El escritor es un ilusionista: Guillermo Martínez
INFLUENCIA. En entrevista, el escritor ganador cuenta de qué manera el autor de Cien años de soledad lo influyó así como sus inquietudes alrededor de los relatos incluidos en el libro con que ganó. (Foto: EFE )
Con el libro Una felicidad repulsiva (Planeta), el escritor argentino Guillermo Martínez ganó este viernes la primera edición del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, dotado con una bolsa de cien mil dólares (unos 215 millones de pesos), que entregó el presidente Juan Manuel Santos, en el Teatro Colón de la capital.
Al anunciar el ganador, el escritor argentino Mempo Giardinelli, uno de los miembros del jurado, resaltó de Martínez -en la lectura del acta- "la unidad y la solidez, la sutileza y el equilibrio, como características de su prosa, así como el dominio vigoroso del género. Este libro refleja, además, una mirada peculiar en la que el absurdo, el horror, lo fantástico y lo extraño que arranca de lo cotidiano, son tratados con absoluta maestría".
A su turno, el presidente Santos destacó que con la creación de este galardón, al que Gabo gustoso aportó su nombre por 20 años cuando el primer mandatario se lo propuso el año pasado en su residencia de México, se pretende fomentar la lectura y el amor por este género.
"Queremos que leer sea el cuento de todos los colombianos. Queremos que el cuento a su vez sea un género favorito no solo de los niños sino de los lectores de cualquier edad", dijo Santos, al anunciar que el Gobierno comprará los libros de los cinco finalistas de esta edición del premio para distribuirlos en las 1.400 bibliotecas públicas del país.
En entrevista, el escritor ganador cuenta de qué manera el autor de Cien años de soledad lo influyó así como sus inquietudes alrededor de los relatos incluidos en el libro con que ganó.
Los cuentos de su libro premiado se mueven por la línea de la locura, la cordura, las pesadillas y las coincidencias fatales.
¿Cómo los definiría?
Creo que son historias que tienen un elemento de suspenso. Suspenso no necesariamente de tipo policial, pero sí esta cuestión de la inminencia de algo que va a ocurrir y que es impredecible de acuerdo con una lógica del sentido común. A mí me interesa esa clase de efecto en la literatura. Mi idea del escritor es como si fuera un ilusionista. Entonces, empieza con algunos materiales que parecen descartables, y a partir de eso construye una situación que permite ver algo que es esencialmente distinto.
¿Es decir que los relatos se mueven por un terreno más fantástico?
En este libro hay un cierto retorno al género fantástico, que para mí fue muy importante en mi formación literaria. Hay como dos líneas muy claras en la historia de la literatura argentina: una que tiene que ver con la literatura fantástica, con nombres como Borges, Bioy Casares, Cortázar, y otra línea que apunta más a cierto realismo de corte testimonial. A mí me gusta más esa idea en la que la literatura tiene algo de mundo autónomo con respecto a la realidad y trato siempre de que aunque parta de una situación real deriven o se transformen en algo esencialmente diferente.
¿Qué tanto pesó Gabo en su formación literaria?
Yo a García Márquez lo leí en la adolescencia como parte de una cantidad de lecturas de formación; sobre todo estaban en mi casa también todos los libros que formaban parte del mismo mundo de Macondo. Me acuerdo de La hojarasca, La mala hora, El coronel no tiene quien le escriba y Cónica de una muerte anunciada.
Al recibir el premio, usted destacó esa presencia particular de la mujer en la obra de Gabo, presente también en la suya...
Usted es matemático de formación. ¿Hay algún tipo de diálogo entre ciencia y literatura en su obra?
Mi formación inicial ha sido básicamente la de un mundo literario, la matemática fue casi un accidente en mi vida. La formación científica fue algo que llegó mucho después de que yo me iniciara como escritor. Terminé mi primer libro a los 19 años. Más bien yo pensaba en terminar una carrera científica para ganarme la vida y hacer luego una carrera como filosofía o literatura. Pero sí creo que hay analogías en cuanto a la forma de crear en los dos ámbitos.
Cinco finalistas de primer nivel
Además de Guillermo Martínez, los otros cuatro finalistas fueron los escritores Carolina Bruck (Argentina), con el libro Las otras; Héctor Manjarrez (México), con Anoche dormí en la montaña; Óscar Sipán (España), con Quisiera tener la voz de Leonard Cohen para pedirte que te marcharas, y Alejandro Zambra (Chile), con Mis documentos.
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Yo creo que lo sexual es uno de los elementos que aparecen desde mis primeros cuentos. Tengo algunos que son muy eróticos, como algunos de este libro de cuentos. Es una más de las dimensiones de mis novelas: esa relación con las mujeres y el elemento de tragedia que puede haber involucrado en ocasiones.