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Rebeca Olvera es una de las sopranos más destacadas de su generación y una de las pocas mexicanas con una sólida trayectoria internacional. Radica en Zúrich desde 2005 y para algunos críticos es una de las cantantes más activas y reconocidas en el selecto mundo operístico europeo. Incluso medios como The New York Times han escrito que su canto es "bello y elegante".

Hizo su debut como Marie en La hija del regimiento, de Donizetti, con la Compañía Nacional de Ópera en el Palacio de Bellas Artes, a lado de los entonces también debutantes Javier Camarena y Josué Cerón; poco después ingresó al Estudio de la Ópera de Zúrich de 2005 a 2007, donde tuvo tutoría vocal de Francisco Araiza.

En 2006 ganó el Premio del Público en el Concurso Internacional Hans Gabor Belvedere de Viena. Desde 2007 forma parte del Ensamble de solistas de la Compañía de la Ópera de Zúrich.

Ha debutado en el Festival de Salzburgo como la joven Adalgisa en la producción de Norma, de Bellini, donde compartió escenario con la soprano italiana Cecilia Bartoli. Con esta actuación, Olvera se convirtió en la primera mexicana en participar en el encuentro artístico con mayor prestigio en el mundo.

Para celebrar sus primeros 10 años de carrera, la soprano de 35 años de edad, nacida en Puebla, ofrecerá un concierto el próximo 7 de septiembre en el Palacio de Bellas Artes a las 17:00 horas, a lado de Javier Camarena, con un programa integrado por obras de compositores como Bellini, Verdi, Donizetti, Grever, Gardel y Velázquez.

En entrevista vía telefónica desde Suiza, la cantante habla sobre lo que ha sido su carrera y sobre este concierto que significa su regreso a los escenarios tras una pausa de cinco meses por su segundo embarazo.

¿Cómo recuerdas tu debut en Bellas Artes?

Con gran emoción, con satisfacción y orgullo porque creo que hice un buen papel. A la distancia y con lo que ahora sé, pienso que si una chica de la edad que yo tenía me dijera que hará su debut en Bellas Artes con el papel de Marie de La hija del regimiento, de Donizetti, le preguntaría si está segura de hacerlo. Ahora creo que tal vez esa poca experiencia que tenía cuando empecé me hizo no estar consciente de la magnitud de ese debut y tener el atrevimiento de cantar ese rol en ese teatro, si me hubiera creído que era realmente muy grande quizá no me hubiera atrevido.

Ese montaje significó el debut de tres novatos: Javier Camarena, Josué Cerón y yo. Fue una oportunidad histórica para tres jóvenes, las críticas que recibimos fueron muy buenas y ahora, 10 años después, podemos ver los resultados y mirar aquella experiencia con gran cariño.

¿México significa tu regreso a los escenarios?

Sí. El evento más extraordinario que me ha pasado es que me convertí en mamá por segunda ocasión, mi pequeñita acaba de cumplir cuatro meses de edad. Y hace muy poco iba a cantar "L´Italiana in Algeri", en concierto, en Dortmund, con la gran Cecilia Bartoli, pero a pesar de que hicimos todos los ensayos se tuvieron que cancelar las funciones porque ella enfermó. De modo que el concierto en México sí será mi regreso a los escenarios después de este gran evento en mi vida.

¿Continúas con el Ensamble?

Sí, mi carrera continúa y por fortuna tengo el tiempo para salir de Zúrich y hacer un par de cosas más. Por ejemplo, en mayo y en el verano volveré a Salzburgo, también iré a Viena, después nos iremos de tour con la producción de Norma que hicimos el año pasado y que afortunadamente tuvo mucho éxito y por eso la presentaremos en París y otras ciudades europeas más. La Ópera de Zúrich me ha permitido estar con ellos y paralelamente tener estos otros proyectos.

¿La gira la harás con Cecilia Bartoli?, ¿qué le has aprendido a una cantante como ella?

Así es, con la gran Cecilia Bartoli. He aprendido que un cantante tiene muchas facetas y que no necesitas ser una gran diva para ser una gran artista. Es algo que ya sabía, pero al ver a Cecilia Bartoli, una de las cantantes más importantes no sólo del mundo sino en toda la historia de la ópera, es una mujer sencilla, abierta y agradable. Además, claro, le he aprendido cosas técnicas, cuando estoy a su lado siento que canto mejor, creo que mi voz se deja llevar por su voz, cuando salgo del escenario después de estar con ella creo que he cantado muy bonito. He reafirmado que se debe ser más natural en el escenario, Cecilia facilita las cosas a los demás porque su trabajo lo hace ver tan real que uno reacciona y todo se vuelve natural, la escena puede ser muy intensa, puedes llegar incluso a las lágrimas cuando estamos en los ensayos.

Sentir esa vibra provoca que la función sea realmente muy buena y que uno termine con gran satisfacción. Además, Cecilia es una maravilla del bel canto, específicamente de Bellini, que es lo que estamos haciendo juntas.

¿Cuáles son los roles significativos para ti?

Los roles que me han hecho salir y presentarme en lugares importantes son Isolier de El Conde Ory, del que tenemos un DVD a la venta en todo el mundo, también con Cecilia Bartoli; Adalgisa de Norma, con el que debuté en Salzburgo y con el haré la gira; Noria de Don Paquale, que aunque sólo lo he cantado en México me gusta mucho y me siento muy cómoda, además es un rol muy divertido. En realidad muchos de mis papeles son muy consentidos.

Javier y tú han sido colegas, pero sobre todo amigos.

Sí, vivimos muy cerquita, sus hijos son los primos de mis hijas. Ya no nos consideramos amigos, sino familia. La vida nos ha llevado a compartir el mismo país y el escenario. Ha sido una gran fortuna y espero que me quiera como yo lo quiero.

¿Ustedes son ejemplo de que los cantantes mexicanos de reciente generación pueden arribar a los grandes teatros?

Sí, pero cuesta mucho trabajo. Quizá no suene bien lo que voy a decir, pero en mi caso realmente fue muy fácil, es decir, cuando llegué a Suiza ya conocía el idioma porque estudié en el Colegio Alemán en Puebla y eso me facilitó la existencia; yo estudiaba Comunicación y cuando quise cambiar de carrera mis padres me apoyaron en todo, nunca tuve que preocuparme por trabajar y mantener mis gastos al mismo tiempo que estudiaba música. No busqué el Estudio en Suiza, sino que un amigo me escuchó en mi debut en Bellas Artes, una cosa llevó a la otra y llegué. No digo que no me costó trabajo, pero sí creo que si uno lucha por algo las cosas suceden y si no suceden, algo más vendrá.

¿Qué lugar ocupa Bellas Artes en tu historia?

Es el lugar al que siempre soñé llegar desde que decidí ser cantante, un sueño que pude cumplir relativamente rápido. Es una casa que respeto muchísimo. Un recinto al que quiero volver cada vez que se pueda. Es parte de mis inicios, de mi historia y espero que de mi futuro.

Cuando Anna Netrebko tuvo a su primer hijo, se dijo que su voz se había vuelto más brillante. ¿Sientes un cambio en tu voz?

Después de mi primer embarazo, durante los primeros meses, sentí mi voz, es cierto, más brillante y con más cuerpo, pero al cabo de un tiempo no me sentí ni mejor ni peor. Ahora es lo mismo, no siento un gran cambio con este segundo embarazo, pero hace cinco meses que no he cantado, sin embargo me siento muy bien.

¿Cinco meses fuera suponen un gran nervio o mucha prisa por regresar al escenario?

Todo, estoy nerviosa porque quiero estar en el mismo nivel en el que me quedé, pero estoy muy emocionada, una de las cosas que alimentan mi alma es estar en el escenario y estar en contacto con el público. Quiero estar en forma con mi voz y con mi cuerpo. Sobre todo estoy muy feliz y muy ansiosa por cantar.

¿En 10 años qué te hace sentir más orgullosa?

Estar en donde estoy, haber hecho tantas cosas en tan poco tiempo, haber cantado con Cecilia Bartoli, Javier Camarena, Juan Diego Flórez, Vesselina Kassarova, Peter Seiffert, José Carreras. Me han pasado cosas increíbles y espero que en 10 años pueda recordar cosas aún más increíbles.

¿Hay algo que habrías hecho diferente?

No. Lo bueno y lo malo que he podido hacer o dejar de hacer me tienen en el lugar donde estoy. Un lugar en el que soy una mujer plena tanto en lo profesional como en lo personal.