Gabo, el más querido. Gabo acude a la entrega de los Arieles en 1976
PERFIL. Gabo entre los invitados a la ceremonia de entrega de los premios Ariel, en julio de 1976. (Foto: PAULINA LAVISTA )
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El gran Gabriel García Márquez fue mi maestro de guión en el CUEC (Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM) hacia mediados de los años 60. Nos hablaba de cómo abordar y desarrollar una historia y también nos decía estar muy ocupado escribiendo una “novelita”. Se refería nada menos que a Cien años de soledad.
Durante la ceremonia de entrega de los premios Ariel, que en julio de 1976 entregó el presidente Luis Echeverría —a la cual asistí porque mi padre era uno de los galardonados por su música para la película Más negro que la noche—, me reencontré con Gabo entre los invitados. Cuando estaba de perfil, sin que se percatara, le tomé esta fotografía.
Salvador Elizondo escribe
Cuaderno de diario número 39-A (pág. 331)
Jueves 8.VII.76.— Habla [Ignacio] Solares para decir que se acabó el Excélsior. Es el fin de una época característica, no tanto de la cultura, como de la “crítica” en México. También el Plural se acaba. Ahora los intelectuales se dan cuenta de que la “apertura” era una trampa tendida a la oposición y de que el fin del Excélsior se ha producido después de las elecciones [que yo creo que no ganó el Partido Oficial].
Si el Excélsior desaparece, creo que [José] López Portillo no llegará al poder, la crítica agria sería tan intensa y tan aguda que lo destruirá. El actual presidente cree que sus designios son muy secretos o crípticos. Pero son a todas luces evidentes y este asunto va a tener una repercusión tremenda en todo el mundo.
A partir de hoy no tiene caso la crítica—that’s really something.