Alondra de la Parra, directora invitada para el concierto de la Orquesta Infantil y Juvenil Renacimiento, el próximo 13 de abril en Chilpancingo, Guerrero, afirmó que "la música, el arte y la cultura son la luz de posibilidades de cambio positivo para México".

De la Parra habló esta tarde del programa "Cultura para la Armonía", que forma parte de las estrategias para disuadir de la violencia a las comunidades de niños y jóvenes en zonas vulnerables, y en el que se inscribe el trabajo de la Orquesta Infantil y Juvenil Renacimiento de Guerrero.

"Este programa puede ser la medicina para las enfermedades más graves que hoy padece la sociedad mexicana. Por eso, mi relación con los maestros es un vínculo que deseo sea constante, para que a través de ellos se aplique el conocimiento y el amor al arte a los niños y jóvenes de Guerrero y del país", expresó.

Durante una conferencia para dar a conocer el concierto extraordinario, la directora de orquesta recordó que lleva alrededor de una década compartiendo sus conocimientos y experiencias con alumnos y maestros, lo que le ha hecho ver que no es cuestión de un programa, sino de una actitud ante esta nación.

Ante las problemáticas que enfrenta el país, De la Parra indicó que "nos toca a todos solucionar cada uno de esos problemas, y la música tiene la capacidad de hacer mejores seres humanos a las personas".

Al anuncio asistió también Alejandra Fraustro, titular de la Dirección General de Culturas Populares (DGCP) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), quien informó que De la Parra participa activamente en las acciones para lograr la reconstrucción del tejido social en México, con su arte.

La Orquesta Infantil y Juvenil Renacimiento, conformada por niños y jóvenes de las comunidades más vulnerables del estado de Guerrero, dijo Fraustro, forma parte de "Música en Armonía", movimiento nacional de agrupaciones musicales comunitarias que constituye uno de los ejes de "Cultura para la Armonía".

"Ambos buscan alternativas de mejor vida en las comunidades de mayor marginación, pobreza y violencia en el país. La estrategia consiste en la formación de agrupaciones musicales a nivel regional, que trabajen con dirección artística y metodológica del Sistema Nacional de Fomento Musical del Conaculta", dijo.

El concierto del 13 de abril será en el Auditorio Sentimientos de la Nación de la ciudad de Chilpancingo, y forma parte de las actividades del programa "Cultura para la Armonía", con el fin de involucrar a jóvenes y sus familias en expresiones creativas que potencializan su talento y fortalece su identidad cultural.

Se informó que antes del concierto, los días 9, 10 y 11 de abril, Alondra de la Parra impartirá clases maestras en dirección orquestal a todos los directores de las agrupaciones musicales comunitarias del Sistema Renacimiento, las cuales beneficiaran directamente a los alumnos que a la fecha suman 1012 niños y jóvenes.

"Las clases contribuirán a la especialización de los docentes, pues participarán los 11 directores que están dentro del Sistema Renacimiento, y si bien todos tienen sólida formación musical, no todos cuentan con especialización en dirección de orquesta", puntualizó la directora de Culturas Populares del Conaculta.

El sistema está integrado por cuatro orquestas: Renacimiento, Bonfil, Omepetec e Iguala, el Coro Monumental de Iguala, la Banda y Coro Comunitario en Zihuatanejo, el Ensamble de Percusiones y Coro en Movimiento Colosio, y el Coro Comunitario en Huixtepec, de los cuales cada uno enviará un grupo de cinco niños que podrán ser instrumentistas o coristas.

Por otro lado, y con la finalidad de fortalecer la dignidad identitaria, un grupo de artesanas amuzgas de la región elabora mil uniformes que portarán los niños de los coros y orquestas el día del concierto. El Sistema Renacimiento está conformado por 309 niños, 203 en orquesta y 106 en coro.

El proyecto Renacimiento surgió hace dos años con el objetivo de acercar a los niños y jóvenes a la música, fortalecer sus raíces, generar amor y filiación hacia su región de origen, sembrar la unión entre maestros, gestores culturales y el primer círculo familiar de los músicos participantes, como ejemplo de que la música crea conciencia colectiva.

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