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Los 10 tuvieron 18 meses para investigar y formalizar sus proyectos artísticos. De esa manera, las piezas que a partir de hoy presentan en la exposición La voluntad de la piedra tienen tanta importancia como los procesos de producción que hay atrás de cada una.

En el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG) esta noche se inaugura esa muestra, resultado de la tercera Edición del Programa BBVA Bancomer-MACG Arte Actual. Un certamen que ha ido creciendo al punto que para esta versión se presentaron 199 carpetas de 24 estados, y que aumentará su itinerancia por Sonora, Baja California y Puebla.

Los seleccionados de esta tercera edición fueron Dulce Chacón, Ramiro Cháves, Florencia Guillén, Alfadir Luna, Félix Luna, Leo Marz, Pablo Rasgado, Yéssica Sánchez, Jorge Scobell y Jessica Wozny; crearon en formatos como arte acción, instalación, video, dibujo, escultura, performance y foto.

La voluntad de la piedra, nombre que hace referencia a escritos del filósofo Baruch Spinoza, estará abierta hasta el 11 de mayo; contó con la coordinación curatorial de Catalina Lozano y la coordinación ejecutiva de Andrea Paasch. Se acompaña de un catálogo.

Varias obras se plantean como proyectos a largo plazo, con distintas fases, cuya primera etapa se ve aquí. En todas las piezas hay una amplia investigación: alguien, por ejemplo, indagó en torno de la minería en tres estados de México; alguien más se ocupó de conocer la vida de las mujeres en las fuerzas armadas; uno más analizó las dinámicas económicas y hasta mágicas del mercado de La Merced; otro estudió el mundo de las fábricas.

Muchas de las piezas están vinculadas a una historia familiar; ese poderoso detonante, a la hora de crear la obra, puede estar muy presente o ser una referencia lejana.

Las piezas fueron creadas en muy distintos soportes: ocurre que muchos de estos artistas -nacidos entre los años 70 y 80- combinaron su video con un performance, la fotografía con una escultura o la fotografía con una instalación.

Del limbo a las arquitecturas

Dulce Chacón (DF, 1976) trabajó con el dibujo, y eligió dos hechos opuestos que tuvieron lugar en Florida: el lanzamiento y explosión del Challenger, y el ataque del caníbal Rudy Eugene. Así, generó dos narrativas que se integran en la obra Limbo; en los más de 130 dibujos buscó describir el evento y el suceso desde diferentes voces o testimonios, por eso dio distinto tratamiento a cada dibujo, con tinta, con lápiz, con alto contraste: “Todo tiene que ver con cómo recordamos; la cronología en sí no existe, más bien uno recuerda de acuerdo a su experiencia. Quiero, a partir de los dos hechos, reflexionar acerca de la forma como la memoria los presenta.”

En La cabeza, Yéssica Sánchez (DF, 1976), hizo una evocación del lugar de la mujer en las Fuerzas Armadas. La fotógrafa pudo retratar a muchas agentes en distintos momentos de su trabajo para indagar en temas como la familia, el entrenamiento, lo que dejaron en casa.

“Partí de una inquietud personal —explicó Chacón—. No busqué un trabajo documental, era generar una pieza de su entorno, de cómo se imagina uno ese entorno”. Incluyó una vajilla que tiene grabadas fotografías de niñas con uniformes. El argentino Ramiro Cháves (Córdoba, 1979) quien vive en México hace 13 años se ocupó en su instalación XXXXXXXXXX de reflexionar en torno del uso de la X en la arquitectura y el diseño mexicanos. Partió de la premisa de que la “X” y, en general, la idea de los cuatro puntos cardinales, están presentes en las culturas de América; luego tomó en cuenta la discusión de si era ‘México’ o ‘Méjico’:

“La equis se asume como signo nacional que combinaba tradición prehispánica y colonial en este estado mestizo. Luego, muchos arquitectos y urbanistas la utilizaron; ha formado parte de pequeños y grandes capítulos de la vida, en la Revolución, en los sismos del 85.”

La arquitectura es el tema del que se ocupó Pablo Rasgado (Zapopan, 1984). A partir de foto e instalación se refirió a la arquitectura como un ente en constante cambio, que dice mucho de las personas que la habitan; para una de sus obras encontró una ventana cubierta de periódicos del 1 de septiembre de 1961 y tomó esa fecha como pista del momento en que fue abandonado el inmueble, luego dio seguimiento de las noticias que ahí aparecían.

Entre pianos y mercados

Florencia Guillén (DF, 1977) en El Triunfo, nombre del pueblo de Baja California de donde era su abuelo, hizo un video y una serie de dibujos acerca de un hecho que tiene mucho de poético: la presencia de decenas de pianos que llegaron a esta entidad en el siglo XIX, en el contexto de la migración de europeos y estadounidenses que iban a trabajar la minería; con los cambios por la Revolución, los pianos quedaron ahí, sin que casi nadie se ocupe de ellos. Su filme se refiere a la par a la construcción y a la destrucción: “Fue un trabajo de la memoria, de entrevistas, me involucré con las familias, recuperé la historia oral. Hay una veracidad histórica que se ficcionaliza en la película”.

Alfadir Luna (DF. 1982) presenta en la exposición toda la documentación para su Conformación de un consejo comunitario en mercados públicos, un proyecto desde el arte acción, planteado para hacerse en cinco fases: “Se muestra una posición política y social; es estar ahí, partir de visitas diarias, hablar, conciliar”. Contó que se abuela trabajó ahí en La Merced desde la fundación. “Más allá de lo personal, abordo los mercados públicos como foros de retórica pública donde hay sistemas de representación complejos”.

Repertorio Farena, de Jessica Wozny (Alemania, 1978) le permitió usar la escultura para explorar usos de los materiales, más allá de los que la economía marca.

Félix Luna trabajó en minas de Hidalgo, Oaxaca y Guanajuato y creó un libro que toma como nombre el prefijo y el sufijo de muchos de los pueblos mineros, así es como su pieza se llama Real del Progreso.

Leo Marz (Zapopan, 1979) exploró el cine terror en una película de la que por ahora tiene los subproductos que se derivan en Internet; la premisa es el caso de un coleccionista de tatuajes de Dr. Lakra.

Jorge Scobell (Chihuahua, 1983) muestra en su video La fábrica la experiencia laboral, el choque cultural, los modelos impuestos en las transnacionales, la mano de obra barata. Visitar dos fábricas le permitió contar la experiencia desde adentro.

La voluntad de la piedra se expone en el Museo de Arte Carrillo Gil, Av. Revolución 1608.