Delirios, depresión, irritación y ansiedad son algunos de los síntomas que pueden tener los pacientes durante los tratamientos de desintoxicación. A la presencia de estos cuadros clínicos como reacción del organismo se le conoce como el síndrome de abstinencia y su presencia depende de la sustancia administrada con mayor frecuencia al organismo.

Médicos especialistas en tratamiento de adicciones mencionan que los pacientes consumidores de psicoestimulantes, como la cocaína, tienen sensaciones de irritación, depresión, pérdida de apetito y somnolencia.

A pesar de estos efectos, su vida no está en riesgo.

En cambio, las personas que han abusado en el consumo de sustancias depresoras del sistema nervioso central, como el alcohol, válium, heroína e inhalables, atraviesan fases de delirum tremens, calambres y obsesión.

Estos síntomas componen un cuadro de síndrome de abstinencia, que en el caso de los consumidores de depresores pueden poner en riesgo su vida si el consumo de la sustancia se suspende de forma abrupta.

A diferencia de una persona adicta a la cocaína, que pasa por un periodo más corto de síndrome de abstinencia, los usuarios de depresores enfrentan periodos más largos.

La primera fase de desintoxicación, la suspensión inmediata, puede ser de dos días a una semana. La etapa media dura aproximadamente un mes, y la fase tardía puede durar seis meses.