Arte pop y mundo interior de Yayoi Kusama, en el Tamayo
INSTALACIÓN. "Walking on the Sea of Death" (Caminando en el mar de la muerte), creada en 1981 . (Foto: JAIR CABRERA / EL UNIVERSAL )
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Con el antecedente de que 2 millones de personas en cuatro ciudades de América Latina visitaron esta exposición, llega a México Yayoi Kusama. Obsesión infinita, que desde este viernes y hasta el 18 de enero de 2015 se exhibirá en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo.
Las obsesiones, reiteraciones, series y motivos repetidos que son a la vez imagen e idea, y que han caracterizado la obra de esta artista japonesa durante más de 60 años se recogen en esta exposición con más de 100 obras: dibujos, pinturas, videos, esculturas, instalaciones y ambientes.
Curada por Frances Morris y Philip Larrat-Smith, la exhibición ofrece un recorrido por obras intimistas y por piezas más ligadas al arte pop que conoció y trabajó especialmente cuando llegó a Estados Unidos, a finales de los 50.
Incluye algunas instalaciones ambientadas que son mucho más que espacios envolventes, son obras icónicas en la trayectoria de Yakoi Jusama, y expresión de sus obsesiones y alucinaciones que, siendo apenas una niña, manifestó tener. Desde 1977, la artista eligió vivir en una clínica psiquiátrica donde hoy, a los 85 años, sigue trabajando. Aquellos ambientes también son reconocidos a partir de Dots Infinity, colección de moda y accesorios de Louis Vuitton realizada con Kusama.
Una japonesa en NY
La exposición se inicia con Walking Piece (Caminata) secuencia de fotos de la propia Kusama, vestida con kimono en las calles de Manhattan. Esta es una de las piezas donde habla de sí misma y del hecho de ser una extranjera en los Estados Unidos.
Es en la siguiente sala donde se muestran algunos de sus primeros trabajos, obras creadas en Japón, en la postguerra, cuando exploró un método de pintura característico de su país, nihonga; sin embargo, la artista no se quedó allí. Vendrían después series como Infinity Net (Red infinita), donde fue trabajando semicírculos que más adelante se convirtieron en su “motivo y síntesis de sus alucinaciones: los lunares”.
La muestra continúa con instalaciones donde está otro tema que es una obsesión para Kusama: la sexualidad. Las siguientes salas muestran obras hechas a partir de objetos cotidianos, domésticos, o cubiertas de tela o pintura plateada que representan falos. La sexualidad, destacó Larrat-Smith es uno de los motivos que ella más indaga y que le perturban.
Una obra como Walking on the Sea of Death (Caminando en el mar de la muerte), de 1981, es continuidad de piezas de los años 60. Es un bote de remos con las mismas incrustaciones fálicas, todo en color plateado y dentro de un cuarto oscuro; el texto de sala explica que el tema es la muerte y el viaje final.
Para algunas instalaciones ambientadas utiliza espejos donde se multiplican de forma infinita luces, lunares, círculos y el espectador que ahí accede, el cual, como destacó el curador, juega un papel protagónico porque es él quien da el significado a las obras.
Siendo una creadora que trabaja en EU con los grandes del arte pop —influyó mucho en Andy Warhol— la diferencia con ella está en el “lado muy sicológico”.
El curador señaló que “es una artista pop porque está comunicándose con un público masivo a través de su arte, de sus intervenciones en espacios públicos, pero de otra manera no, porque está hablando de sí misma todo el tiempo”. Para Kusama el medio no es lo importante, sino el cómo alcanzar una expresión pura y directa de sus preocupaciones síquicas.
Kusama es considerada una de las grandes artistas japonesas vivas. Su nombre sale a relucir cuando se habla de las artistas del siglo XX que se preocuparon por pensar lo femenino, por conjugar su obra con su mundo interior.