Muere el director de orquesta estadounidense Lorin Maazel

BATUTA PRODIGIOSA. Lorin Maazel dirigió más de 150 orquestas de todo el mundo y más de 5 mil conciertos. (Foto: ESPECIAL )
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NUEVA YORK.— A lo largo de su vida, el director de orquesta, compositor y violinista estadounidense Lorin Maazel, dirigió a las mejores agrupaciones musicales del mundo; desde temprana edad fue calificada de “niño prodigio”. Ayer, el artista de la batuta que dirigió más de 150 orquestas falleció a los 84 años como consecuencia de una neumonía en Virginia, Estados Unidos.
En su prolífica carrera dirigió más de 5 mil conciertos y grabó aproximadamente 300 discos de los mejores músicos de la historia. Y aunque su repertorio musical es muy amplio y diverso, a Lorin Maazel se le considera un especialista en Mozart, Beethoven, Mahler, Sibelius y Richard Strauss.
El legendario director de orquesta que era considerado uno de los mejores del siglo XX, fue un niño prodigio cuya meteórica carrera le llevó a ser considerado en 1960 el director de orquesta más joven de Europa, pues con sólo nueve años dirigió la Orquesta de Interlochen en la Feria Mundial de Nueva York y la Filarmónica de Los Ángeles, donde compartió un programa con el famoso director polaco Leopold Stokowski, hasta el último momento estuvo ensayando para el festival de Castleton, que se celebra desde junio.
Maazel, nacido en París en 1930, dirigió muy joven a la orquesta del músico italiano Toscanini, la Filarmónica de Nueva York y la Orquesta de Filadelfia. A los 16 ingresó en la Universidad de Pittsburg para estudiar Filosofía, Matemáticas e idiomas, al tiempo que actuaba como violinista en la Orquesta Sinfónica de Nueva York.
En 1951 obtuvo una beca para estudiar música barroca en Italia, donde contactó con diversas agrupaciones europeas. Dos años más tarde dirigió en la ciudad siciliana de Catania su primer concierto en Europa.
Luto mundial
La muerte de Lorin Maazel es un golpe duro para la dirección de orquesta. En los últimos años se había instalado en Múnich después de su etapa al frente de la Orquesta de la Comunidad Valenciana. Después de varios años al frente de la Filarmónica de Múnich, Maazel tuvo que abandonarla por razones de salud.
Dicen los que lo conocieron que su conversación era siempre rigurosa. Matizaba sus ideas musicales y siempre sacaba a la luz algún rasgo de ironía más que de humor. Tenía fama de ser uno de los directores más caros y de que no hacía concesiones en este tema. Su presencia era siempre esperada en óperas y conciertos.
Violinista en sus años de formación, ha dejado para la posteridad un importante número de grabaciones discográficas, pero donde daba lo mejor de sí mismo era en los conciertos en vivo. Por calidad, por juventud, por entrega. Maazel era un director fuera de serie. Aunque con irregularidades, cuando estaba inspirado era difícil de igualar.
Sus versiones de la Segunda Sinfonía, de Sibelius, o de la Sinfonía Alpina, de Richard Strauss, fueron sencillamente insuperables.
Helga Schmidt, intendente del Palau de les Arts, sabía muy bien lo que hacía cuando le contrató para Valencia. Además de sus condiciones fabulosas para la dirección era un maestro que se integraba muy bien en funciones de organización. Los pequeños festivales, que últimamente dirigía, eran modélicos y sus apariciones casi por sorpresa en lugares como recientemente en A Coruña serán difíciles de olvidar.
En el Teatro de la Zarzuela hizo una memorable versión de El martirio de San Sebastián, de Debussy, con dirección escénica de La Fura dels Baus y la orquesta del teatro que ese día vivió, obvio es decirlo, su noche más hermosa. En el Festival de Salzburgo, durante la década que dirigía Gerard Mortier, se mostró especialmente inspirado en títulos como Der Rosenkavalier, Don Carlo o Don Giovanni, deshaciéndose en elogios sobre los cantantes españoles Carlos Álvarez en la ópera de Verdi y María Bayo en la de Mozart.
Para la historia quedarán su apabullante técnica, su carisma y su flexibilidad. Incluso ha sido llamado el Messi de la dirección de orquesta.
En España, dejó para el recuerdo, conciertos inolvidables, en particular, en Valencia, seleccionó y consolidó una orquesta de primera línea mundial. El admirado director de orquesta Alberto Zedda, que trabajó con él allí, dijo en cierta ocasión: “He conocido directores buenos y muy buenos. Pero que puedan alcanzar la genialidad en un día inspirado a nadie como a Lorin Maazel”.
Lorin Maazel, tuvo siete hijos y cuatro nietos; estuvo casado tres veces: con las pianistas Miriam Sandbank e Israela Margalit, y con la actriz alemana Dietlinde Turban.





