forma parte de esta variante del racionalismo que se identifica como alta tecnología”.

En México, Foster ha tenido proyectos previos, pero no se han construido: un desarrollo en Avenida Toluca y la llamada Biometrópolis.

“Lo que podemos esperar de Foster —dice Nava— es una postura de seguimiento y compromiso, donde los diseños van a ser indudablemente de altísima calidad. Su arquitectura es de buenos resultados comerciales, bien resuelta, no particularmente cálida”. Precisa que más que hablar de una arquitectura de autor, en el caso de Foster habría que tomar el concepto de arquitectura corporativa: “Es un gran empresario y su despacho entra en términos de una escala corporativa, donde el acercamiento de ciertas instancias es innegable. Un despacho corporativo asegura resultados, por lo menos de imagen y solución”.

Son cuatro los trabajos que Richard Meier ha proyectado en México. El que ya está en construcción es el de Torres Reforma, en Reforma 26: un desarrollo integrado por dos edificios unidos por la base; uno de éstos tiene 40 pisos para oficinas, comercios, restaurantes, gimnasio y estacionamientos; en la otra torre, de 27 pisos, habrá un hotel.

Sobre Meier, Nava destaca “la gran calidad técnica, en el sentido de llevar a una máxima expresión los principios de la arquitectura moderna, modulada, con un lenguaje de volúmenes que se basan en lo abstracto, donde el color blanco es el principal elemento”.

Son obras de Meier casas como la Douglas, en Michigan; el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona o el Centro Getty en Los Angeles.

Con Legorreta + Legorreta, Richard Rogers hace la torre BBVA, que será una de las más altas de la ciudad de México. Gustavo López describe que el trabajo de Rogers está también en la línea de alta tecnología como el de Foster (ambos fueron socios en los años 60); algunos de sus trabajos son el Centro Pompidou y el Lloyd’s en Londres.

Arquitectura japonesa

Tadao Ando, creador de obras como la Iglesia de la Luz en Osaka y el Templo del Agua, es un artista sutil, refinado, que lleva a la arquitectura una visión filosófica y mística, explica José María Nava. “Ese pensamiento lo aterriza en una arquitectura muy contemporánea. Su obra se caracteriza por casi la perfección en el proyecto constructivo, por un manejo muy particular de la luz; es un entusiasta y aficionado a la obra de Luis Barragán. Tiene un acercamiento a la arquitectura muy relacionado con el sitio”.

Sin embargo, Gustavo López cuestiona su edificio en la Universidad de Monterrey, porque considera que no se relaciona con el campus: “Es un edificio que se impone, que no hace vida comunitaria”.

De Toyo Ito acaba de iniciarse la construcción del Museo Internacional del Barroco, en Puebla. Nava comenta de su trabajo: “Es un acercamiento más experimental en cuanto a la forma, hay una búsqueda constructiva, por decirlo así, un poco más barroca, donde especula más en la forma, donde se manejan conceptos de envolvente de una forma más compleja”.

Para Gustavo López, “Toyo Ito es un arquitecto que tiene una gran sensibilidad para imaginar y conceptualizar la arquitectura de maneras diferentes, ricas, incorporando muchos elementos simbólicos”.

Es autor de la Torre de los vientos que destaca por sus innovaciones.



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