ssierra@eluniversal.com.mx

“Octavio Paz tenía una vocación pedagógica. Tuve la suerte de conocerlo muy joven, para mí fue un maestro y un estímulo intelectual extraordinario”, dijo ayer el filósofo, escritor y periodista español Fernando Savater en una conferencia de prensa para hablar de su nuevo libro Figuraciones mías.

Editado por Ariel, el libro fue descrito por Savater como “un conjunto de reflexiones breves que van desde el comentario de autores favoritos míos pero que también tienen algún tipo de relación con la actualidad; reflexiones sobre educación, y cuestiones culturales importantes: piratería, redes sociales, Internet”.

El volumen está organizado en tres partes: Admiraciones, La dificultad de educar y Envueltos en la red; es en el capítulo de la educación donde habla de Octavio Paz.

De visita en México para participar también en la tercera Feria del Libro de Yucatán, Savater se refirió ayer al tema de Internet y la libertad, a la piratería, al robo de la música, cine y libros:

“Tiene que haber regulaciones que impidan que la creación cultural sea malbaratada por gente que baja música, libros, cine sin pagar, atentando contra los creadores y la cultura. Los que atentan contra la propiedad de los creadores están a punto de dejar sin cultura a los demás”, dijo el autor de más de 50 libros entre los que figuran Ética para Amador.

Savater insistió en la necesidad de defender la libertad que ha conseguido el creador, la cual le permite no depender como en el pasado de mecenas o príncipes. “Hay indiferencia y hay un negarse a educar para este nuevo mundo. ...No me hace gracia que pirateen mis libros, pero es una perversión dejar que los jóvenes piensen que eso no tiene importancia”.

Interrogado sobre el papel de la cultura en la sociedad expresó una idea que resume la esencia del libro: “La cultura que merecemos es la que nos libera y ayuda a vivir mejor sin depender de fuentes materiales. La diferencia entre una persona culta y una inculta es que cuanto más culta es menos dinero necesita para gastar el fin de semana o las vacaciones porque puede encontrar motivos de satisfacción o juego en sí misma. Mejora la vida la cultura, la enriquece y nos hace bastarnos por sí mismos”.

Sobre el sentido de la filosofía hoy, Savater expresó que ésta se pregunta por el significado de temas como el tiempo, la verdad y la belleza. “No es útil pero ayuda a que la vida sea más digna de ser vivida por un ser racional”.

Las drogas y el 11M

En el contexto del debate en torno de la despenalización del consumo de las drogas, el escritor español se refirió al tema y al debate que cada vez está más presente entre diversos sectores de la sociedad.

El filósofo, quien hace 35 años aproximadamente comenzó a escribir sobre la necesidad de despenalizar las drogas, reiteró que le parece “un disparate esa especie de cruzada contra la droga que no nace movida exclusivamente por razones médicas e higiénicas, sino en su momento por asociaciones puritanas, muchas xenófabas”.

Señaló que la prohibición ha dado pie a muchos problemas y que es claro que a partir de la prohibición hoy las drogas, junto con la trata de personas y las armas, es el gran negocio.

“Las sustancias no son ni buenas ni malas. Están el mundo. Hay que saber cómo se deben utilizar, qué dosis son letales, venderlas bajo un control médico, que no puedan comprarlas los niños, como no pueden comprar el coñac. Lo que no entiendo es cómo no se entiende eso, salvo que naturalmente es un gran negocio: un gran negocio para los que trafican con las drogas y un gran negocio para los que viven de perseguirlas. Porque no olvidemos que los beneficiarios de las drogas son los narcos y la DEA. Da la casualidad de que hay tanta gente que vive de traficar con las drogas o de organizar las persecuciones, que la sociedad tiene que soportar esa especie de circo”.

Ayer 11 de marzo, cuando se cumplió una década de los atentados terroristas en Madrid, el escritor se refirió al aniversario: “Hubo una utilización política, manipulación y un mal uso de las posibilidades. Afortunadamente la población se portó muy bien; no hubo respuestas xenófobas ni represalias. A 10 años, muchos siguen con secuelas graves”.