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Cuando el arte plástico observa la cancha

Abida Ventura| El Universal
00:20Martes 10 de junio de 2014

Creadores modernos y contemporáneos han encontrado en el futbol una posibilidad discursiva, ya sea crítica o celebratoria. Archivo / EL UNIVERSAL

Andy Warhol plasmó en una serie de fotografías el rostro de Pelé (hacia 1977), como una reflexión sobre el fenómeno del futbol como espectáculo. Archivo / EL UNIVERSAL

El mexicano Gabriel Orozco hizo con una pelota ponchada una de sus piezas más emblemáticas: "Pelota ponchada" (1993). Archivo / EL UNIVERSAL

Y justo, en Brasil, en plena fiesta futbolera, el arte callejero ha sido la herramienta para mostrar el descontento social ante los excesivos gastos detrás de la Copa del Mundo. Mural del artista brasileño Paulo Ito, en la pared de una escuela de Sao Paulo. Archivo / EL UNIVERSAL

"Ángel Zárraga. El sentido de la creación", que actualmente se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes, exaltan la figura humana, muestran el juego en la cancha como una acción sublime y al futbol como un deporte que apenas comienza a popularizarse. Archivo / EL UNIVERSAL

El Centro Cultural Brasil-México presenta la exposición "Futbol: en las redes del arte" en el marco del Mundial Brasil 2014. Archivo / EL UNIVERSAL

ROCÍO DONDÉ. "Ayúdalos, no saben lo que hacen" se exhibe en el Centro Cultural Brasil-México . (Foto: ADRIAN HERNÁNDEZ / EL UNIVERSAL )

En tono celebratorio o crítico, creadores modernos y contemporáneos han encontrado en el futbol un tema de reflexión

abida.ventura@eluniversal.com.mx

Desde que se popularizó, el futbol ha atrapado en sus redes a varios artistas. En tono celebratorio o crítico, creadores modernos y contemporáneos han encontrado en este popular deporte una posibilidad discursiva.

La afición que Pablo Picasso tuvo por este deporte lo llevó a crear esculturas de cerámica como Footballeur, realizada a principios de los años 60; Andy Warhol plasmó en una serie de fotografías el rostro de Pelé (hacia 1977), como una reflexión sobre el fenómeno del futbol como espectáculo; el mexicano Gabriel Orozco hizo con una pelota ponchada una de sus piezas más emblemáticas: Pelota ponchada (1993).

La importancia del futbol en la creación artística se explica porque, sostiene el historiador y crítico de arte, Antonio Espinoza, "es una supervivencia de nuestro pasado tribal, un deporte que abre paso a las fuerzas más primarias del hombre". Además de que "simula un retorno a la barbarie, a nuestra vida de las cavernas, a un tiempo primigenio en el que todos éramos iguales pero ya nos matábamos sin piedad".

El también curador de la exposición Futbol: en las redes del arte, que actualmente se exhibe en el Centro Cultural Brasil-México, en el marco del Mundial Brasil 2014, señala que si bien existen obras de grandes maestros que celebran y exaltan "el juego de las patadas", en las últimas décadas también ha existido una producción artística que cuestiona el fenómeno mediático y publicitario que rodea a este deporte.

Uno de los artistas mexicanos que desde principios del siglo pasado encontró refugió en las canchas de futbol fue Ángel Zárraga. Durante su estancia en Europa, tras la devastación de la Primera Guerra Mundial, el artista de origen duranguense mostró interés por este deporte, que entonces se jugaba en un nivel amateur. Los óleos en los que abordó este tema, algunos de los cuales se pueden apreciar en la exposición Ángel Zárraga. El sentido de la creación, que actualmente se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes, exaltan la figura humana, muestran el juego en la cancha como una acción sublime y al futbol como un deporte que apenas comienza a popularizarse.

"Terminando la Guerra, en 1918, según sus diarios, como toda la sociedad europea en ese momento, él pasó por una crisis, que tenía que ver con cuestionamientos sobre el hombre y la espiritualidad. Ángel Zárraga que era un pintor muy católico, encuentra refugio en dos lugares: en la Iglesia y en los campos de futbol, porque decía que el futbol como deporte, en el perfeccionamiento del cuerpo, era la respuesta a la decadencia moral de lo que estaba pasando toda Europa. En ese caso, uno de los elementos más importantes de su obra era exaltar el cuerpo", comenta en entrevista Oswaldo Hernández, colaborador de la exposición en Bellas Artes.

Así lo expresa, por ejemplo, en una de sus obras más conocidas: Las futbolistas (1922), que conmemora el triunfo del equipo femenil en el que jugaba la que sería su esposa, Jeannette Ivanoff. En ese cuadro, señala Hernández, los rasgos de las piernas de las tres mujeres retratadas están exagerados, muestra de la exaltación de la figura humana.

Al ser un deporte amateur en su época, Ángel Zárraga vio en el futbol y las escenas deportivas una manera de retratarlos de forma sublime. En su obra Jugada de futbol (1924) -que aunque en realidad se trata de un juego de rugby-, muestra una escena en el que dos equipos se confrontan con fuerza, mientras miran al cielo, en un gesto de culto al cuerpo y de acercamiento a lo divino. "En una entrevista que le da a un periódico de la época, Zárraga habla sobre este cuadro y dice que él veía los mismos gestos, tanto en una cancha de futbol, como en una iglesia o en una fábrica. En este caso tenemos un gesto de súplica, un gesto de los jugadores por querer acercarse al cielo", indica Hernández.

La industria y el mercado

Sin embargo, hoy, ante la industria y los fenómenos publicitarios y mediáticos que le rodean, el futbol se ha convertido en un tema cuestionable dentro de la producción artística. "Creo que hoy es complicado que alguien se acerque al futbol desde un punto de vista tan puro, como lo hace Zárraga, en ese momento estaba empezando todo esto, no había marcas deportivas, ni campeonatos del mundo, no había jugadores que ganaran millones de euros. No existía todas las críticas que ahora recibe desde el lado intelectual", comenta Hernández.

Por ejemplo, en la exposición Futbol: en las redes del arte, el mexicano Franco Aceves Humana toma una postura crítica con una obra en la que El Pípila, uno de los héroes nacionales, ya no carga en la espalda una piedra, sino balones de futbol. "¿Qué tiene que ver el Pípila con el futbol?, podemos pensar que nada, pero Aceves Humana lo imaginó que en lugar de cargar sobre la espalda una piedra para incendiar una puerta, lleva a cuestas balones. Es una pieza que muestra el desenfado o el tono irónico con el que el artista ve a este deporte", señala Antonio Espinosa.

En esa misma muestra, el artista venezolano Chungtar Chong López hace referencia a las manifestaciones sociales que se han registrado antes del Mundial de futbol, con su pieza Disturbio. Por su parte, la artista María Helena Leal Lucas, nacida en Sao Paulo Brasil en 1947 y radicada en México desde hace varios años, ofrece una pieza en la que plasma su afición por el balonpié, sin dejar de lado la crítica.

En un ensamblaje de textil, que asemeja a una cancha de futbol con sus jugadores y algunos objetos hechos por artesanos de Brasil, Leal Lucas, exhibe Fuleco, que hace referencia al futbol y a la ecológía. "El tema de la ecología es una llamada de atención para que la gente vea y cuide la naturaleza, el agua, los animales y la vegetación", explica .

La artista, quien ha abordado el tema del futbol en varias de sus obras, asegura que desarrolló una afición a este deporte porque conlleva un cierto mensaje de igualdad: "une cualquier estatus social, desde los que viven en una favela en Brasil, hasta los del Palacio. Cuando hay un partido, sobre todo si es el Mundial, todos se unen para verlo". Sin embargo, añade, en la vida no todo es fiesta, por lo que no hay que dejar de lado la reflexión crítica: "A veces uno ve que podría ser diferente, que hay muchos gastos con el futbol pero falta para educación para salud, que también son importantes en la vida. Es entonces cuando uno debe tomar una postura crítica".

Y justo, en Brasil, en plena fiesta futbolera, el arte callejero ha sido la herramienta para mostrar el descontento social ante los excesivos gastos detrás de la Copa del Mundo. Además de las protestas sociales que se han registrado previo a la inauguración del evento futbolístico más importante, artistas callejeros se han dado a la tarea de plasmar su oposición a este evento.

Así lo ha hecho, por ejemplo, el artista Paulo Ito, cuya obra muestra a un niño llorando, sentado en una mesa, en la que sólo hay un vaso y sobre el plato, un balón. Ese grafiti, pintado sobre el muro de una escuela, causó polémica en redes sociales.



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