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GOTEMBURGO, Suecia.— El Festival Internacional de Cine de Gotemburgo, el más importante de los países escandinavos, entra en su recta final con la entrega del premio Dragón a la mejor película nórdica, y del premio Ingmar Bergman, al filme de un cineasta debutante.

El Festival, que inició el 24 de enero, es el escaparate más relevante para la producción cinematográfica de Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca e Islandia, aunque su oferta va mucho más allá. En su 37 edición, el Festival tiene como país invitado a Rusia y presume como una de sus principales atracciones la exhibición del documental Pussy Riot contra Putin, sobre el polémico y perseguido grupo colectivo de arte de Rusia (que, por cierto, fue invitado a diseñar el póster del Festival), dirigido, escrito, editado y producido por Las Viudas de Gogol, también un colectivo muy combativo contra la política rusa.

Entre las figuras participantes está el director de cine de animación Jerzy Kucia, el cineasta británico Terry Gilliam y el actor Ralph Fiennes, merecedor del premio Dragón Honorario, quienes han impartido varios seminarios.

Realizado en nueve sedes en esta, la segunda ciudad más poblada de Suecia, el Festival tiene la ceremonia de premiación el sábado 1 en la noche, y cierra actividades el 3. Mientras, la oferta de cerca de 500 títulos desde cine para niños, obras de animación, películas con temas de la comunidad LGBT, por no mencionar las ocho películas de ficción y los ocho documentales nominados, por separado, al premio Dragón.

También el Festival entregará el Premio Ingmar Bergman al mejor debut internacional, por octavo año, al “cineasta debutante que en su filme trate un tema existencial con un acercamiento dinámico o experimental desde los medios cinematográficos de expresión”. Aquí participa el mexicano David Pablos con La vida después.