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Guanajuato.— La pianista Daniela Liebman debutó ayer en el Festival Internacional Cervantino, además, por primera vez en su corta pero exitosa carrera ofreció un recital completo que incluyó obras de Johann Sebastian Bach, Ludwig van Beethoven, Frédéric Chopin, Serguéi Rajmáninov, Franz Liszt y Arkady Filippenko. Un reto que, dijo, ha sido uno de los más difíciles porque implicó una preparación de más de siete meses, un gran esfuerzo físico y una concentración total.

Previo al concierto que ofreció en el Templo de la compañía, situado en el centro de la ciudad, conversó con EL UNIVERSAL. Su andar es lento, su semblante relajado y su sonrisa constante. Nunca había visitado Guanajuato y le admira el color y la arquitectura. “Es bellísimo”, dice.

“Es la primera vez que tocaré un programa tan largo, dura alrededor de 90 minutos y estoy muy emocionada. A veces pasa que te enteras que vas a ofrecer un concierto con mucha anticipación, pero mientras llega ese día hay muchos conciertos más que también son importantes, así que tienes que ensayarlos todos, pero debes concentrarte más en el que está por ocurrir. Sin embargo, para el Cervantino me he concentrado mucho”, cuenta.

Desde su debut en 2011, Daniela ha tocado en algunos de los más importantes escenarios del mundo, como el Carnegie Hall, y de México, Bellas Artes y el Teatro Degollado. El prestigio de los recintos en donde ha sido ovacionada no impone a la pianista, el Cervantino, tampoco. “Cuando me invitaron me emocioné muchísimo por tocar en un festival tan famoso. Sé que son invitados artistas de gran nivel y es muy emocionante para mí”.

Después de tener una formación profesional en Colima, Daniela ha vivido en el último año uno de los cambios más importantes de su carrera, se fue a estudiar a Texas. “Empecé otra etapa, en el verano fui a muchos festivales, estoy practicando mucho más. El cambio de maestro fue muy grande para mí, pero ha sido bueno. A veces es necesario cambiar de maestro, pero no porque no haya sido bueno, sino porque es necesario. Ahora estoy con Tamás Ungár, a quien conocíamos y nos habían dicho que era muy genial y es extraordinario”, comenta.

Este programa está conformado por obras que han estado en los últimos años en el repertorio de la pianista jalisciense, excepto “Partita núm. 2”, de Bach. “Las otras las he tocado desde hace mucho tiempo, pero la obra de Bach que es una de mis favoritas. Mi papá, mi maestro y yo elegimos lo que tocaré hoy porque me representan bien. Y Bach me fascina escucharlo y tocarlo, las armonías que crea son increíbles, es un genio, la pieza es muy hermosa y espero les guste mucho. Es un compositor muy diferente a los demás, es intenso, te llega al alma, puede ser triste y alegre; la pieza está dividida en seis movimientos y son divertidas. Es un programa muy difícil pero sé que lo tengo muy bien dominado”.

Y agrega: “Estoy aprendiendo nuevas piezas como el 'Concierto no.1' de Chopin, estoy muy emocionada. El resto del año está muy tranquilo, estaré más relajada y me dedicaré a aprender repertorio nuevo, pero en 2015 ya habrá más cosas; 2014 ha sido muy provechoso, estuve en el Cervantino, toqué en Bellas Artes, me gustaría volver ahí”.

Su carrera profesional, dice, no sólo se encuentra en constante evolución, también su vida escolar. “La escuela en casa va muy bien, me siento muy tranquila, estoy muy calmada. Las cosas han sido más fáciles”.

Guanajuato la recibió en uno de sus días más vertiginosos en 42 años de historia, ante las protestas estudiantiles por la muerte de un joven y la desaparición de 43 normalistas. De hecho, su ensayo programado en la Universidad tuvo que ser cambiado de sede. “México no es un país que escuche música clásica, pero puede cambiarnos. Por ejemplo, si abrieran más escuelas de música en vez de asesinos habría músicos. Los niños son el futuro de México y la música podría ayudarnos mucho”, opina.

Música barroca

Les Arts Florissants, una de las agrupaciones más respetadas en la escena internacional de la música barroca, interpretará hoy a las 12:00 en el Templo de la Valenciana obras de Llully, Couperin, Campra y Marais, entre otros célebres artífices de un periodo de enormes realizaciones artísticas.

El director y clavecinista de la compañía, William Christie, explicó que Les Arts se ha especializados en la música francesa, alemana, inglesa e italiana. “Hacemos una mezcla de instrumentos y voces, nos dedicamos a la difusión de estas obras por más de 35 años y hemos encontrado un nicho muy especial dentro de este estilo”.

Añadió que para el Festival Cervantino eligieron un repertorio dedicado no sólo a la música francesa, también obras que permitirán tener no sólo un gozo auditivo, sino además visual, porque habrá una conexión muy especial con el teatro.

El ensamble de instrumentistas y cantantes desempeñó un papel pionero en la escena cultural francesa al rescatar y difundir un repertorio hasta entonces descuidado: el que corresponde a los siglos XVII y XVIII, con especial énfasis en el tesoro musical del llamado Gran Siglo Francés, en buena medida exhumado de las colecciones de la Biblioteca Nacional de Francia.