Katsushika Hokusai, maestro del grabado Ukiyo-e
ICÓNICO. La serie de estampas tituladas "Treinta y seis vistas del Monte Fuji" es actualmente reconocida como una de sus obras maestras. (Foto: Archivo )
Considerado el máximo exponente de la escuela de grabados Ukiyo-e, el pintor y grabador japonés Katsushika Hokusai, a quien se recuerda a propósito de su aniversario luctuoso, concentró su atención básicamente en la representación de paisajes y escenas históricas.
De acuerdo con sus biógrafos, cambió su nombre según la etapa artística que atravesaba, a fin de hacer consciente cada cambio que experimentaba su obra.
Katsushika Hokusai nació el 31 de octubre de 1760 en Tokio, donde fue adoptado por los Nakajima, una familia cuyas tradiciones artísticas le compartieron y permitieron, a los seis años, dibujar las formas de todo su entorno.
A los 18 años se convirtió en pupilo de Katsukawa Shunsho, un destacado maestro del género artístico ukiyo-e (escenas del mundo flotante), cita su perfil publicado en la página de Internet "epdlp.com".
Tras la muerte de Shunsho, se estableció de forma independiente e inició su carrera profesional, en la que utilizó una amplia gama de técnicas, que van del grabado a la ilustración de libros.
A partir de 1796 comenzó su trabajo autónomo con álbumes de grabados, bajo el seudónimo de Hokusai; cuatro años después ya era un artista conocido gracias a la exhibición pública de sus obras.
Luego de destacar como un gran artista, en 1806 su estilo se volvió más clásico, pues se dedicó completamente a ilustrar novelas históricas.
Durante esa época, cuando murió su hijo mayor, se dedicó a la elaboración de una serie de estampas tituladas "Treinta y seis vistas del Monte Fuji".
Dicha serie es actualmente reconocida como una de sus obras maestras y por la que ha sido aclamado en todo el mundo, de acuerdo con el portal web "katsushikahokusai.com".
Sus xilografías, ilustraciones para libros y paisajes más conocidos fueron realizados entre 1830 y 1840, y en ellos se aprecian líneas curvas y de gran soltura, asegura la crítica especializada.
La evolución de su estilo lo llevó hacia una serie de espirales que le añadieron libertad y elegancia, como puede observarse en "Raiden (el Espíritu del trueno)".
Hokusai realizó alrededor de 30 mil obras, entre pinturas en seda e impresiones en planchas de madera, como la serie de estampas que lo hicieron famoso en occidente y a la que pertenece "La gran ola".
Un incendio que destruyó sus bocetos y materiales de trabajo en 1839, hizo que su capacidad creativa y trabajo se pausará.
Sus últimas obras, realizadas poco antes de morir, el 10 de mayo de 1849, ponen de manifiesto su enorme capacidad y determinación artística.
A mediados del siglo XIX sus grabados, al igual que los de otros artistas japoneses, empezaron a importarse a París, Francia, donde se coleccionaban con gran entusiasmo, especialmente por parte de impresionistas de la talla de Claude Monet (1840-1926) , Edgar Degas (1834-1917) y Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901).
rqm