Eduardo Matos expone importancia del Templo Mayor
CONOCIMIENTO. A partir de los trabajos de excavación impulsados por el reconocido arqueólogo, se ha podido profundizar en el estudio de los mexicas con más de 400 publicaciones que incluyen pequeñas reseñas, artículos, libros científicos y de divulgación, así como más de 30 tesis tanto de licenciatura como de maestría y doctorado. (Foto: ARCHIVO NOTIMEX )
A un siglo del descubrimiento del Templo Mayor de Tenochtitlan, el arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma destacó los aportes del proyecto a su cargo, emprendido en 1978, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
De acuerdo con un artículo de Matos Moctezuma publicado por la revista Arqueología Mexicana, entre 1913 y 1914 se derruyó el edificio que se encontraba entre las calles de Santa Teresa y Seminario, lugar donde Manuel Gamio, reconocido antropólogo, intervino y descubrió gran parte del "huey teocalli" (Templo Mayor).
Ante tal acto, se confirmó la locación exacta en la que se erigió el edificio prehispánico, pero a decir del coordinador general del Proyecto Templo Mayor, en ese entonces "faltaba llevar a cabo la constatación plena de que ese era el lugar sagrado por excelencia de los mexicas".
El Proyecto del Templo Mayor, cuyos trabajos realizados durante 36 años han permitido demostrar que, en efecto, Gamio tenía razón, comenzó con el hallazgo casual de la monumental escultura Coyolxauhqui por obreros de la compañía de Luz y Fuerza del Centro, el 21 de febrero de 1978, refirió el arqueólogo mexicano.
Asimismo, destacó la forma en la que se complementan la arqueología y las fuentes históricas, pues de la descripción de los cronistas y las pictografías existentes en varios códices, se pudo ver que la primera ratificaba lo expresado en las segundas.
La orientación del edificio hacia el poniente, la existencia de dos adoratorios en la parte alta, las dos escalinatas que conducían a ellos, así como las deidades a los que estaban dedicados (Tláloc y Huitzilopochtli) fueron parte de lo que se pudo corroborar tras las excavaciones.
De acuerdo con el arqueólogo mexicano, las investigaciones han ido más allá, al haber estudiado el simbolismo del Templo Mayor y los elementos que lo componen, cumpliendo los señalamientos de conservación establecidos en la "Carta de Venecia".
Diferentes ramas de estudio como la Biología, con el estudio de la abundante fauna y flora del lugar, así como la clasificación de los materiales malacológicos han contribuido a establecer el tiempo que llevaba elaborar piezas con ellos.
Otros materiales como la turquesa, los objetos de cobre, el material lítico así como los restos óseos y las urnas funerarias también han sido analizados por los especialistas implicados.
Igualmente, mediante el análisis de isótopos, se han efectuado estudios de biología molecular y nutrición, y por su parte, también se han estudiado los pigmentos que se encuentran en el lugar, así como el uso de la computación en la arqueología.
De igual forma, Matos Moctezuma resaltó el trabajo de los restauradores, con el cual han logrado preservar una enorme cantidad de objetos de todo tipo como esculturas de piedra, cerámica, pintura mural, arquitectura y estucos, entre otros.
A partir de los trabajos de excavación impulsados por el reconocido arqueólogo, se ha podido profundizar en el conocimiento de los mexicas con más de 400 publicaciones que incluyen pequeñas reseñas, artículos, libros científicos y de divulgación, así como más de 30 tesis tanto de licenciatura como de maestría y doctorado.
La llegada de los conquistadores españoles dio como resultado la demolición de la séptima y última etapa constructiva, no obstante, desconocían que las etapas anteriores del Templo Mayor se conservarían en relativo buen estado, como la correspondiente a la etapa III (1430-1440 d.C) del edificio.
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