La ópera es un negocio mortal para el arte: Haneke
Postura. El negocio de la ópera, advierte, "es mortal para el arte" porque "hay muchísima presión de tiempo y no se hacen las cosas como deben hacerse", tanto que, incluso, ya no reconoce como suya la quinta producción que se ha hecho de su 'Don Giovanni' (Mozart) porque ha habido "un cambio total del elenco". . (Foto: Archivo/Reuters )
A Michael Haneke no le gusta hablar "ni de huevos que no han sido puestos" ni de las "pieles de oso cazadas", por eso no quiere adelantar nada sobre su próxima película ni "etiquetar" sus obras, ya sean en cine u ópera, a la que no piensa volver porque el negocio que la rodea "es mortal para el arte".
Haneke ha pasado esta semana en el Teatro Real de Madrid para ensayar, "de sol a sol" , con el equipo musical que estrenó en ese teatro en febrero de 2013 Cossi fan tutte (Mozart) la misma producción de la obra con la que recalará a principios de junio en Viena, según ha explicado esta tarde en un encuentro con la prensa este "freak" del control, como él mismo se describe.
El montaje se ofrecerá en Viena con la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen, dirigida por Sylvain Cambreling, y el Coro del Real, que interpretan en la actualidad en el coliseo madrileño Los cuentos de Hoffmann.
"Había que retomarla porque hacía tiempo de su estreno pero nuestros cantantes -el elenco original se ha desplazado también a Madrid para ensayar con él- tienen muy buena memoria", ha detallado.
Cossi fan tutte es la segunda ópera que Haneke (Munich, 1942) dirige, tras Don Giovanni, y "la última", asegura.
"Me han hecho muchas ofertas para que dirija otros títulos y he rechazado una tras otra. El logro de Gerard Mortier -el fallecido intendente del Real español- fue transmitirme confianza y aceptar condiciones que normalmente no se asumen. Es profundamente triste que no esté ya", ha lamentado.
El negocio de la ópera, advierte, "es mortal para el arte" porque "hay muchísima presión de tiempo y no se hacen las cosas como deben hacerse", tanto que, incluso, ya no reconoce como suya la quinta producción que se ha hecho de su Don Giovanni porque ha habido "un cambio total del elenco".
No ocurre lo mismo con el cine, en el que no hay un solo fragmento de una película suya que no haya tenido su "bendición" y por eso está "encantado" con el dvd que ha dirigido de Cossi fan tutte.
Tiene escrito ya el guión de su próxima película pero no ha querido "vender la piel de oso antes de cazarlo" y no ha dado ni un solo detalle sobre ella y, en su línea, se ha negado a "etiquetar" o clasificar ni esa obra ni las anteriores.
"No quiero dar pistas sobre ellas. Se que hago cine difícil y complejo pero también tengo mucho público. No comento nada porque es contraproducente. Si digo algo será una etiqueta y el espectador se activará en esa dirección y creerá, por ejemplo, que va a ver un filme triste".
Se resiste a admitir que sus trabajos, en los que aborda desde la vejez y la enfermedad (Amour) al sadismo o la perversión (Fanny games o La pianista), son "duros" pero reconoce que comparados con "la miel y la calma de lo 'mainstream', que induce al espectador a la desconexión mental" sí "lo parecen".
Haneke insiste en que él no hace películas "para hacer sufrir a nadie", sino para "comunicar, para que lleguen profundamente al espectador".
"Uno tiene la obligación de contar la verdad, de contar lo que ocurre en la realidad y que sea el espectador el que se haga las preguntas y eso duele".
Sus películas son sobre el presente, sobre lo que le ocurre a las personas, no sobre situaciones ni temas concretos ni, por supuesto, para hacer propaganda política.
"En general, me quiero dirigir a las personas pero no a un conflicto concreto porque eso lleva a la propaganda. Me interesa mucho el destino individual. Lo primordial es lo privado. Hago películas porque hay algo que me remueve.
El éxito que tuvo con Amour , que consiguió el Oscar a la Mejor Película en lengua no inglesa, le complace porque "eso siempre deja sensaciones agradables y mejora las ganancias y el trabajo" aunque no se libere en absoluto del miedo ante nuevos proyectos.
"Siempre hay que lanzarse desde cero y siento mucha presión, pero eso se salva con trabajo", explica.
"Pasa de los festivales de cine como Cannes -"si me interesa me mandan los dvd, no tengo que ir a ningún sitio para verlo"-, y alerta de la "voracidad" de Hollywood: "quieren borrar del mapa al cine europeo".
sc