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Palacio de Bellas Artes, "el corazón de la gran urbe"

Notimex| El Universal
Jueves 07 de agosto de 2014
Palacio de Bellas Artes,

REFERENTE. "El Palacio de Bellas Artes, sin mencionar lo que ocurre en su interior, es un edificio vivo", dijo Escudero. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

En el marco de las celebraciones por el 80 aniversario del máximo recinto de las artes en México, la escritora Alejandrina Escudero lo catalogó como "un referente de la capital" y repasó la historia de la que ha sido testigo su inconfundible fachada

El Palacio de Bellas Artes es el corazón de la gran urbe que es la Ciudad de México, tal como lo asentaron en sus proyectos urbanísticos quienes promovieron su construcción, aseguró la especialista y escritora Alejandrina Escudero, al conferenciar con motivo de los 80 años de la apertura de ese albo edificio.

La historiadora dictó la ponencia "El Palacio de Bellas Artes y la ciudad", a través de la cual transitó por dos momentos históricos que marcaron la construcción de ese recinto. En realidad, fue un paseo por el tiempo y el espacio, que la maestra en Historia del Arte obsequió a quienes tuvieron la suerte de escucharla.

La conferencia tuvo lugar en la Sala Adamo Boari, espacio que debe su nombre a uno de los artífices iniciales de su diseño y construcción, dentro del Palacio de Bellas Artes. La investigadora subrayó que este recinto está ligado al porfiriato, cuando se proyectó como Teatro Nacional, y a la era posrevolucionaria, inicio de la modernidad.

Explicó que la historia del inmueble es la de dos gobiernos: El que inició su construcción, y el que la terminó. Se refirió también a cómo en la actualidad el edificio es un hito en medio de otros proyectos urbanísticos de la ciudad. "El Palacio siempre será un referente de la capital", enfatizó la autora del libro "La construcción del Palacio de Bellas Artes".

Respecto al primer gobierno, recordó que la ciudad se preparaba para celebrar 100 años de la consumación de la Independencia con una serie de obras públicas como el desagüe y la dotación de agua, y la construcción de edificios como la Penitenciaria, el Palacio Postal, la Columna de la Independencia, el Hospicio de Niños y el Museo de Geología.

"La construcción del Teatro Nacional pertenecía a un programa arquitectónico de Adamo Boari, en el que pretendía realizar cambios urbanísticos, como la apertura de la calle 5 de Mayo, que desde Catedral desembocaría en el nuevo teatro, todo a fin de convertir esa zona en el nuevo centro de la ciudad, restando importancia a la cuestión religiosa".

Tras destacar lo anterior, la experta explicó, apoyada en una serie de dispositivas, que la Alameda Central también estaba considerada dentro de este proyecto urbanístico, pues se pretendía unir el Teatro con el parque por medio de una pérgola.

"El edificio de Correos, el Palacio de Comunicaciones y el edificio Guardiola darían realce al Teatro Nacional", abundó.

Alejandrina Escudero: "Iniciada su construcción en 1904, llegó la Revolución en 1910 y la obra se vio interrumpida por el movimiento armado.

"Fue hasta 1921, durante el periodo presidencial de Álvaro Obregón, que para conmemorar el centenario de la consumación de la Independencia, se planeó otra celebración con el deseo de revitalizar el teatro".

Mencionó que en este intento de reconstrucción, se creyó que los cuatro pegasos hechos por el catalán Agustín Querol (1860-1909), y que estaban montados en el palacio, lo podían hundir, por lo que fueron trasladados a la Plaza de la Constitución para colocarlos en pedestales hechos para ese fin. Ahí estuvieron hasta 1928, cuando fueron regresados al Palacio.

En 1932 inició el periodo de conclusión, con un nuevo proyecto político, urbanístico y arquitectónico a cargo de Aarón Sáenz (1891-1983) y Alberto J. Pani (1878-1955), coleccionista y secretario de Hacienda, respectivamente. La idea era dar al edificio un enfoque más cultural, y en lugar de destinar espacios para fiestas porfiristas, Pani hizo salas para usarlas como museos.

Eran años en que también la ciudad estaba en plena transformación. "En el último tercio del siglo XIX había crecido en forma anárquica, y en su momento surgieron planos a fin de terminar con el desorden. Por primera vez se construyeron conjuntos habitacionales para obreros, en Balbuena y San Jacinto, y se atendió mejor a las vialidades", añadió.

Adamo Boari (1863-1928), en 1923, ya había propuesto que circularan autos por el interior de la Alameda, dijo la investigadora, y comentó que muchas obras públicas surgieron en esa época: La Escuela Revolución, con capacidad para cinco mil alumnos, el mercado Abelardo L. Rodríguez y el edificio "La Nacional", el primer rascacielos que hubo en México.

"Se abrieron calles a la circulación, y la Avenida Juárez se abrió hasta el Monumento a la Revolución, otra obra del porfiriato que también culminaron Sáenz y Pani.

"Se abrió la calle de López y se pretendió que San Juan de Letrán se convirtiera en un símil de la Quinta Avenida de Nueva York, por estar sobre ella el Palacio de Bellas Artes", dijo Escudero.

Igual que Boari, Sáenz y Pani querían hacer de esa zona el centro de la ciudad. "El Palacio de Bellas Artes se convirtió así en el centro, y a su alrededor surgieron edificios como el del Banco de México, el Teatro Hidalgo y los hoteles de avenida Juárez, entre otras importantes construcciones", avanzó la conferencista en su ameno periplo histórico.

En épocas recientes, abundó la autora de "Palacio de Bellas Artes: Símbolo cultural del siglo XX", se dotó al edificio de jardineras, se arreglaron pedestales y cúpulas, y se hicieron cambios en su explanada que hacen de ese lugar una plaza viva.

"El Palacio de Bellas Artes, sin mencionar lo que ocurre en su interior, es un edificio vivo", enfatizó.

Al referirse a la avenida San Juan de Letrán, hoy Eje Central Lázaro Cárdenas, Efraín Huerta (1914-1982) dijo "calle viva y venenosa", José Emilio Pacheco (1939-2014), "Huele a tacos de canasta y de carnitas", y Vicente Quirarte, "es la calle de la Ciudad de México por antonomasia". Para Alejandrina Escudero, hoy, "es el guardián que flanquea al Palacio de Bellas Artes".



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