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El regreso del Códice Chimalpahin a casa

ABIDA VENTURA| El Universal
00:20Martes 14 de octubre de 2014

"Códices de México, memorias y saberes" es una exposición en el Museo de Antropología, que reune 44 obras de tradición indígena mexicana Leo Morales / EL UNIVERSAL

Se trata de la más amplia exhibición en su tipo a nivel internacional. (En la imagen, Códice de Boturini) Leo Morales / EL UNIVERSAL

Hace una década habría sido poco probable realizar una exposición así, ya que no existía la tecnología adecuada para garantizar la conservación de los manuscritos. (Tributos de Santa Cruz Tlamapa) Leo Morales / EL UNIVERSAL

Luces LED y la creación de un vacío al interior de las vitrinas mediante el uso de argón sirven para evitar que los pigmentos se dañen con el oxígeno (Códice Colombino) Leo Morales / EL UNIVERSAL

Expertos de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH) eligieron las 44 pictografías, de un acervo de más de 200 documentos (Códice Chimalpahin) Leo Morales / EL UNIVERSAL

Se pueden apreciar las pictografías en papel amate, de maguey o algodón, entre otros soportes (Códice Martín de la Cruz Badiano) Leo Morales / EL UNIVERSAL

La muestra continuará abierta al público hasta el próximo 11 de enero en el Museo Nacional de Antropología. (Códice Mapa de la Ciudad de México) Leo Morales / EL UNIVERSAL

El cdice incluye tres volmenes que se consideran fuente fundamental sobre la vida cotidiana, la so

RELEVANCIA. El códice incluye tres volúmenes que se consideran fuente fundamental sobre la vida cotidiana, la sociedad y la política mexicana, así como la Nueva España del siglo XVI . (Foto: LEO MORALES / EL UNIVERSAL )

Personal de la casa Christie’s y la Sociedad Bíblica de Londres, e investigadores del INAH relatan cómo fue el proceso de repatriación de los documentos

abida.vebtura@eluniversal.com.mx

Con bombo y platillo, el Instituto Nacional de Antropología (INAH) festejó el 17 de septiembre el regreso a México del Códice Chimalpahin. En la ceremonia del 50 aniversario del Museo Nacional de Antropología, María Teresa Franco, directora de la institución, recibió de manera simbólica de manos del secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, la custodia de los manuscritos del siglo XVII, escritos por dos historiadores de ascendencia indígena, Domingo Chimalpahin y Fernando de Alva Ixtlixochitl.

Para gran parte de los investigadores y trabajadores de la institución, el anuncio de esa repatriación fue una sorpresa. Y es que, si de recuperación de bienes culturales se trata, México cuenta con más historias de fracasos que de éxitos. Nunca había logrado impedir que piezas del patrimonio nacional se subastaran.

Hasta ese día, muy pocos sabían de la transacción de 14 millones 553 mil pesos (650 mil libras esterlinas) que las autoridades mexicanas habían concretado con Christie's para recuperar esos manuscritos que la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (SBBE) de Londres poseía desde el siglo XIX.

La compra se ejecutó en privado el 20 de mayo, apenas un día antes de la fecha en que la casa de subastas iba a realizar la puja de la colección de documentos, manuscritos y libros que la SBBE decidió vender con el fin de recaudar fondos para un nuevo centro de visitantes en Bala, norte de Gales, el lugar de nacimiento de esa organización.

El acuerdo fue precedido por varios días de negociación. Todo comenzó a principios de mayo, cuando Christie´s dio a conocer el catálogo de la subasta que, además de los documentos de origen mexicano, incluía partituras originales de Bach, Beethoven y Chopin. Pocos días después la casa fue contactada por el INAH para negociar "una oferta privada". Ante esto, explicó vía correo electrónico Margaret Ford, directora Internacional de Libros de Christie's, la subastadora notificó la oferta a su cliente, la SBBE, que accedió a negociar sin mayores problemas.

César Moheno, secretario técnico del INAH, fue el personaje principal detrás de los trámites para repatriar la pieza. El también historiador ha asegurado que uno de los elementos claves en esta negociación fue que la Sociedad Bíblica actuó de "buena fe" y aceptó que el mejor lugar para conservar el documento fuera México, lugar de donde salió hace 187 años, en 1827, cuando José María Luis Mora se lo entregó a James Thomsen, agente de la SBBE en Nuevo México, a cambio de biblias protestantes con las que pretendía realizar una campaña de alfabetización.

Vía correo desde Londres, la Sociedad Bíblica aseguró que siempre estuvieron abiertos a que el documento fuera repatriado o adquirido por alguna colección pública. Incluso, agregó, cuando se decidió subastar la colección, se intentó convencer a la Biblioteca de la Universidad de Cambridge - donde el códice se encontraba en depósito-, para que lo adquiriera pero se negó por falta de recursos.

"Todas las partes coincidieron en que facilitar el regreso de este objeto histórico a México sería un resultado muy positivo", dijo Ford, quien, junto con Martin Wilson, presidente del Comité de Bienes Culturales de Christie's, y Gabriela Lobo, directora general de Christie's en México, coordinaron las negociaciones entre el INAH y la Sociedad Bíblica de Londres.

"Cada objeto que vendemos es diferente y las circunstancias también. En este caso, hubo razones financieras y culturales muy válidas para llevar a cabo esta venta privada. Los manuscritos habían sido durante mucho tiempo parte de los archivos de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, que apoyaron en todo momento el regreso de este objeto a México", dijo Ford.
Una vez concluidas las negociaciones entre el INAH y la SBBE, el códice fue retirado del catálogo donde se ofertaba con un precio de salida de entre 300 mil a 500 mil libras esterlinas. Según Moheno, los expertos estimaban que si la obra hubiera salido a subasta habría triplicado su precio de salida.

Materia de investigación

Antes de hacer la negociación, el INAH tomó se asesoró con especialistas como Alfredo López Austin, Miguel León Portilla, Baltasar Brito y Eduardo Matos Moctezuma, afirmó Moheno; agregó que una vez concluida la compra, se solicitó a la Unidad de Licencias de Exportación del Consejo de Artes de Inglaterra su exportación definitiva.

187 años después de haber salido de México, ese manuscrito regresó el 18 de agosto. El códice, que incluye dos volúmenes de las obras completas de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl y otro que contiene 40 textos diferentes, algunos de Domingo Chimalpahin, llegó al Museo Nacional de Antropología embalado en una caja especial. Allí, ahora se exhibe como una joya documental recuperada en la exposición Códices mexicanos. Memorias y saberes, que saca por primera vez de las bóvedas de seguridad la valiosa colección de códices que resguarda la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

Que el conjunto de manuscritos sea protagonista de la muestra ha sido una feliz coincidencia, comentó Baltasar Brito, director de la Biblioteca; explicó que la noticia sobre la subasta de los textos se dio cuando ya se preparaba la curaduría de la muestra. "Llegó embalado profesionalmente, en una caja de madera, muy bien resguardado. Lo trajo una compañía especializada; lo recibimos y lo metimos a la bóveda, donde poco a poco fue tomando sus condiciones normales", relató.

A su llegada, los especialistas elaboraron un dictamen general que estableció que los tres libros estaban en buen estado. "Después de eso se empezó un proceso de estabilización, se le hicieron guardas de primer nivel, con hojas de papel Fabriano, libre de ácido; también se le hicieron otras guardas, que son las cajas donde permanecerán en las bóvedas de seguridad", detalló el historiador y adelantó que los textos serán digitalizados para ponerlos a disposición de los investigadores.

Uno de los pocos especialistas mexicanos que ha trabajado con una parte de esos manuscritos es Rafael Tena, investigador de Etnohistoria del INAH, quien público en 2012 Tres crónicas mexicanas. Textos recopilados por Domingo Chimalpáhin, una investigación que incluye el estudio paleográfico y la traducción al español de textos contenidos en el tercer libro.

Tena celebró el regreso de esta obra porque permitirá que investigadores mexicanos puedan acceder a estos textos que aún guardan información inédita sobre la vida cotidiana, sociedad y política mexica, así como de la Nueva España del siglo XVI. Y es que, según el investigador, el hecho de que estos textos estuvieran en una biblioteca bíblica hizo que por décadas pasaran desapercibidos para los historiadores. "A nadie se le habría ocurrido ir a buscar textos de la historia de México en una biblioteca bíblica", señaló.

En 1982 la Sociedad Bíblica de Londres depositó estos manuscritos en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge, como parte de una colección de 500 libros antiguos y raros que había recopilado. Fue entonces cuando los investigadores estadounidenses Susan Schroeder y Arthur J. O. Anderson los localizaron y bautizaron los tres volúmenes como Códice Chimalpahin, definición que se presta a ambigüedades porque, explicó Tena, se trata de una recopilación de textos de varios autores, no solo de Chimalpahin.

jram



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