Las horas más largas desde que duermen
La muerte de la coreógrafa Guillermina Bravo, la figura más importante de la danza mexicana del siglo XX, fue el preámbulo del que sería, hasta ahora, uno de los años más difíciles del mundo cultural y científico.
Antes que concluyera el pasado noviembre, despedimos al cronista Guillermo Tovar y de Teresa. El nuevo año nos cimbró con la muerte de dos grandes y queridos poetas Juan Gelman y José Emilio Pacheco.
Si la danza había perdido a su piedra fundacional, en enero tuvo que sobrevivir a quien encumbrara la figura masculina en el arte de Terpsícore, Guillermo Arrriga.
La comunidad cultural se sobreponía a la partida de Luis Villoro, en marzo, cuando el 17 de abril se convirtió en uno de los días más tristes con la muerte de Gabriel García Márquez.
Desde entonces, nos hemos resignado a la ausencia física de una treintena de creadores y científicos. Hoy, los recordamos.