La pasión, el secreto de Lang Lang
DE VISITA EN MÉXICO. Se ha presentado en dos ocasiones en Bellas Artes, pero ahora tocará un programa completo . (Foto: FOTOS LUIS CORTÉS EL UNIVERSAL )
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“¡México es un gran equipo!”, dijo el pianista chino Lang Lang al entrar a los camerinos de la Sala Telefónica del Centro Cultural Roberto Cantoral donde ofreció una master class a tres jóvenes.
Considerado un fenómeno de la música de concierto, Lang Lang es un aficionado de los deportes, en particular del futbol. Es tal su afición que en este Mundial tocará el 11 de julio con Plácido Domingo —su músico favorito— en el HSBC Arena de Río de Janeiro.
“¡Ya tengo mis boletos para ver la final!”, expresó ayer con emoción. Antes de viajar a Brasil, estará unos días en Nueva York, su ciudad de residencia. Hoy, a las 20:30 horas ofrecerá un concierto en Bellas Artes, para el cual los boletos están agotados desde hace unas semanas. Aunque ya se ha presentado en dos ocasiones en ese recinto, en esta visita tocará por primera vez un programa completo.
En entrevista con EL UNIVERSAL, recordó que los atletas han sido una fuente de inspiración: “Los jugadores son como artistas, crean un momento. No me siento un jugador frustrado, soy más bien un gran observador del futbol, me encanta verlo, por eso estoy muy contento de tocar con Plácido Domingo; vamos a tocar mucha música, muy diferente, incluso música especialmente de este Mundial. En 2006 tuve el privilegio de tocar con el maestro; interpretamos dos temas en uno”, recordó.
Acerca de su presentación en Bellas Artes evocó el concierto que ofreció ahí hace dos años:
“Tiene el tamaño perfecto, es una excelente sala, se puede percibir cierta intimidad”, dijo.
Ayer por iniciativa de su empresa patrocinadora, Telefónica, ofreció una master class a tres jóvenes mexicanos que ganaron el concurso “Conoce a Lang Lang y toca junto a él”, en el que participaron 32 intérpretes de entre 12 y 22 años: Ricardo Acosta de 20 años, de Torreón, Coahuila; Fernanda Cortés de 18 años, de Colima; y Anthony Tamayo del Distrito Federal; les aconsejó, ante todo, pasión.
Sobre la enseñanza, comentó en entrevista: “En el proceso de enseñanza todos nos damos cuenta de que caemos en los mismos errores y en los mismos patrones de interpretación, es el proceso pedagógico el que se nota. Enseñar me recuerda los problemas que yo tengo, resolverlos con alguien más te ayuda a resolverlos mejor. Los estudiantes suelen tener dudas en la interpretación, en el fraseo, en las estructuras y en cómo hacer que la música sea más viva, más ‘cantable’, y en cómo encontrar esa emoción que te hace vibrar a la hora de tocar. Los errores no son lo que te definen, sino cómo tocas, cómo proyectas tu personalidad, para mí eso es muy importante”.
Previo a la clase, Lang refirió que le espera una gran temporada de conciertos por todo el mundo, pero uno de los proyectos que más le interesan es la publicación de un libro sobre educación musical. “Es un libro con partituras para jóvenes, espero que ayude a los estudiantes en su proceso de aprendizaje. En mi fundación y en colaboración con Telefónica estamos tratando de encontrar más conexiones entre la educación musical y la tecnología, por eso estamos creando una aplicación para dispositivos, tiene que quedar muy bien”, dijo el pianista.
“México es muy romántico”
Fernanda fue la primera en recibir los consejos del pianista Lang Lang, un artista que se convirtió en una estrella a los 17 años cuando tocó con Sinfónica de Chicago, una de las más prestigiosas del mundo, en el Festival Gala de la Centuria de Ravinia. Ella interpretó Paráfrasis sobre la ópera Rigoletto, de Franz Liszt. “Buen trabajo, pero necesito más, tenemos que concentrarnos en una amplia respiración”, explicó el pianista. De buen humor, concentrado, Lang Lang respiraba fuertemente para explicarle a ella que debía encontrar “gradualmente” las emociones: “Despega, siente cómo surge otro carácter, la frase es más larga. Es Liszt, recuérdalo: es pasión”.
El siguiente fue Ricardo, cuyas indicaciones se concentraron en consejos sobre su cuerpo; en como “aflojar” las manos: “Creo que tienes dificultad para soltar tu energía”, le dijo. Lang Lang tarareaba la pieza, agitaba sus manos en el aire, se paraba detrás del músico y lo guiaba con el tono de su voz: “Vamos, tienes que desatar tu poder”, insistía. Se sentó al piano para mostrarle cómo lo hacía él, provocando los aplausos del público.
El secreto de Lang Lang fue revelado: ser arrojado, mover la cabeza de un lado a otro, profundizar en cada nota con fuerza y contundencia en las manos. “Tu problema es tu cabeza, no la agaches, siente la vibración, es como una poesía, hazla surgir desde abajo y elévala”, le aconsejó.
Anthony interpretó “Estudio trascendental” de Liszt. Ante el repertorio elegido por los mexicanos, Chopin y Liszt, Lang dijo: “México es un país muy romántico”. Anthony, tras su interpretación, provocó aplausos sonoros del público.
Lang Lang le dijo: “Muy bien, fantástico, tu energía es increíble, has hecho un gran trabajo, he sentido latir tu corazón mientras tocabas, algo que no sucede con frecuencia, no dejes ir eso que haces. No tengo más que decirte, si acaso que definas más los personajes. Tú y el piano son uno mismo”.
Fama y mercado
Lang Lang lleva en sus hombros una fama sinigual. Es calificado como una celebridad, un divo, una promesa mundial. La mercadotecnia que lo rodea lo impulsó hacia la cima del éxito, materializada, por ejemplo, en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, evento que en su país provocó que haya al menos 40 millones de niños estudiando el instrumento favorito de Beethoven.
A sus 32 años, suma aplausos y cuestionamientos. La crítica que lo celebró antes, hoy lo acusa de ser un gran músico técnicamente pulcro, pero emocionalmente hueco, cuyas actuaciones pueden ser “poco conmovedoras e interesantes” e incluso “torpes”. Sin embargo encontrar la emoción en cada pieza, el ritmo, la respiración, los personajes, sentir incluso que en algunas notas es como subirse a una montaña rusa, es algo que sí le importa al pianista que según la revista Time es una de las 100 personas más influyentes en el mundo.